Alta tensi¨®n en Pedralbes
Miguel Poveda ofreci¨® un intenso concierto con la presentaci¨®n de su disco 'Soneto'
El festival Jardins de Pedralbes ha enfilado ya la recta final de su tercera edici¨®n con resultados inmejorables. A falta de su ¨²ltimo concierto (esta noche actuar¨¢ el cantante brit¨¢nico-liban¨¦s Mika) el certamen bajar¨¢ persianas con m¨¢s de un noventa por ciento de ocupaci¨®n. Definitivamente Barcelona ha hecho suya la propuesta convirti¨¦ndola as¨ª en cita irrenunciable de los primeros calores estivales.
En su pen¨²ltima entrega, el festival volvi¨® a volar muy alto: un inmenso Miguel Poveda ofreci¨® un concierto tan intenso como explosivo, creando un clima de aut¨¦ntica alta tensi¨®n de principio a final.
Poveda volv¨ªa a casa para presentar su disco Sonetos y poemas para la libertad dedicado, una vez m¨¢s, a su personal lectura de la poes¨ªa. Y con las palabras desgarradoras de Miguel Hern¨¢ndez comenz¨® una velada larga y plagada de erupciones volc¨¢nicas. Arropado por una banda de catorce m¨²sicos, que inclu¨ªa un cuarteto de cuerda, y vestido con su elegancia habitual a pesar del calor, Poveda comenz¨® derrochando pasi¨®n con varias de las canciones del pl¨¢stico. Mucho ritmo y mucha fuerza orquestal, dominada por la siempre segura y confortable presencia de Joan Albert Amarg¨®s dirigi¨¦ndolo todo.
El concierto se dividi¨® en tres claros bloques, para cada uno Poveda utiliz¨® el vestuario adecuado. En el primero fluyeron las canciones-poema m¨¢s recientes. Hacia la mitad y sentado, como marcan las normas, regres¨® al flamenco m¨¢s jondo, para acabar en los terrenos de la copla a solas con el piano de Amarg¨®s y, ya en los bises, recordando las figuras de Manuel Molina y Enrique Morente.
Al presentar el cuarto tema salt¨® la sorpresa y Joan Manuel Serrat apareci¨® en el escenario para compartir El meu carrer con un Poveda plet¨®rico. Un Poveda que demostr¨® su saber estar en ese ramillete de canciones iniciales pero que, inmediatamente despu¨¦s, se abri¨® en canal con una buler¨ªas de C¨¢diz para el recuerdo con la fiel guitarra de Chicuelo.
A sus cuarenta y dos a?os Poveda est¨¢ en plenitud de facultades.Su voz es como un trueno doblegado al que le sobra hasta el micr¨®fono y Poveda tanto en su faceta de cantante como de cantaor (?pueden realmente diferenciarse?) sabe llevarla de un extremo al otro, del susurro al grito, con una naturalidad apabullante. Y en Pedralbes el volc¨¢n Poveda entr¨® en erupci¨®n y dej¨® ir un caudaloso r¨ªo de lava desbordante de sensibilidad.
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