Dos a?os en reinserci¨®n para las mujeres que estafaron 800 euros
Ambas fueron condenadas a dos a?os y cuatro meses de c¨¢rcel por un juzgado de Madrid por un hecho cometido en 2008
Irene Garc¨ªa, de 24 a?os, y Ainhoa Vald¨¦s, de 28, dos mujeres condenadas por gastar hace siete a?os 800 euros con una tarjeta de cr¨¦dito ajena, ingresar¨¢n el lunes en el centro de inserci¨®n social Victoria Kent y no en una prisi¨®n ordinaria, como se especul¨® en un principio. As¨ª lo decidieron ayer ambas, seg¨²n explic¨® su abogado, Juan Miguel L¨®pez de la Casa.
Las dos mujeres fueron condenadas a dos a?os y cuatro meses de prisi¨®n por el titular del Juzgado de lo Penal n¨²mero 12 de Madrid. Deber¨ªan haber ingresado en la c¨¢rcel el pasado 1 de abril, pero ninguna de las dos recibi¨® la notificaci¨®n judicial que les obligaba a ello.
Las dos mujeres acudieron ayer por la ma?ana al centro Victoria Kent, situado en la antigua c¨¢rcel de Yeser¨ªas, en el distrito de Arganzuela. All¨ª contactaron con el subdirector de Tratamiento, quien les aconsej¨® que retrasaran su ingreso hasta el pr¨®ximo lunes, que es el d¨ªa en que se suele realizar este tr¨¢mite.
En este centro, la mayor¨ªa de los reclusos se encuentran en el llamado tercer grado, por lo que solo tienen que acudir a pernoctar.
De hecho, ambas mujeres se encontraban muy contentas y no les hubiera importado haber ingresado ayer mismo, seg¨²n su abogado. En caso de que no las hubieran aceptado, se habr¨ªan dirigido a la prisi¨®n de Alcal¨¢-Meco para iniciar su condena.
Irene Garc¨ªa y Ainhoa Vald¨¦s fueron condenadas por un delito continuado de estafa y otro de falsedad documental. Los hechos se produjeron en agosto de 2008 cuando a ambas se les acerc¨® un hombre y les ofreci¨® una tarjeta de cr¨¦dito para que compraran lo que quisieran en una gran superficie, seg¨²n su versi¨®n. Tambi¨¦n les entreg¨® un carn¨¦ de identidad que correspond¨ªa al titular de la tarjeta. Las mujeres entraron en la gran superficie y gastaron 800 euros en media hora, entre perfumes y aparatos tecnol¨®gicos, entre ellos un ordenador que les pidi¨® el hombre que les dio la tarjeta. A la salida del centro fueron arrestadas, mientras que el hombre huy¨®.
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