San Pablo y el Enterprise
Kraftwerk repiti¨®, en su ¨²nico concierto en Espa?a, el mismo espect¨¢culo visto en el S¨®nar hace un par de a?os
La sensaci¨®n de paso del tiempo la suelen marcar dos hechos: el crecimiento de los hijos y las miradas hacia atr¨¢s, a ese mundo sin m¨®viles, con m¨¢quinas de escribir y realidades que nunca eran virtuales. En un paraninfo ocasional como el Liceo, cuatro se?ores ataviados como personajes de Tron reivindicaron su mirada al pasado, afirmaron su pertinencia y por medio de un espect¨¢culo que pareci¨® deliberadamente ingenuo ense?aron al alumnado, todo ese p¨²blico que llen¨® el burgu¨¦s recinto con el esp¨ªritu na?f del punk que orina en las paredes de un palacio, que el ayer fundamenta buena parte del hoy. Eran Kraftwerk, repitiendo en su ¨²nico concierto en Espa?a el mismo espect¨¢culo visto en el S¨®nar hace un par de a?os.
Kraftwerk
ELECTR?NICA
Kraftwerk
Liceo
22 Abril 2015
Se abre el tel¨®n y aparece San Pablo. Viste una t¨²nica antigua y sandalias cuarteadas, gasta barba descuidada por supuesto nada moderna e ignora qui¨¦n es Bibiana Ballb¨¨. Su cerebro est¨¢ tan limpio y ajeno al artificio como antiguo es el idioma que habla, tanto que no contempla palabras como gentrificaci¨®n y cool, aunque le sirve para explicar una par¨¢bola que a¨²n mantiene su sentido pese al paso del tiempo. ?Tendr¨ªa l¨®gica cuestionar su falta de correcci¨®n vistiendo?, ?que hablase de peces en tiempos de Pescanova? Con Kraftwerk puede pensarse algo parecido, escuchando su m¨²sica, electr¨®nica seca, pensando en su gui¨®n, una adoraci¨®n del futuro ya pasado, y mirando los recursos visuales, im¨¢genes que en todo caso remit¨ªan a Mario Kart. Era la par¨¢bola lo importante, no que el arameo carezca de vocablo para trendy.
Y la par¨¢bola nos habl¨® de una electr¨®nica que escuch¨¢ndola en el Liceo hac¨ªa pensar en las ra¨ªces de las plantas, esa parte invisible que les da vida. Hier¨¢ticos, manipulando instrumentos como Uhura y Sulu en el Enterprise, recuperando cl¨¢sicos llamados a permanecer m¨¢s all¨¢ de los vaivenes de la moda y ba?¨¢ndolo todo con una leve p¨¢tina de humor, Kraftwerk se antojaron viejos maestros de escuela. Eso s¨ª, sus alumnos, lejos de considerarlos pesados viejos caducos, los disfrutaron tras unas gafas de 3D que parecieron rid¨ªculos artilugios pretecnol¨®gicos que desvirtuaron la individualidad para sumergirla en la masa. Desde el escenario deb¨ªa ser risible. Ah!, y como a todos los maestros que encuentran un alumnado receptivo, el tiempo acab¨® traicionando a unos Kraftwerk que no necesitaban alargar tanto su par¨¢bola para que fuese entendida.
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