¡°Solo Shakespeare y yo hemos contado un siglo en ficci¨®n¡±
El escritor Ken Follett, que ha vendido 150 millones de sus libros, debuta hoy en una 'Diada' de Sant Jordi de la que se convierte en uno de sus reclamos
Haber vendido m¨¢s de 150 millones de ejemplares de su obra le ha dado a Ken Follett cientos de millones y tambi¨¦n una gran seguridad en s¨ª mismo. Medio en broma medio en serio, el autor de la trilog¨ªa The Century se pone al nivel de William Shakespeare, con el que comparte el hecho de que ambos han escrito la historia de todo un siglo a trav¨¦s de la ficci¨®n. ¡°Shakespeare explic¨® la historia del siglo XV en ocho obras de teatro y yo quer¨ªa contar la historia del siglo XX en tres novelas. Y, por lo que yo s¨¦, somos los ¨²nicos dos escritores que han hecho eso, ja ja ja ja ja¡±, r¨ªe en una entrevista ayer con este diario.
Nacido en Cardiff en 1949 y criado en el norte de Londres, Follett trabaj¨® brevemente de periodista antes de dedicarse profesionalmente a la novela. El ¨¦xito le lleg¨® en 1978 con El ojo de la aguja, cinco a?os y varios libros despu¨¦s de su debut literario. Un ¨¦xito que se convirti¨® en arrollador con Los pilares de la tierra (1989) y con la trilog¨ªa formada por La ca¨ªda de los gigantes (2010), El invierno del mundo (2012) y El umbral de la eternidad (2014).
Follett estaba preparando esa trilog¨ªa, que narra la historia del siglo XX a trav¨¦s de cinco familia, cuando vio en cuatro d¨ªas consecutivos la representaci¨®n de las ocho obras con las que Shakespeare explic¨® la historia de la Inglaterra del siglo XV, de Ricardo II a Ricardo III. ¡°En aquel tiempo estaba pensando en esta trilog¨ªa, que cuenta la historia de un siglo. No creo que haya ning¨²n otro autor que haya intentado escribir la historia de todo un siglo en forma de ficci¨®n, en novelas y en teatro. Solo Shakespeare. Fui a ver la sobras porque Shakespeare me fascina pero tambi¨¦n por lo que iba a escribir sobre el siglo XX¡±, explica.
No s¨¦ qu¨¦ me voy a encontrar pero todo el mundo me dice que me voy a quedar alucinado
Y le fue muy ¨²til. ¡°Me interes¨® que todas las obras giraban en torno a dramas personales. Hablan de la historia de Inglaterra, de batallas, de reyes, de pol¨ªtica, pero Shakespeare siempre se centra en los dramas personales, en romances, en luchas por el poder. Y eso es exactamente lo que he intentado hacer con la trilog¨ªa: la historia ha de estar en segundo plano porque este no es un libro de historia, es una novela. Y mis novelas son siempre de emociones individuales, relaciones entre individuos. Una novela no es nunca sobre una guerra sino sobre gente que va a la guerra¡±, sostiene el autor gal¨¦s.
Ayer lleg¨® a Barcelona para descubrir personalmente qu¨¦ pasa aqu¨ª el d¨ªa de Sant Jordi. ¡°Mis editores espa?oles llevan much¨ªsimo tiempo dici¨¦ndome que es muy divertido y es tambi¨¦n conveniente porque estoy dando entrevistas. No hace falta que le explique los problemas que tiene la econom¨ªa espa?ola y si las librer¨ªas tienen problemas me encanta darles un poquito de ayuda. O sea que puedo tener diversi¨®n, ayudar a las librer¨ªas, dar algunas entrevistas¡±, ironiza.
No puedo opinar sobre la independencia de Catalu?a o Escocia, pero s¨ª de la de Gales:? creo que ser¨ªa mala¡±
¡°No s¨¦ qu¨¦ me voy a encontrar pero todo el mundo me dice que me voy a quedar alucinado y estoy seguro de que voy a disfrutar¡±, a?ade. Pero entre firmas de ejemplares y entrevistas de promoci¨®n, a Follett apenas le queda tiempo para pasear y comprar un libro y una rosa: ¡°A ver si encuentro una hora libre¡¡±.
