El sospechoso de matar a cinco personas estaba en busca y captura
El casero de Majadahonda ten¨ªa que ingresar hace dos meses en un centro psiqui¨¢trico
El hombre que supuestamente est¨¢ detr¨¢s de la desaparici¨®n de Adriana G., la inquilina de 55 a?os y de origen argentino, estaba en busca y captura para que ingresara en un centro hospitalario psiqui¨¢trico, seg¨²n confirmaron fuentes de la investigaci¨®n. Este var¨®n de 32 a?os y nacionalidad espa?ola tambi¨¦n protagoniz¨® un fort¨ªsimo altercado en la vivienda hace dos a?os por lo que tuvieron que intervenir agentes de la Guardia Civil del puesto de Majadahonda (70.400 habitantes) para reducirlo y llev¨¢rselo detenido, dada la agresividad con la que se enfrent¨® a los guardias.
Estos nuevos datos se conocen justo el d¨ªa en el que los agentes de la Polic¨ªa Judicial y especialistas de Criminal¨ªstica realizaron una segunda inspecci¨®n al chal¨¦, situado en el n¨²mero 6 de la calle de la Sacedilla. El minucioso registro se prolong¨® durante casi ocho horas.
Perros para buscar restos biol¨®gicos
El n¨²mero 6 de la calle de la Sacedilla, en Majadahonda, se convirti¨® este lunes en un ir y venir de agentes, de periodistas y de curiosos. Guardias civiles vestidos con monos blancos en los que se pod¨ªa leer en letras verdes ¡°criminal¨ªstica¡± no dejaban de entrar y salir de la vivienda.
Cuando se abr¨ªa la puerta, tan solo se ve¨ªa el sal¨®n a oscuras y una triste bombilla en medio. Las persianas permanec¨ªan bajadas para que no se pudiera atisbar el interior. Parec¨ªa, ir¨®nicamente, que se estaban cumpliendo las ¨®rdenes que daba el casero y supuesto autor de varias desapariciones a sus inquilinos de que no pod¨ªan subirlas.
En el registro tambi¨¦n participaron dos perros del Servicio Cinol¨®gico de la Guardia Civil, especializados en restos biol¨®gicos. Los canes y sus gu¨ªas llegaron por la tarde y estuvieron fuera hasta que les requerieron los responsables de la investigaci¨®n.
Los agentes tambi¨¦n pidieron a los vecinos que les abrieran el acceso al garaje, cuya entrada es com¨²n. Los guardias dieron vueltas por todo el inmueble y entraron por la planta inferior. Tambi¨¦n les preguntaron a los residentes si ten¨ªan cuartos trasteros o tan solo aparcamientos privados. Los chal¨¦s son adosados y constan de dos plantas y s¨®tano. En el piso de entrada est¨¢n el sal¨®n, la cocina y un cuarto de ba?o. En la superior hay tres habitaciones y otro aseo.
La zona estuvo llena de periodistas, c¨¢maras y curiosos hasta que se llevaron al detenido, a las 14.40.
Fuentes de la investigaci¨®n relataron que el detenido, del que no ha trascendido todav¨ªa su nombre, ten¨ªa una requisitoria (una orden de busca y captura) por parte de un juzgado de la regi¨®n para que ingresara en un centro hospitalario psiqui¨¢trico. La orden fue dada hace unos dos meses, pero la polic¨ªa no pudo localizarlo. Esto ocurre cuando la persona cambia de domicilio o habita en uno diferente del que consta en el juzgado o en los archivos policiales. Pueden pasar as¨ª semanas e, incluso meses o a?os, en el caso de que el juez no insista en la averiguaci¨®n de su actual domicilio y que se le detenga con car¨¢cter inmediato.
Los investigadores han informado desde el primer momento que el detenido, que se encuentra en prisi¨®n provisional comunicada y sin fianza, sufre problemas psiqui¨¢tricos y que ya ha estado ingresado por estos motivos. De hecho, algunas fuentes hablan de que puede sufrir brotes de psic¨®ticos, pero este extremo no ha sido confirmado.
