Duelo de titanes en busca del mal
Los escritores James Ellroy y Jo Nesbo reflexionan en Barcelona, a la espera de Sant Jordi, sobre los entresijos de sus personajes y los secretos de la novela negra
Dos d¨¦cadas atr¨¢s, el escritor Jo Nesbo (Olso, 1960) se compr¨® un colch¨®n de agua por recomendaci¨®n de su m¨¦dico. Por las noches se concentraba en la compra: ¡°escuchaba los sonidos, las bacterias, la vida que hab¨ªa dentro de ¨¦l¡±. Fue as¨ª como se le ocurri¨® que en la ficci¨®n pod¨ªa ocultar un cad¨¢ver dentro de un jerg¨®n. Su experiencia con el colch¨®n de agua fue decisiva para escribir despu¨¦s, con muchas gotas de sangre a?adidas, La estrella del diablo. Todo cuenta en la b¨²squeda incesante del mal que plasma en sus obras, relat¨® ayer Nesbo, que junto a otro tit¨¢n de la novela negra, James Ellroy (Los ?ngeles, 1948), disert¨®, a la espera de su participaci¨®n estelar en la Diada de Sant Jordi de ma?ana, sobre los entresijos de su g¨¦nero literario en el auditorio del Cosmocaixa de Barcelona. La charla, La novela negra entre Oslo y Los ?ngeles (donde transcurren las novelas de Ellroy, siempre ubicadas antes de 1972) atrajo a m¨¢s de 200 seguidores de sus obras, que no tuvieron inconveniente en pagar cuatro euros por o¨ªrles.
?Ambos dieron muestra de que, a priori, como en los miles de kil¨®metros que separan sus ciudades, tambi¨¦n hay un espacio abismal en sus modos de trabajar y de llegar hacia lo que los une: desentra?ar el lado oscuro de las personas. Ellroy, que dice que lleva dos d¨¦cadas sin ir al cine ni escuchar m¨²sica (a excepci¨®n de Beethoven y otros cl¨¢sicos) y que se jacta de que en su casa solo tiene libros que ¨¦l ha firmado, admiti¨® que cuando escribe una novela tiene investigadores a su cargo. Los contrata para que recopilen art¨ªculos de los a?os en los que estar¨¢ ambientada. ¡°Les digo que me den mierda pol¨ªtica de la buena, temas militares, cosas divertidas. ¡®Dadme hechos, no me aburr¨¢is¡¯, les pido. Me di cuenta de que todo lo que puedo concebir, lo puedo ejecutar¡±, se sincer¨® el norteamericano.
El autor de L.A. Confidential hizo gala de su imagen irreverente, provocadora, y subi¨® al escenario con pantalones claros, zapatos deportivos, camisa hawaiana y un gorro playero que sostuvo entre sus manos toda la tarde. Como un turista jubilado de manual. ¡°Escribo a mano, en un gran escritorio. El crimen me encanta con mucha sangre, como si estallaran botes de tinta¡±, afirm¨®. ¡°Quiero mis lectores tengan una obsesi¨®n, que se lean 150 p¨¢ginas de un tir¨®n. El lenguaje es un instrumento bien afilado. He aprendido m¨¢s de la m¨²sica cl¨¢sica que de cualquier libro. ?C¨®mo voy a leer El Quijote? Joder, es un ladrillo as¨ª de grande¡±, fue respondiendo mientras provocaba las risas de los lectores de su cuarteto de Los ?ngeles. Lo importante, asegur¨®, es escribir ¡°desde la traici¨®n y de la pasi¨®n¡±. Puso como ejemplo Perfidia (Literatura Random House), que ahonda en el ¡°lamento psicosexual¡± y cuya protagonista femenina, Kay Lake, es guapa, libidinosa, inteligente y ¡°no est¨¢ durmiendo con el hombre con el que vive¡±.
Nesbo, que le escuchaba divertido, ya se hab¨ªa desnudado t¨¦cnicamente por la ma?ana, cuando present¨® El murci¨¦lago (Reservoir Books; Proa en catal¨¢n). Toda novela negra gira, en su opini¨®n, ¡°en torno al asesinato y al amor¡±, porque el ¡°verdadero mal es el que est¨¢ subyacente¡±. Ma?ana y tarde, Nesbo luci¨® unas gafas de pasta negra y vidrios tintados de naranja que no se quit¨®. Su pose desenfadada evocaba su pasado de integrante de una banda de pop-rock. Vest¨ªa tejanos, americana y camiseta negra. De hecho, precisamente El murci¨¦lago lo escribi¨® a finales de los noventa, record¨®, cuando tras una temporada muy estresante de conciertos con su grupo decidi¨® irse de vacaciones. Una amiga le hab¨ªa propuesto escribir sobre sus andanzas musicales. Nesbo se neg¨® porque, seg¨²n ¨¦l, ¡°lo que pasa en la carretera debe quedar en la carretera¡±, pero se arranc¨® con una obra de ficci¨®n. El detective Harry Hole ¡°naci¨® en las 33 horas¡± que realiz¨® de trayecto entre Oslo y Sidney.
Todo empez¨® all¨ª: en la ficci¨®n el detective se aloja en el hotel en el que Nesbo estuvo, y la cultura aborigen que nutre la novela es fruto de sus visitas a museos durante esas vacaciones. ¡°La escrib¨ª en cinco semanas¡±, asegur¨®. Nesbo se decant¨® por la novela negra por un motivo: ¡°Me gustaba la idea de convertirme en mago, con una mano puedes explicar y con la otra manipular, sacar trucos de la chistera¡±. La premisa, concluy¨®, es clara: ¡°Me fascina analizar el sentimiento de culpa. El camino hacia el infierno est¨¢ lleno de buenas intenciones¡±. Y enfatiz¨®: ¡°A los lectores hay que decepcionarlos, marearlos, o darles lo que no sab¨ªan que quer¨ªan¡±.
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