El poder de la imagen

Un par de puntos a modo de ojos y una l¨ªnea como boca: estos elementos son suficientes para que el cerebro humano identifique un rostro de manera universal, independientemente de culturas o geograf¨ªas. A veces vemos estos rostros que nos observan desde la calle: en una vieja caja de fruta abandonada en la basura o en un desconchado de una pared. Y, a¨²n as¨ª, generan empat¨ªa. A partir de ah¨ª las posibilidades de crear personajes son infinitas: coloridos mu?ecos, simp¨¢ticos animales antropomorfos o bestias fant¨¢sticas invaden nuestra cultura visual, en ilustraciones, animaciones, robots, juguetes o el mundo de la publicidad.

?Pictoplasma es una plataforma que celebra anualmente, desde 2004, un evento en Berl¨ªn dedicado a tomar el pulso del dise?o de mascotas, figuras y personajes. Un fen¨®meno surgido en el siglo XX, algunos de cuyos hitos, en el ¨¢mbito del marketing, son el inflado mu?eco de Michel¨ªn, el gallo de Kellog's o Ronald McDonald. Un ejemplo paradigm¨¢tico en Espa?a, dentro de la animaci¨®n, es el popular Pocoy¨®, obra de Guillermo Garc¨ªa Casi, que ha participado en alguno de estos congresos.

En 2013, la organizaci¨®n trajo a La Casa Encendida la exposici¨®n colectiva Pictoplasma White Noise, que ahondaba en la apropiaci¨®n y uso subversivo de los iconos globales. All¨ª pudimos ver todo tipo de seres imaginarios cobrando cuerpo en tres dimensiones o animados sobre una pantalla. Ahora Pictoplasma vuelve a visitarnos. Ma?ana a las 20 horas en La Casa Encendida, tiene lugar la conferencia performance, Pictoplasma: Erik Willer, o c¨®mo me convert¨ª en un picto-psic¨®logo, en la que el actor Niels Bormann encarna al psic¨®logo Erik Willer, fundador de la disciplina de la pictopsicolog¨ªa, que trata de medir cuantitativamente el efecto que las im¨¢genes tienen sobre nosotros.