Hecatombe popular

El PP pag¨® ayer cara su soberbia. La falta de di¨¢logo con la oposici¨®n durante los pasados cuatro a?os le ha pasado una car¨ªsima factura: todos los grupos ¡ªcon excepciones puntuales de Ciudadanos¡ª han votado contra ¨¦l en la constituci¨®n de los Ayuntamientos. De esta manera, y a pesar de ser el partido m¨¢s respaldado por los electores en la mayor¨ªa de los 179 municipios de la regi¨®n, ha perdido tres cuartas partes del poder local que atesoraba desde 2011. Ahora debe pensar cu¨¢les son las causas que le han llevado a esta situaci¨®n, no buscar culpables.

Los casos de corrupci¨®n que le han afectado en los ¨²ltimos a?os no han sido perdonados por los madrile?os, que le han retirado el mismo apoyo mayoritario que le concedieron en anteriores comicios; y, sobre todo, en el sur de la Comunidad y en los barrios m¨¢s castigados por la crisis. El paro o la p¨¦rdida de la calidad de vida de los ciudadanos casan mal a la hora de votar con noticias que hablan de comisiones, dinero negro o para¨ªsos fiscales. Y sus votantes se han abochornado.

La regeneraci¨®n del PP, si quiere volver a ganar en 2019, no es ya solo un hecho acuciante, si no imprescindible para su supervivencia. La primera muestra de que la formaci¨®n est¨¢ dispuesta a cambiar el rumbo deber¨ªa ser mostrar una actitud de di¨¢logo y de colaboraci¨®n con los gobiernos elegidos libremente por los ciudadanos. Dentro de cuatro a?os, los mismos que han enviado al PP a los bancos de la oposici¨®n, volver¨¢n a examinarlo. Y mirar¨¢n detenidamente si entre sus filas quedan corruptos y si el partido ha aprendido la merecida lecci¨®n.