¡°El toro no pisa la marca¡±, dice el director Berger en el Cocherito
Javier Angulo defini¨® la obra del realizador de 'Blancanieves' como ¡°una declaraci¨®n de amor al mundo taurino de alguien que no es taurino¡±
El director de la pel¨ªcula ¡°Blancanieves¡±, el bilba¨ªno Pablo Berger, sintetiz¨® la dificultad de realizar un filme de ambiente taurino con una frase muy del argot cinematogr¨¢fico: ¡°El toro no pisa la marca¡±. Se explica porque los actores tienen marcas en el suelo que les indica d¨®nde deben pararse para no salirse de plano y, claro est¨¢, el toro no atiende a esas indicaciones. Ya lo dec¨ªa Alfred Hitchcock cuando aconsej¨® a otro director: "Nunca se te ocurra hacer una pel¨ªcula con animales, ni con ni?os¡¡± a?adiendo con muy mala uva ¡°¡ ni con Charles Laughton".
En una charla-coloquio que tuvo lugar en los locales del Club Cocherito de Bilbao el pasado viernes, Pablo Berger, acompa?ado por el director de la Semana Internacional de Cine -Seminci-, de Valladolid, el tambi¨¦n bilba¨ªno Javier Angulo, diseccion¨® los entresijos del rodaje de una pel¨ªcula con elementos rompedores: Est¨¢ rodada en blanco y negro; es muda, y desarrolla el cuento cl¨¢sico de los Hermanos Grimm en un escenario taurino con el singular protagonismo de los enanitos toreros. Curiosamente, todas estas singularidades, adem¨¢s de una exquisita realizaci¨®n y una interpretaci¨®n impecable, fueron las que catapultaron a esta pel¨ªcula hacia el ¨¦xito, hasta el punto de ser presentada por la Academia Espa?ola de Cine en los Premios Oscar.
En el comienzo de la charla, que tuvo lugar despu¨¦s del visionado de la pel¨ªcula, Javier Angulo defini¨® la obra de Berger como ¡°una declaraci¨®n de amor al mundo taurino de alguien que no es taurino¡±. Entonces, la pregunta era obligada: ?c¨®mo se le ocurre engarzar el cuento con lo taurino?. La respuesta la dio el director bilba¨ªno al explicar que ¡°la chispa surgi¨® al ver una antigua foto de los enanos que actuaban en el espect¨¢culo del bombero torero. Ellos eran los siete enanitos del cuento de Blancanieves. A partir de ah¨ª se construye la historia, que tard¨® ocho a?os en comenzar a rodarse¡±.
Una historia ubicada en las primeras d¨¦cadas del siglo XX, cuando la fiesta de los toros era el espect¨¢culo popular por antonomasia y cuando estaba en su apogeo la pugna entre los seguidores de Joselito y de Belmonte. Un tiempo oscurantista que, de alguna manera, obligaba a evitar el color en el rodaje, al decir de Berger que tambi¨¦n se?al¨® las dificultades inherentes a enfrascarse en una pel¨ªcula de ¨¦poca, por la necesidad de un vestuario y unos exteriores acordes con aquel tiempo.
La elogiada pel¨ªcula fue visionada antes de la charla-coloquio
Pero, indudablemente, las mayores dificultades vinieron dadas por el hecho de tener que rodar con animales y, por si fuera poco, con toros bravos. ¡°La complejidad de rodar con toros era enorme porque, adem¨¢s de lo dicho de que el toro no atiende al gui¨®n, se precisa una estructura de producci¨®n con veterinarios, ambulancias y toda suerte de permisos. La verdad es que est¨¢bamos aterrorizados y eso que los toros, de casi 500 kilos, salieron buenos al decir de los entendidos¡±, coment¨® Pablo Berger.
En el posterior coloquio, hubo preguntas muy centradas en lo cinematogr¨¢fico y otras relacionadas expresamente en lo taurino. Quiz¨¢s lo m¨¢s anecd¨®tico fue que, a pesar de reconocerse un lego en lo taurino, el director bilba¨ªno ten¨ªa una vivencia familiar curiosa relacionada con el exc¨¦ntrico torero vasco Zacar¨ªas Lecumberri. ¡°Mi padre era oficial de la marina mercante y el barco en el fue primer oficial, en sus comienzos, era el que capitaneaba Lecumberri. Precisamente, mi padre tuvo que asumir la capitan¨ªa del barco, cuando Zacar¨ªas falleci¨® a consecuencia de sucesivos ataques al coraz¨®n, en la traves¨ªa desde Estados Unidos a las Islas Canarias¡±, explic¨® Berger. El barco en cuesti¨®n era el ¡°Pedro de Valdivia¡± y ocurri¨® el 9 de agosto de 1960.
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