El f¨²tbol lleg¨® a Riotinto... o a Vigo
Un investigador reivindica los primeros goles para la ciudad gallega, sede de la Eastern Telegraph Company desde 1873, el a?o en que los ingleses compraron la mina onubense
La primera patada a un bal¨®n de f¨²tbol sobre suelo espa?ol se dio en 1873. Ese a?o empezaron a arribar los directivos brit¨¢nicos a las minas de Riotinto (Huelva) y tambi¨¦n desembarcaron en Vigo (Pontevedra), procedentes de Porthcurno (sur de Cornwall, la Cornualles inglesa), los forasteros que formaron la plantilla de la Eastern Telegraph Company, due?a y se?ora de las telecomunicaciones que en aquellos tiempos iba sembrando el planeta de estaciones repetidoras para transmitir mensajes en morse por cable submarino. Guerras locales aparte, la inmensa mayor¨ªa de los manuales sobre la historia del balompi¨¦ en Espa?a sit¨²an la cuna del deporte en las explotaciones de cobre, plata y oro que compr¨® al Gobierno de la I Rep¨²blica la R¨ªo Tinto Company, pero ahora un investigador vigu¨¦s reivindica los honores del primer gol para su ciudad.
Jos¨¦ Ram¨®n Cabanelas blande abundante documentaci¨®n que se top¨® sin buscarla, porque lo que ¨¦l en realidad persegu¨ªa era la historia de la compa?¨ªa telegr¨¢fica ¡ªrebautizada por los gallegos como El Cable Ingl¨¦s¡ª, que jug¨® un papel clave en el estallido de la II Guerra Mundial por servir de puente a los mensajes cifrados entre Alemania y Jap¨®n. Seg¨²n Cabanelas, los operarios ingleses del Cable jugaron al foot-ball nada m¨¢s llegar a la ciudad, tres a?os antes de la fecha en la que los aficionados locales situaban hasta ahora la fundaci¨®n del Exiles Vigo FC. Cada colonia formada por la compa?¨ªa en el planeta organizaba de inmediato su club social y deportivo, siempre con el mismo nombre, Exiles, por ser los exiliados de Porthcurno, unidos entre s¨ª por el tel¨¦grafo y vinculados al mismo tiempo al Exiles Club de Orleans Park en Londres. Los equipos se gestar¨ªan ya en Inglaterra, durante los dos a?os de formaci¨®n que pasaban en Cornwall los j¨®venes empleados destinados a las estaciones extranjeras.
Para Alejandro Quiroga, profesor de historia en la Universidad de Newcastle e investigador Ram¨®n y Cajal en la de Alcal¨¢, autor de Goles y Banderas. F¨²tbol e identidades nacionales en Espa?a, este pr¨®logo galaico al f¨²tbol en Espa?a no resulta del todo nuevo. ¡°Hab¨ªa o¨ªdo lo de Vigo¡±, reconoce, pero considera absurda cualquier rivalidad por acoger los primeros partidos. ¡°La importancia de Riotinto est¨¢ en que los brit¨¢nicos dejaron un legado y se acab¨® creando el Recreativo de Huelva [entonces Huelva Recreation Club] en 1889¡±, defiende el historiador. Mucho antes, en 1878, los mineros ya hab¨ªan formado el R¨ªo Tinto Foot-Ball Club. ¡°Hubo continuidad¡±, concluye, ¡°mientras que en el caso gallego parece que se pierde la pista hasta a?os despu¨¦s, cuando el deporte resurge como en tantas ciudades portuarias, y se asienta definitivamente con el Vigo Foot-ball Club y luego con el Real Fortuna de 1905¡±.
Si en Vigo los ingleses jugaron entre ellos desde su llegada y organizaban torneos en el puerto, con una copa como trofeo, cuando recalaban en la ciudad barcos brit¨¢nicos como los de la Royal Navy, en Huelva, seg¨²n Quiroga, ¡°los obreros espa?oles participaron desde el principio con los ingenieros ingleses¡± de las minas. Es m¨¢s, insiste, ¡°el f¨²tbol cal¨® en la clase trabajadora en mayor medida que en la elite, que prefer¨ªa el rugby¡±. En el caso de Vigo, seg¨²n Cabanelas, ¡°los ingleses introdujeron tambi¨¦n el ping-pong y el tenis¡±.
El investigador del Cable guarda todo tipo de vestigios de la ¨¦poca, amarillentos recortes de prensa en ingl¨¦s cantando alguna victoria del Exiles (como la Copa de Pontevedra en 1907), art¨ªculos del Faro de Vigo desde 1876 en los que se describe la ex¨®tica costumbre del ¡°juego de pelota¡± de los inmigrantes brit¨¢nicos, varias fotos en sepia y hasta uno de los balones de cuero con los que jugaba la plantilla. Si se le pregunta, es capaz de recitar la alineaci¨®n completa de aquel equipo de futbolistas exiliados.
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