Otro incidente en el que estuvo implicado el casero de la mujer desaparecida ocurri¨® hace unos dos a?os, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Se inici¨® por causas no esclarecidas una discusi¨®n con alguna de sus inquilinas. Fue la propia mujer la que llam¨® a la Guardia Civil. La comunicante dijo que se estaba produciendo un caso de violencia dom¨¦stica, pese a que los implicados (el casero y la inquilina) no estaban emparejados.
Cuando llegaron los agentes, se encontraron con el ahora detenido en actitud extremadamente violenta. Le pidieron que se calmara pero, en lugar de deponer su actitud, inici¨® un fuerte enfrentamiento con los guardias civiles. Se abalanz¨® contra ellos y empez¨® a golpearlos. Estos le tuvieron que reducir por la fuerza y se lo llevaron detenido acusado, entre otros delitos, de resistencia, desobediencia y atentado contra agente de la autoridad.
Una denuncia y cinco posibles casos
La Guardia Civil llama a la prudencia en la desaparici¨®n de la mujer de Majadahonda. Hasta el momento se centra en la denuncia presentada por el hermano de la v¨ªctima, Eduardo G., que viaj¨® desde Argentina hasta Madrid al ver que su familiar no le contestaba a sus llamadas telef¨®nicas.
Los agentes quieren cerrar este caso de Adriana G. para ver si hay m¨¢s posibles v¨ªctimas del casero de Majadahonda. Entre ellas estar¨ªa su t¨ªa, que es la due?a del chal¨¦ cuyas habitaciones alquilaba.
Los investigadores hallaron en el garaje del chal¨¦ seis contratos de arrendamiento de antiguos inquilinos, de los que tres se han puesto en contacto con la Guardia Civil. El resto se encuentra en paradero desconocido. Una vez concluidas las pesquisas, se pondr¨¢n a estudiarlos.
El registro de este lunes fue el segundo que la Guardia Civil realiz¨® desde que se detuvo el pasado 8 de abril al casero en el chal¨¦ de Majadahonda. A las diez y media de la ma?ana, los agentes de Criminal¨ªstica aparcaron dos furgonetas delante de la vivienda y abrieron un biombo para impedir que se viera parte de la vivienda desde el exterior. Poco antes de las once, lleg¨® el detenido, que fue introducido en la vivienda con la cabeza tapada por una cazadora y custodiado por dos guardias civiles. Vest¨ªa chaqueta negra, pantalones vaqueros y una camisa roja.
En el registro estuvieron presentes tambi¨¦n su abogado defensor, un letrado designado de oficio; la secretaria del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Majadahonda y los especialistas de Criminal¨ªstica. ¡°Se ha mostrado muy fr¨ªo y distante en todo momento. No ha colaborado nunca. Se ha mantenido como si no fuera con ¨¦l todo el asunto¡±, relataron fuentes de la investigaci¨®n.
El letrado del arrestado declin¨® hacer declaraciones sobre el caso. Ni siquiera quiso que se conociera su nombre ni el de su cliente. Cuando sali¨® el detenido a primera hora de la tarde, los vecinos que estaban asomados a sus balcones y en las terrazas empezaron a insultarle.
Los agentes le metieron entonces a la carrera en un coche camuflado color gris, que tuvieron que proteger de los periodistas y los c¨¢maras. Estos lo rodearon y no dejaron de pegarle flashazos con la intenci¨®n de sacar la cara del detenido. Este la ten¨ªa cubierto por una cazadora marr¨®n.
El registro de?este lunes se centr¨® en buscar restos biol¨®gicos, en especial manchas de sangre, que pudieran pertenecer a alguna de las posibles v¨ªctimas del casero. ¡°Tambi¨¦n se valoran los gestos y los movimientos que hace el detenido durante el registro por si puede sacar alg¨²n detalle o prueba que permita avanzar la investigaci¨®n¡±, a?adieron las fuentes.
Adem¨¢s de la argentina desaparecida, la polic¨ªa busca a la t¨ªa del arrestado y due?a del chal¨¦, de la que no se sabe nada desde hace cuatro a?os, adem¨¢s de otros tres inquilinos de la vivienda. El detenido afirma que ingres¨® a su t¨ªa en una residencia de ancianos, pero que no recuerda d¨®nde se halla el supuesto asilo donde reside.
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