En sus libros, el escritor gal¨¦s combina personajes de ficci¨®n y personajes reales. ¡°Los de ficci¨®n son m¨¢s importantes porque me permiten explicar por qu¨¦ alguien acab¨® tomando determinada decisi¨®n. Yo no puedo decidir qu¨¦ pensaba Nikita Jrushev cuando decidi¨® enviar los misiles a Cuba porque el lector sabe que yo no s¨¦ qu¨¦ pensaba Krushev. Estar¨ªa mintiendo. Pero puedo inventarme un personaje que entienda por qu¨¦ Khrushev tom¨® las decisiones que tom¨®. El lector sabe que es ficci¨®n pero, si est¨¢ bien hecho, es muy convincente¡±, sostiene.
¡°Aprend¨ª mucho mientras escrib¨ªa la trilog¨ªa¡±, relata. ¡°Cuando empec¨¦, no ten¨ªa una idea subyacente; pero, a medida que avanzaba me di cuenta de que en el siglo XX hab¨ªa una idea subyacente: la lucha de la gente por la libertad. Una y otra vez, mientras le¨ªa los libros de historia y buscaba un drama, me daba cuenta de que ese drama siempre estaba relacionado con la b¨²squeda de la libertad de una forma u otra. A veces, sin conseguirla, como los obreros de las f¨¢bricas rusas que en 1914 se vuelven bolcheviques y hacen la revoluci¨®n rusa: cre¨ªan que hab¨ªan conseguido la libertad pero no la consiguieron. Pero otra gente s¨ª que lo consigui¨®. Es muy llamativo que el siglo XX est¨¢ lleno de campa?as pol¨ªticas que tuvieron ¨¦xito. Como las sufragistas que defend¨ªan el derecho al voto de las mujeres, que fueron perseguidas, encarceladas, denigradas por los peri¨®dicos, pero ganaron. O los afro-americanos exigiendo derechos civiles en los a?os 50 y 60. Ganaron esa batalla¡±.
Simpatizante laborista de toda la vida, su esposa Barbara lleg¨® a formar parte del Gobierno en tiempos de Gordon Brown. Pero admite que las elecciones brit¨¢nicas de dentro de dos semanas est¨¢n muy re?idas. ¡°Nadie sabe qu¨¦ pasar¨¢. Creo que los laboristas ser¨¢n el partido con m¨¢s esca?os pero no tendr¨¢n mayor¨ªa absoluta. Y tendr¨¢ que haber acuerdos y alianzas entre diferentes partidos para gobernar. Y eso no es necesariamente bueno para el pa¨ªs. Las coaliciones son a veces d¨¦biles¡±, concede. ¡°Supongo que siempre hemos tenido aversi¨®n al cambio. Nos preocupa que el desplome del sistema de dos partidos nos lleve a cierto tipo de caos. Pero quiz¨¢s ese es un cambio que acabe siendo permanente y con el que tenemos que aprender a vivir. Quiz¨¢ porque los brit¨¢nicos ya no est¨¢n divididos n¨ªtidamente en dos clases¡±, reflexiona.
Ken Follett es profundamente europe¨ªsta. ¡°La actitud brit¨¢nica hacia Europa realmente me saca de quicio. Es obvio que tenemos que ser parte de Europa. Hacemos negocios en Europa. Todos viajamos a otros pa¨ªses europeos. Es una locura pensar que Gran Breta?a estar¨ªa mejor fuera de la Uni¨®n Europea. Todos ser¨ªamos financiera y culturalmente m¨¢s pobres. Es algo que me irrita y es un legado de ese sentimiento de los brit¨¢nicos de que somos los m¨¢s grandes porque creamos el Imperio Brit¨¢nico. De eso hace mucho tiempo¡±, proclama.
Prudente, pasa de puntillas por la cuesti¨®n soberanista: ¡°No creo que tenga derecho a opinar sobre la independencia de Catalu?a y tampoco sobre la de Escocia. Puedo opinar sobre la independencia de Gales: creo que ser¨ªa mala¡±.
Y recurre a un personaje de sus libros para lamentar la crisis que atraviesa su profesi¨®n inicial, el periodismo: ¡°Hay un momento en El invierno del mundo en el que la hero¨ªna alemana descubre en 1941 el programa nazi de exterminio de los jud¨ªos y tiene pruebas de ello. Y se pregunta a qui¨¦n puede dec¨ªrselo porque ya no quedan m¨¢s periodistas que los periodistas nazis ni m¨¢s abogados que los abogados nazis, ni m¨¢s pol¨ªticos que los pol¨ªticos nazis. Y se da cuenta de que antes no se preocupaba por los periodistas, los abogados, los pol¨ªticos pero ahora se da cuenta de que son la gente que defiende su libertad¡±, concluye.
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