Adi¨®s a una leyenda

En 1996 el incansable Ry Cooder viaj¨® a Cuba para contactar con algunos m¨²sicos tradicionales que, en ese momento, permanec¨ªan en el m¨¢s oscuro de los olvidos. Un a?o despu¨¦s aparecer¨ªa el resultado de ese trabajo, el premiado Buena Vista Social Club, Wim Wenders rematar¨ªa la jugada con un oscarizado documental de igual t¨ªtulo. Hab¨ªa nacido una leyenda y los veteranos m¨²sicos sobre los que se hab¨ªa edificado no desaprovecharon la ocasi¨®n: en una segunda juventud se lanzaron a conquistar el mundo y lo conquistaron.

Ry Cooder se baj¨® muy pronto del barco y el paso del tiempo desembarc¨® a otros (Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rub¨¦n Gonz¨¢lez, Cacha¨ªto, P¨ªo Leyva, Puntillita,...) , pero los supervivientes han seguido contra viento y marea. Ahora, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, han decidido bajar el tel¨®n definitivamente, eso s¨ª con una gira de despedida en la que, como m¨ªnimo en Barcelona, se agotaron todas las localidades con semanas de antelaci¨®n.

El Adi¨®s Tour del Buena Vista Social Tour que, en la noche de ayer, llen¨® los jardines del palacio real de Pedralbes fue una gozosa celebraci¨®n de los diferentes aspectos de la m¨²sica tradicional cubana, del bolero m¨¢s desgarrado al son m¨¢s bailable, como un cat¨¢logo de peque?as maravillas a cada cual m¨¢s caliente y contagiosa.

Omara Portuondo y Eliades Ochoa son los dos puntales sobre los que gira la propuesta pero el peso real de la velada se sustent¨® en una soberbia banda de trece miembros dirigida por el trombonista Aguaje Ramos y con alg¨²n hist¨®rico en sus filas como el trompetista Guajiro Mirabal o el laudista Barbarito Torres.

Ochoa aport¨® ese toque campesino tan suyo mientras que Omara desataba el entusiasmo del personal con alguno de sus temas m¨¢s entra?ables como L¨¢grimas negras o Veinte a?os. A lo largo del concierto en una enorme pantalla de v¨ªdeo fueron desfilando homenajes fotogr¨¢ficos a todos los buenavisteros desaparecidos. Momentos emotivos que quedaron totalmente eclipsados por la presencia de Omara que, a sus 84 a?os, sigue conservando toda su picard¨ªa esc¨¦nica y un saber estar que suple con creces las naturales carencias de su voz. Incluso se marc¨® unos pasos de baile con su marido, el tambi¨¦n octogenario tresero Papi Oviedo.

Buena Vista Social Club se despidi¨® a lo grande, sin a?oranza ni lagrimitas. Todo lo contrario: repartiendo calor y ritmo y estableciendo una relaci¨®n de complicidad con el p¨²blico que, no pod¨ªa ser de otra manera, acab¨® de pie bailando animadamente.