Qu¨¦ tiempo tan feliz
Centre de Convencions, F¨°rum. Acto central PSC. Aspecto de mitin del PSC de toda la vida, pero menos. Veribigracia: en los aleda?os hay autobuses aparcados. Pocos. En otros tiempos, la cosa hubiera supuesto el nacimiento de una nueva empresa mixta de automoci¨®n y otra de fabricaci¨®n de bocadillos. No es el caso. El acto, para ser una superproducci¨®n, tiene pocos, aunque entregados, extras. Que parecen agruparse en la media de edad de los espectadores del programa de Teresa Campos, lo que es un indicio de que empieza a haber una brecha generacional pol¨ªtica por aqu¨ª abajo, que separa a los partidos de la Transici¨®n del resto del planeta, y que presagia un tercer acto de la crisis espa?ola llamativo.
Anyway. El PSC es un objeto estilizado tras diversos ERE's ideol¨®gicos, el caso Mercurio y las traum¨¢ticas primarias en Barcelona ¡ªen las que el aparato se pel¨®, v¨ªa siglo XIX system, al candidato con mayores apoyos fuera del PSC¡ª. Ese PSC en estado Zen, y la campa?a de Collboni invitan a pensar que ser¨¢ un acto sencillo. De hecho, la de Collboni, ha sido la mejor campa?a. B¨¢sica, con tonos de humor y autoiron¨ªa, y capaz de emocionar (algo dif¨ªcil; la ¨²ltima persona que se emocion¨® con el PSC igual fue el gerente de M¨¦todo3 al imprimir una factura).
Pero, por lo que sea, la campa?a de Collboni parece ceder a las din¨¢micas del PSOE y PSZzzzz. El acto, conducido por el actor Abel Folch ¡ªdefendi¨® el guion con un par; empez¨®, incluso, apelando a los j¨®venes, inexistentes en la sala¡ª, fue inaugurado por un animoso Miquel Iceta ¡ªese hombre sabe tanto del PSC que el PSC deber¨ªa hacerle una estatua o pagarle un francotirador¡ª. Luego intervino N¨²ria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma, y met¨¢fora del PSC: poco antes de que explotara el caso Pretoria, escrib¨ªa una entrada en su bloc ¡ªt¨ªtulo: ¡°No more heroes any more¡±¡ª, denunciado a esas personas mal pensadas y malas, que hablaban de corrupci¨®n en el municipio.
Tras N¨²ria Mar¨ªn, alcaldesa de L'Hospitalet ¡ªhabl¨® tan aparato que pod¨ªa haber exprimido una naranja, como otros aparatos¡ª y Albert Sol¨¦ ¡ªhijo de Sol¨¦ Tur¨¤¡ª, agreg¨® un punto humano y ecum¨¦nico de izquierdas. Un Pedro S¨¢nchez poco estructural, envejeci¨® un poco m¨¢s el acto ¡ªhabl¨® de un ¡°pacto entre generaciones¡±, para salvar aquello por lo que luch¨® el p¨²blico, al parecer, su generaci¨®n¡ª. Cerr¨® un Collboni alejado de sus spots. Defensa de la socialdemocracia, esa cosa que desapareci¨® oficialmente en la legislatura ZP, y llamada, como en los ¨²ltimos 30 a?os, al voto ¨²til, esa raz¨®n de ser lejana.
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