Carta abierta a los candidatos

Hoy los ciudadanos de la regi¨®n de Madrid acudimos a las urnas para elegir la composici¨®n de la Asamblea de Madrid en los pr¨®ximos cuatro a?os y, con ello, del Gobierno de nuestra Comunidad, lo que tiene una importancia decisiva para el presente y futuro de la educaci¨®n p¨²blica madrile?a y, en particular, de las universidades. Como universitario y rector electo de la Universidad Complutense de Madrid, me atrevo a hacer llegar estas reflexiones a los candidatos a la presidencia regional.

La primera es sencilla: vean ustedes a las universidades p¨²blicas madrile?as como lo que son, un inmenso valor para nuestra regi¨®n desde el punto de vista cient¨ªfico, social y econ¨®mico. Nuestra Comunidad cuenta con seis universidades p¨²blicas que constituyen un polo de conocimiento, investigaci¨®n y desarrollo muy singular a escala nacional y europea, lo que hace del sistema universitario de Madrid un verdadero motor de la educaci¨®n superior en Espa?a. Los diferentes indicadores nacionales e internacionales sit¨²an a las universidades madrile?as entre las mejores del pa¨ªs y entre las primeras en varias ¨¢reas a escala internacional.

Hay numerosos estudios sobre el valor aportado por la universidad. Sobre c¨®mo cada euro invertido en ella es devuelto con creces en t¨¦rminos econ¨®micos, tanto por el valor a?adido que supone la inserci¨®n de profesionales cualificados en las empresas de la regi¨®n como por la actividad generada directamente por la universidad: el desarrollo de empresas subsidiarias a la docencia e investigaci¨®n, alojamiento, manutenci¨®n, ocio, transportes, congresos, etc¨¦tera. A ello hay que a?adir intangibles como el nivel educativo, el prestigio, el posicionamiento internacional de la regi¨®n, vida cultural, etc¨¦tera. Queremos que esto se note a¨²n m¨¢s en nuestra regi¨®n trabajando conjuntamente para mejorar la colaboraci¨®n con el tejido empresarial; para incrementar el n¨²mero de empresas innovadoras y de alta tecnolog¨ªa; para mejorar el nivel de inserci¨®n laboral de nuestros estudiantes y para contribuir activamente a la formaci¨®n a lo largo de la vida, de modo que todos los ciudadanos perciban la universidad p¨²blica como una instituci¨®n que enriquece a nuestra Comunidad.

La segunda reflexi¨®n se refiere a la necesidad de definir un modelo de relaci¨®n entre las universidades y la Comunidad basado en la colaboraci¨®n, la confianza y la exigencia mutua. Debemos avanzar hacia un modelo de financiaci¨®n de contrato-programa por objetivos que permita una planificaci¨®n plurianual con unos presupuestos suficientes, estables y sostenidos sobre los que las universidades puedan construir sus pol¨ªticas acad¨¦micas y apuestas estrat¨¦gicas a largo plazo. Todo ello rindiendo cuentas puntualmente sobre el grado de cumplimiento de los objetivos comprometidos. Las universidades no solo no temen ser evaluadas sino que, al contrario, deben serlo, y estoy seguro de que superar¨¢n estos escrutinios, siempre que se den unas condiciones de partida adecuadas.

La tercera es sobre el sinsentido de que los estudiantes madrile?os paguen por sus estudios m¨¢s del doble de lo que lo hacen en otras regiones del Estado. Nuestros estudiantes han sufrido en los ¨²ltimos a?os un aumento superior al 60% de las tasas acad¨¦micas, un esfuerzo que fundamentalmente recae sobre las espaldas de las familias y que expulsa de nuestras universidades a estudiantes por motivos econ¨®micos. No basta con la congelaci¨®n de las tasas, sino que es necesaria y urgente una rebaja de la presi¨®n econ¨®mica que hace hoy desigual y dif¨ªcil el acceso a nuestra universidad p¨²blica madrile?a a muchos j¨®venes con talento y ganas. Espero y deseo que dicha rebaja sea una de las primeras decisiones que tome el nuevo equipo de educaci¨®n de nuestra Comunidad.

Finalmente, creo que es urgente prestar atenci¨®n a la inversi¨®n regional en I+D. A pesar de que el porcentaje del PIB regional de gasto en I+D en la Comunidad de Madrid est¨¢ por encima de la media nacional, esto no se debe ni mucho menos al gasto p¨²blico del Gobierno regional, que es bastante reducido y que adolece, adem¨¢s, de una estrategia clara de investigaci¨®n acorde con el gran potencial de Madrid.

La sociedad madrile?a necesita un compromiso decidido y responsable de nuestros gobernantes con las universidades p¨²blicas. No basta con la gesti¨®n ordinaria de esta competencia, con administrar ingresos y gastos. Necesitamos una pol¨ªtica universitaria activa que desarrolle sinergias entre los distintos agentes sociales y econ¨®micos, que impulse a nuestros centros universitarios al nivel de excelencia que merecen y que, en definitiva, contribuya al avance y mejora de nuestra regi¨®n.