Tres artistas en el limbo
Kolt¨¨s, Basquiat y Baker reviven en ¡®La revolta dels ¨¤ngels¡¯, de Enzo Cormann
La obra de teatro La revolta dels ¨¤ngels, de Enzo Cormann, que dirigida por Nicolas Chevalier se representa en el Teatre Akad¨¨mia de Barcelona, re¨²ne en la ficci¨®n a tres artistas de manera ins¨®lita. En un lugar del limbo, exactamente en un bar provisto de muchas botellas de g¨¹isqui, se encuentran el dramaturgo y escritor franc¨¦s Bernard-Marie Kolt¨¨s, el pintor Jean-Michel Basquiat y el m¨²sico Chet Baker, estos dos ¨²ltimos estadounidenses. A los tres les sorprende haberse encontrado de manera sobrevenida, as¨ª que empiezan a hacerse preguntas: ¡°?Por qu¨¦ estamos aqu¨ª? ?Por qu¨¦ nosotros?¡±. Cormann les da una ¨²ltima oportunidad para expresarse en el mundo de los vivos, y la utilizan para rebelarse. Lo hacen en contra de la mercadotecnia, de la idolatr¨ªa que la sociedad profesa a los artistas una vez fallecidos.
?La obra, en catal¨¢n, re¨²ne a tres referentes en sus ¨¢mbitos art¨ªsticos muertos entre 1988 y 1989, en circunstancias dram¨¢ticas, y con un nexo m¨¢s en com¨²n: la rebeld¨ªa con la que afrontaron sus creaciones y su biograf¨ªa, explica Chevalier. El arte, la fama, as¨ª como la capacidad de la sociedad para elevar a los altares de culto a creadores malditos una vez muertos, centran el argumento montaje. Sobre el escenario, los personajes intentan pas¨¢rselo bien mientras rememoran sus vivencias, como si fuesen ¡°¨¢ngeles ca¨ªdos, porque la sociedad genera productos sobre la manera en la que desgarraron su vida convirti¨¦ndolos, por ejemplo, en una camiseta, en un simple objeto etiquetado¡±, detalla el director.
Kolt¨¨s (1948 - 1989), interpretado por Guillem Motos, muri¨® en Par¨ªs a causa del sida, que lo consumi¨® durante a?os. La ternura de sus creaciones po¨¦ticas contrast¨® con las violentas situaciones de sus personajes. En su ¨²ltima obra, Roberto Zucco, abord¨® las vivencias de un asesino en serie. Hoy es un cl¨¢sico del teatro contempor¨¢neo, pero su fama se multiplic¨® una vez fallecido. ¡°Sus comportamientos, lo que podr¨ªa resultar abyecto en vida, son aclamados despu¨¦s de la muerte en un fen¨®meno de adulaci¨®n¡±, reflexiona Chevalier.
En el caso de Baker (1929-1988), interpretado en el espect¨¢culo por Xavi S¨¢ez, las melod¨ªas de jazz que tocaba con su trompeta van parejas a una trayectoria vital marcada por los extremos.
Adicto a la hero¨ªna, estuvo en prisi¨®n y lleg¨® a ser expulsado de varios pa¨ªses europeos. ¡°Espero que Dios exista para poder cogerlo del puto cuello¡±, sentenci¨®. Su disco Chet Baker Sings le hizo conocido a nivel mundial. Despu¨¦s le destrozaron la dentadura durante una pelea en San Francisco. El director de cine Bruce Weber rod¨® un documental sobre ¨¦l, Le'ts get lost.
¡°Alguien dijo de Baker que hizo tres cosas en la vida: tocar m¨²sica, amar a las mujeres y chutarse¡±, explican los integrantes de La revolta dels ?ngels. El m¨²sico muri¨® cayendo desde una ventana en un hotel de ?msterdam, en extra?as circunstancias.
Basquiat (1960-1988), en cambio, empez¨® pintando paredes bajo el seud¨®nimo SAMO (Same Old Shit) y lleg¨® a ser apadrinado por Andy Warhol. Interpretado en el montaje por David Men¨¦ndez, salt¨® de la calle a las galer¨ªas reflejando minor¨ªas ¨¦tnicas, lo primitivo, las referencias al consumo, las calaveras y los esqueletos, hasta morir de una sobredosis.
¡°La gente los ha idolatrado cuando ellos quer¨ªan malvivir, hacer un arte del olvido¡±, afirma Men¨¦ndez, quien pone como ejemplo la camiseta sobre Basquiat que puede comprarse esta temporada en unos grandes almacenes.
El texto es ¡°muy po¨¦tico¡±, cuenta Chevalier. En ¨¦l el autor acaba reconociendo que su actitud tambi¨¦n es un tanto desp¨®tica, con lo que pone en marcha un juego teatral. Para no caer en la situaci¨®n que critica reconoce que entre el muerto y el icono hay un t¨¦rmino medio: el personaje, que alguien crea y al que puede hacer decir lo que sea.
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