Y H¨¦rcules encontr¨® las Hesp¨¦rides
Un cuadro de Aleix Clap¨¦s, inspirado en ¡®L¡¯Atlantida¡¯ de Verdaguer, vuelve al Palau G¨¹ell despu¨¦s de casi noventa a?os, tras la cesi¨®n que ha hecho el MNAC
H¨¦rcules es uno de los h¨¦roes m¨¢s trabajadores de toda la mitolog¨ªa cl¨¢sica. Protagoniz¨® doce famosos y peligrosos trabajos que le encarg¨® la diosa Hera en los que ten¨ªa que matar, conquistar o buscar un animal o planta m¨¢gicos recorriendo toda la geograf¨ªa conocida. En el und¨¦cimo viaj¨® al huerto de Hera, el Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides, que los griegos ubicaban en el extremo occidente, para buscar las manzanas doradas que proporcionaban la inmortalidad. Una leyenda que ha inspirado desde entonces a artistas y poetas, como Jacint Verdaguer que escribi¨® L'Atl¨¤ntida en 1877; un poema que est¨¢ en la base de unos de los jardines m¨¢s enigm¨¢ticos y evocadores de Barcelona, el Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides, que Gaud¨ª construy¨® para su mecenas ¡ªy gran devoto de Verdaguer¡ª, Eusebi G¨¹ell en una zona a las afueras de Barcelona de entonces, hoy la Avenida de Pedralbes. El poema y el mito est¨¢ tambi¨¦n presente en una pintura que despu¨¦s de permanecer cerca de un siglo enrollada y olvidada vuelve a lucir en su emplazamiento original. Se trata de H¨¦rcules buscando Las Hesp¨¦rides que Aleix Clap¨¨s realiz¨® en torno a 1890 para el Palau G¨¹ell y que desde 1928 permanece en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), tras la cesi¨®n que hizo Maria Luisa G¨¹ell, la hija del mecenas, al museo.
El retorno ha sido posible gracias al acuerdo de cesi¨®n en comodato entre el MNAC y la Diputaci¨®n de Barcelona, propietaria del edificio, que ha comportado la restauraci¨®n de la enorme tela de 4,20 por 3,45 metros.
La pintura se ha instalado en un bastidor nuevo, adem¨¢s de limpiarse, ya que estaba cubierta por una gran capa de suciedad y barro, y se ha reintegrado las p¨¦rdidas de pintura; unos trabajos que han finalizado con la pintura ya colgada en la pared del Palau ante la atenta mirada del millar de personas que visitan el edificio a diario, tal y como explic¨® ayer Mireia Mestre, jefa de restauraci¨®n y conservaci¨®n preventiva del MNAC. ¡°La obra tiene cicatrices importantes, pero se ha podido recuperar los intensos colores originales, como el azul de Prusia, un pigmento moderno, que Clap¨¦s utiliz¨® con profusi¨®n en el fondo¡±, se?al¨® Mestre.
Este pintor, un aut¨¦ntico desconocido en la actualidad, pero de gran prestigio en su momento, es un claro precursor del simbolismo que trabaj¨® a caballo de la Renaixen?a y el Modernismo, pintando obras de car¨¢cter fant¨¢stico y fantasmag¨®rico aleg¨®ricas a piezas literarias como esta sobre la Atl¨¤ntida. De la mano de Gaud¨ª, comenz¨® a trabajar en el Palau G¨¹ell realizando, aparte de la pintura que ahora ha vuelto a casa, un conjunto de ¨®leos situados en el sal¨®n central del edificio y algunos plafones de puertas de la planta noble, adem¨¢s de, al menos una pintura situada en la fachada.
Y es que Clap¨¦s pint¨® tres versiones de esta pintura. Una de peque?o formato que puede verse en la nueva presentaci¨®n de la pintura moderna del MNAC; la que ahora se ha colocado en su sitio original del Palau y otra enorme que cubri¨® la fachada lateral izquierda, siendo lo primero que se ve¨ªa al acceder al palacio desde las Ramblas. La obra fue muy comentada por la prensa de la ciudad desde que se realiz¨® en 1892, pero se fue perdiendo de forma paulatina, hasta desaparecer por completo. ¡°En los trabajos de limpieza hemos visto que en la pintura hab¨ªa restos de una cuadr¨ªcula de unos 20 cent¨ªmetros de lado realizada con yeso blanco que seguro que se emple¨® para trasladar la obra a otra mayor¡±, explic¨® Mestre, algo que no hab¨ªa podido verse hasta ahora.
En la pintura, se representa una figura colosal, casi desnuda, que camina de forma decidida entre las sombras, iluminado solo por una enorme tea que sostiene con su brazo derecho, mientras mira el fuego. La restauraci¨®n ha permitido conocer un poco mejor la t¨¦cnica del pintor: ¡°Utilizaba poca materia en el fondo, pero mucha en la zona de la llama y el cuerpo de H¨¦rcules¡±, explic¨® la especialista.
La cesi¨®n de la obra por parte del MNAC (que cuenta con otras obras de Clap¨¦s, como Cristo crucificado, Ecce-Homo, Martirio de San Pedro, La deposici¨®n del cuerpo de Cristo o unos muebles de formas incre¨ªbles que no pasan desapercibidos entre las miles de piezas que exhibe el museo), se inscribe dentro de la pol¨ªtica llevada a cabo por el MNAC de poner en valor su colecci¨®n. ¡°Y no hay mejor manera de que las obras vuelvan a su origen, como en este caso¡±, explic¨® su director Pepe Serra.
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