Que siga el espect¨¢culo
Sidonie revienta el aforo del Joy Eslava
En una semana rara, los Sidonie se plantificaron en el coraz¨®n de Madrid, reventaron (una vez m¨¢s) el aforo de Joy Eslava este viernes y le dedicaron el concierto a Rafa Angulo, compa?ero de Mondosonoro s¨²bitamente desaparecido. ¡°A Rafa le gustaba que hici¨¦ramos el payaso. Y s¨ª, ese es nuestro trabajo, provocar sonrisas¡±, admiti¨® Marc Ros, un hombre que hace estandarte de la suya. Como si The Show Must go on retumbara en el subconsciente colectivo, el compromiso del tr¨ªo barcelon¨¦s con el espect¨¢culo fue delicioso. Ros ejerci¨® de crooner incomprendido (con maraca y todo) en la sard¨®nica Yo soy la crema, e interpret¨® la fant¨¢stica Un d¨ªa de mierda (que parece de Jellyfish) entre el p¨²blico, subido a hombros de un ayudante. A?adamos la efusividad del bajista Jes¨²s Senra y esas bocanadas que exhala Axel Pi mientras bracea en la bater¨ªa, y comprenderemos que estos tipos no saben lo que significa cubrir el expediente.
La efervescencia se traslada a la pista desde Sierra y Canad¨¢, tema central excelente para un disco irregular como ¨¦l solo. Gainsbourg y sus rob¨®ticos teclados a lo Kraftwerk ha ganado en empuje, pero Hiroshima mi amor fue el ¨²nico momento de baj¨®n. Sin dramatizar: no es f¨¢cil manufacturar himnos, pero Sidonie pudo presumir (la euforia como ant¨ªdoto contra el drama) de un cat¨¢logo de temas redondos, fulminantes, pegadizos como chicles en la memoria. El estribillo de Los olvidados es la sublimaci¨®n de Con un sorbito de champ¨¢n, cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, y es gozoso corear a pulm¨®n ¡°te quiero¡± (En mi garganta) sin bochorno, a que sentimos, eso s¨ª, con el fan que pidi¨® matrimonio a su prometida desde el escenario. Fue un par¨¦ntesis de reality pop show en una noche de fina corbata negra, como la que luc¨ªa Marc.
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