El ¡®proceso¡¯ sin Uni¨®
Una candidatura independiente de Uni¨® probablemente no restar¨ªa muchos votos a al soberanismo de CDC pero podr¨ªa alterar las coordenadas del debate en torno a la independencia
Catalu?a empieza a notar los primeros efectos de un terremoto pol¨ªtico sin precedentes. La formaci¨®n que hasta hace pocos a?os fue el pal de paller de la pol¨ªtica catalana est¨¢ en proceso de divorcio entre los dos miembros de la federaci¨®n. Tal ruptura no s¨®lo intensifica a¨²n m¨¢s la excepcional fragmentaci¨®n del sistema de partidos catal¨¢n, sino que una Uni¨® sin Converg¨¨ncia puede ser un elemento enormemente desestabilizador para el actual proceso soberanista.
Es cierto que el peso que tiene Uni¨® sobre el volumen total del electorado de CiU es relativamente modesto. Durante sus a?os de viaje en com¨²n, la federaci¨®n ha asignado una cuota de representaci¨®n del 25% a la formaci¨®n de Duran i Lleida, pues ese era el peso relativo que obtuvo Uni¨® en las elecciones de 1977, cuando las dos formaciones se presentaron por separado.
Sin embargo sabemos por las encuestas que este porcentaje est¨¢ muy por encima de lo que actualmente aporta Uni¨® a CiU. El ¨²ltimo sondeo publicado que intenta cuantificar el peso electoral de Uni¨® en la federaci¨®n es el que realiz¨® la empresa demosc¨®pica GESOP a finales de 2013. Seg¨²n ese sondeo, s¨®lo un 8% de los que se defin¨ªan como votantes de CiU se declaraban m¨¢s propensos a votar a Uni¨® que a Converg¨¨ncia en caso de que hubiera una ruptura.
La formaci¨®n de Duran i Lleida se quedar¨ªa con una porci¨®n muy minoritaria del pastel de CiU tras consumarse la escisi¨®n. ?Significa eso que una Uni¨® sin Convergencia estar¨¢ condenada al fracaso? En realidad, no. La formaci¨®n de Duran i Lleida podr¨ªa conseguir recuperar muchos de los exvotantes de CiU que han ido abandonando la formaci¨®n a lo largo de estos a?os debido a su posici¨®n en el proceso soberanista. Puede que Uni¨® se quedara con un porcentaje muy modesto del actual electorado de CiU, pero podr¨ªa sumar votantes procedentes del resto de formaciones, incluso de las filas de Ciutadans, pues seg¨²n las encuestas muchos de sus votantes ver¨ªan a una candidatura de Uni¨® como una alternativa atractiva.
En caso de producirse una victoria de las fuerzas soberanistas, esta ser¨ªa cualquier cosa menos holgada
En definitiva, en t¨¦rminos num¨¦ricos Converg¨¨ncia no debe, a priori, temer excesivamente por la disoluci¨®n de la federaci¨®n, pues se quedar¨¢ la mayor parte del electorado de CiU. Sin embargo, el divorcio entre UDC y CDC podr¨ªa tener consecuencias muy adversas para el independentismo. Las encuestas y los recientes procesos electorales indican que la suma de CiU, ERC y CUP se encuentra cerca de alcanzar el 50% de los votos. En caso de producirse una victoria de las fuerzas soberanistas, esta ser¨ªa cualquier cosa menos holgada. Es por este motivo que la p¨¦rdida de votos que supondr¨ªa la marcha de Uni¨® podr¨ªa ser peque?a pero suficiente como para impedir que el independentismo alcanzara la mayor¨ªa absoluta en unas elecciones auton¨®micas de car¨¢cter plebiscitario.
Pero la disoluci¨®n de CiU conlleva un segundo peligro, quiz¨¢s menos probable pero definitivamente m¨¢s importante para las fuerzas independentistas. Una candidatura independiente de Uni¨® podr¨ªa alterar las coordenadas del debate en torno a la independencia. Durante los ¨²ltimos a?os, las fuerzas soberanistas han conseguido convencer a una porci¨®n importante de la opini¨®n p¨²blica de que s¨®lo existen dos escenarios viables: el status quo o la independencia. Este planteamiento favorece al independentismo, pues muchos federalistas prefieren la ruptura con Espa?a si la ¨²nica alternativa es mantener intacto el actual Estado de las autonom¨ªas.
Tras consumarse la separaci¨®n de CiU, puede aparecer por primera vez una opci¨®n pol¨ªtica de implantaci¨®n estrictamente catalana con un planteamiento de superaci¨®n del status quo, pero sin llegar a la ruptura unilateral. El pedigr¨ª catalanista de Uni¨® podr¨ªa ayudar a que esta tercera v¨ªa fuera lo suficientemente cre¨ªble como para agrietar el actual planteamiento dicot¨®mico que reduce las alternativas entre la independencia y el status quo.
El divorcio entre Uni¨® y Converg¨¨ncia tiene consecuencias ciertamente imprevisibles y de dif¨ªcil pron¨®stico. Pero una lectura de las encuestas sugiere que muchos de los escenarios m¨¢s probables son altamente adversos para el independentismo. Y es que, guste o no, las fuerzas soberanistas necesitan m¨¢s a Uni¨® de lo que muchos han querido reconocer. Ir¨®nicamente, puede que los que acusaron reiteradamente a Duran i Lleida de ser un lastre para el proceso soberanista sean quienes, al final, m¨¢s acaben ech¨¢ndole de menos.
Llu¨ªs Orriols es profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Carlos III de Madrid
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