Les Tres Torres y La Marina del Prat, dos Barcelonas opuestas ante el 24-M
El barrio que m¨¢s vota casi quintuplica la renta y duplica la participaci¨®n del que menos
La regla no falla: cu¨¢nta mayor es la renta de un barrio, mayor es la participaci¨®n en las elecciones y m¨¢s votos cosechan los partidos de derechas. Por la misma regla de tres, los barrios humildes son m¨¢s abstencionistas y apoyan m¨¢s a los partidos de izquierdas. Conscientes de ello y teniendo en cuenta que en Barcelona las encuestas pronostican una victoria muy ajustada de CiU o de Barcelona en Com¨², estos ¨²ltimos y PSC, ERC y la CUP han intentado movilizar el voto en los barrios m¨¢s humildes. Los datos confirman la norma: entre el barrio que m¨¢s vota y el que menos hay un abismo.
Les Tres Torres casi quintuplica la renta de La Marina del Prat Vermell. Duplica la participaci¨®n. Las proporciones en el apoyo a derecha e izquierda tambi¨¦n son inversas en estos dos barrios de una ciudad que tiene 73. Veamos.
Les Tres Torres, distrito de Sarri¨¤. Renta de 224 sobre la media de la ciudad, de 100. Y r¨¦cord de participaci¨®n entre los 73 barrios de Barcelona. Vot¨® el 65,1% del censo. De 7.464 votos, casi 6.000 se los repartieron CiU (3.874) y PP (2.110). PSC, ICV y ERC sumaron 761.
En el otro extremo, La Marina del Prat Vermell, Zona Franca, Sants-Montju?c. Renta de 59, por debajo de 100. Y el barrio donde menos gente fue a votar, junto a Torre Bar¨®, en Nou Barris: el 28,7% del censo, 252 personas. Depositaron 117 papeletas para el PSC, 42 para el PP, 40 para CiU, 13 para ICV y 4 para ERC.
Les Tres Torres tiene 16.161 habitantes y es un barrio consolidado. La Marina del Prat Vermell, tiene apenas 1.144 y es un barrio perif¨¦rico que aguarda la construcci¨®n de hasta 30.000 viviendas. El estallido de la burbuja del ladrillo las paraliz¨®. Pese a las diferencias, el barrio que m¨¢s vota y el que menos, comparten algunos detalles. Por ejemplo: nadie se ha acercado hasta all¨ª a hacer campa?a, subrayan los vecinos. Ni se han molestado en colgar carteles electorales en las calles. Llegas a uno en ferrocarriles o al otro en bus y ni rastro de que el domingo haya elecciones.
¡°Aqu¨ª se hab¨ªa hablado siempre mucho de pol¨ªtica, hay muchos convergentes, pero con todo lo que ha pasado¡¡±, habla bajito la dependienta de un colmado de la calle de las Escoles Pies, que se refiere a los casos de corrupci¨®n y mira a lado y lado, no fuera que alguien la escuchara. Si los detalles cuentan, en Tres Torres en el escaparate de la farmacia hay publicidad de las cremas de Isabel Preysler; hay pisos de alquiler que cuestan m¨¢s de 2.500 euros al mes y muchos edificios ¡ªcasi todos a cuatro vientos¡ª tienen entrada para el servicio. No es raro ver sirvientas de uniforme paseando un perro.
O porteros como Manuel. Bata azul y fumando en la calle. ?l hab¨ªa votado al PSOE, ¡°toda la vida¡±. Pero est¨¢ ¡°harto de chorizos¡±. Charla con uno de sus vecinos, que revela que votar¨¢ ¡°CiU, como siempre¡±. ?Y adem¨¢s de la factura que pueda haber pasado la corrupci¨®n, la crisis, se ha notado? ¡°Si acaso, en que la gente tiene menos¡±, coinciden el portero y su vecino.
El cabreo en la Zona Franca est¨¢ m¨¢s a flor de piel. El metro que los candidatos de todos los partidos pol¨ªticos prometen es visible solo con un cartel que est¨¢ desconchado de viejo. ¡°Ya est¨¢ hecho, pero no corre¡±, exclama Joan se?alando el asfalto del paseo de la Zona Franca. 90 a?os y la cabeza de un chaval: ¡°Solo hacen que prometer dinero¡ para las carteras de los dem¨¢s¡± dice entre carcajadas. Dialoga con Vicen?, 82 primaveras. Vive en la superviviente Col¨°nia Bausili: ¡°Ya no me creo a los que cuando dicen tres, son dos¡±.
Joan y Vicen? aseguran que han votado durante mucho tiempo, pero que tambi¨¦n llevan tiempo sin votar. Aqu¨ª los detalles tambi¨¦n cuentan. Medio barrio son industrias cerradas que rodean los seis bloques del Prat Vermell. La calle de Ulldecona y los solares contiguos est¨¢n patas arriba. Los carteles de las vallas muestran im¨¢genes de c¨®mo quedar¨¢. Nada que envidiar a la Diagonal.
A la flamante comisar¨ªa de los Mossos le llaman El Cuartel de los Ciegos: ¡°porque hacen la vista gorda con los trapicheos¡±. No hay tantos toxic¨®manos como cuando exist¨ªa el poblado de Can Tunis, pero los hay. Y en la plaza del Nou, que debe el nombre al bus del que todo el barrio depende, ya no para el 9, sino el rebautizado como H16.
Llega la mujer de Vicen? del otro lado del paseo. Carga bolsas del Mercadona, donde lo compra ¡°todo¡±. Con solo dos tiendas en el barrio, no es exagerado afirmar que les ha cambiado la vida. El supermercado est¨¢ bajo tierra. Como el metro. Pero son otros ritmos.
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