Piqu¨¦ Vidal dice que los jueces de Banca Catalana no leyeron el sumario

Joan Piqu¨¦ Vidal, defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana ha reconocido este lunes por primera vez que la mayor¨ªa de los jueces que exculparon a su cliente en 1986 no leyeron el sumario y justific¨® ese comportamiento. ¡°Normalmente quien se lee el caso es el ponente y la ley no les obliga a que tambi¨¦n lo hagan los dem¨¢s, porque si no se hubieran paralizado seis meses los juicios de Barcelona¡±, dijo.

El abogado que m¨¢s se identific¨® con la Generalitat durante los 23 a?os que Pujol estuvo en el poder es ya octogenario, pero en la comisi¨®n del Parlament demostr¨® su capacidad dial¨¦ctica y jur¨ªdica. En su trayectoria de m¨¢s de cinco d¨¦cadas Piqu¨¦ Vidal ha estado en los procesos m¨¢s importantes que ventil¨® la justicia catalana, pero tambi¨¦n estuvo imputado en dos procesos y en los dos acab¨® condenado.

¡°La verdad oficial no se corresponde a veces con la verdad real¡±, proclam¨® para defender su inocencia cuando se le record¨® la condena de nueve a?os de c¨¢rcel del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) por urdir una trama de extorsi¨®n con el juez prevaricador Luis Pascual Estevill y otra de un a?o de la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales.

Inasequible a esa realidad, Piqu¨¦ Vidal carg¨® contra los jueces del TSJC y el fiscal del caso. Con todo, s¨ª admiti¨® que Estevill le apunt¨® en una ocasi¨®n un n¨²mero de cuenta y que el abogado se lo dio a su cliente. Supuestamente ingres¨® 25 millones de pesetas, dej¨® entrever el letrado, y el juez lo exculp¨®.

Pero los renglones torcidos de la justicia que sufri¨® Piqu¨¦ Vidal no existieron en el caso Banca Catalana y en ese caso s¨ª que acertaron los magistrados, vino a decir, aunque ocho de los 41 jueces votasen a favor del procesamiento del expresidente. ¡°Justicia es lo que dicen dos en sala de tres¡±, insisti¨® Piqu¨¦ Vidal para justificar la desidia de algunos magistrados en aquel asunto. ¡°Es que no hab¨ªa nada de nada¡±, dijo, olvidando los contundentes informes del Banco de Espa?a que relatan el enriquecimiento de Pujol y sus familiares, en contra de la ruina que sufrieron miles de peque?os ahorradores y accionistas de la entidad.

El abogado hizo una cerrada defensa de su cliente en aquel caso y sigui¨® clamando por su honestidad, pese a la confesi¨®n de hace casi un a?o sobre la fortuna oculta. ¡°?ticamente no est¨¢ bien¡±, pero lo justific¨® por la situaci¨®n pol¨ªtica que se viv¨ªa entonces en Espa?a y Pujol ten¨ªa que tener su ¡°rinconcito¡± de dinero. Con todo, neg¨® haberse beneficiado con aquella defensa, insisti¨® en que no cobr¨® minuta a Pujol y apostill¨® que ¡°supongo que rompi¨® mi tarjeta cuando lo exculparon¡±. El letrado provoc¨® en otro momento la sonrisa de los diputados cuando se present¨® como una v¨ªctima de la justicia. ¡°Yo voy un poco con el lirio en la mano¡±, dijo en otro momento de su comparecencia.

Piqu¨¦ Vidal simboliza seguramente como pocas personas el m¨¢ximo esplendor del pujolismo, una ¨¦poca en la que se cruzaron los intereses pol¨ªticos, con los empresariales y las amistades personales. Antes que ¨¦l compareci¨® otro s¨ªmbolo de aquella ¨¦poca, el empresario Javier de la Rosa qui¨¦n se ha negado a declarar. Piqu¨¦ Vidal tambi¨¦n defendi¨® a De la Rosa en el caso Grand Tibidabo, pero acabaron enemistados para siempre.

Tras ellos declar¨® Itziar Gonz¨¢lez, exconcejal del distrito de Ciutat Vella y que sufri¨® en sus carnes, con robos y amenazas de muerte su voluntad de poner orden al desmadre del turismo y su oposici¨®n al hotel del Palau de la M¨²sica. La arquitecta defendi¨® la necesidad de acabar con las redes clientelares de los partidos y pidi¨® que los cargos electos sean aut¨®nomos de las estructuras pol¨ªticas y de la funci¨®n p¨²blica.