El esp¨ªritu de B¨¦jart danza en el Festival Castell de Peralada
El imperecedero 'Bolero' desat¨® el deliro del p¨²blico en una inolvidable y nost¨¢lgica inauguraci¨®n
La noche promet¨ªa. El Festival Castell de Peralada (Girona) empezaba el viernes su programaci¨®n con la actuaci¨®n del B¨¦jart Ballet de Lausanne, que desde la muerte del genial creador dirige su heredero art¨ªstico, Gil Roman. Hac¨ªa d¨ªas que las localidades estaban agotadas y se palpaba la emoci¨®n. La noche estrellada y el m¨¢gico encanto de este espacio esc¨¦nico predispon¨ªan al espectador a la nostalgia. A lo largo de las casi dos horas de representaci¨®n, el p¨²blico vivi¨® diferentes sensaciones: disfrutaba de lo que ocurr¨ªa en el escenario pero su mente recordaba la noches inolvidables que B¨¦jart hizo vivir al mundo al frente del Ballet del Siglo XX, su magn¨ªfica compa?¨ªa.
En el programa de Peralada cerraba la actuaci¨®n el famoso Bolero de Ravel, joya coreogr¨¢fica que B¨¦jart cre¨® en 1961 y que ha sido aplaudida en los mejores teatros de todo el mundo. Este ballet naci¨® de una idea de la famosa bailarina Ida Rubinstein, que pidi¨® a Ravel una partitura para esta obra. La versi¨®n que B¨¦jart cre¨® para el Ballet del Siglo XX, y que bail¨® por primera vez la yugoslava Duska Sifnios, desprende sensualidad y violencia contenida. B¨¦jart confiere el protagonismo a El Sonido, encarnado por una bailarina o bailar¨ªn solista. El Ritmo es interpretado por un grupo de bailarines --a veces todo hombres, a veces todos mujeres--, que rodean a la o el? protagonista, subido en una inmensa mesa de color rojo. Son muchos los bailarines que han inmortalizado esta obra: el m¨¢s carism¨¢tico, Jorge Donn. En Peralada la protagonista fue la magn¨ªfica bailarina catalana Elisabet Ros. Su estilizado cuerpo, sus ojos verdes y su pelo rojo, unido a su impecable t¨¦cnica y expresividad, deslumbraron. Su interpretaci¨®n no fue pasional ni provocadora, sino elegante. Atrajo sinuosamente a los hombres de alrededor, en una traici¨®n constante, hasta que ellos la derriban en un rapto colectivo. Al final, los c¨¢lidos aplausos y los sonoros bravos obligaron a la compa?¨ªa a saludar en diversas ocasiones. Carmen Mateu de Suqu¨¦, Presidenta de la Asociaci¨®n Cultural Castel de Peralada, entreg¨® a Gil Roman la medalla del Festival tras bailar Bolero.
La noche hab¨ªa empezado con una sugestiva coreograf¨ªa de B¨¦jart de 1997, Suite Barocco, con m¨²sica del XVIII y vestuario de Gianni Versace. Es una pieza interpretada por toda la compa?¨ªa con un brillante estilo coral. El fragmento del baile de los abanicos, a cargo del elenco femenino, result¨® hipn¨®tico. El B¨¦jart Ballet de Lausanne est¨¢ compuesto por j¨®venes bailarines y no todos tienen la depurada t¨¦cnica ni la personalidad esc¨¦nica que exig¨ªa el creador marsell¨¦s. Pero, en conjunto, la formaci¨®n va encontrando su camino: si se compara esta actuaci¨®n a la que brind¨® en el Auditori de Sant Cugat en 2011, la mejora es notable. En esta pieza destac¨® el bailar¨ªn Oscar Chac¨®n, int¨¦rprete bejartiano en todos los sentidos: guapo, con t¨¦cnica y fuerte personalidad esc¨¦nica. ?l es el protagonista de la obra, que narra la historia de un hombre que se suicida y despierta en un mundo desconocido lleno de estimulantes sorpresas. Le sigui¨® Bhakti III, que el Ballet del Siglo XX estren¨® en 1968. Es una pieza con m¨²sica tradicional de la India inspirada en la religi¨®n y filosof¨ªa de aquel pa¨ªs. La pareja protagonista, Marsha Rodriguez (Shakti) y Fabrice Gallarrague (Shiva), deslumbraron por su magn¨ªfica t¨¦cnica. Los developp¨¦s a la segunda de Rodr¨ªguez cortaron la respiraci¨®n del espectador. Estas dos obras encierran todos los secretos del vocabulario coreogr¨¢fico de B¨¦jart y han de ser contempladas como piezas de museo, si bien no tienen la fuerza de Bolero, La consagraci¨®n de la primavera o El p¨¢jaro de fuego, por citar tres de su repertorio, que han resistido mejor el paso del tiempo.
La sorpresa de la noche llego con Impromptu pour Peralada, pieza creada por Gil Roman para el Festival. Se trata de un trabajo perturbador y hermoso con una brillante labor coral femenina con m¨²sica de Erik Satie y de percusi¨®n. La coreograf¨ªa luce personalidad propia, lo que demuestra que Roman va logrando encontrar su propio lenguaje gestual, alejado del de su maestro. Un lenguaje descarado, arrogante, sensual y rico en matices, aspectos que, tambi¨¦n, desprende la personalidad humana de este creador.
Completaban el programa, por un lado, 3 danses pour Tony, trabajo en el que Gil Roman rinde su particular homenaje a Tony Fabre, el bailar¨ªn y core¨®grafo muerto en 2013, y que perteneci¨® al Ballet del Siglo XX y despu¨¦s de la Compa?¨ªa Nacional de Danza en tiempos de Nacho Duato, llegando a ser director de la CND 2. Es una pieza coral intensa y muy din¨¢mica. Por otro, Histoire d¡¯Eux, (2014), propuesta de Tony Fabre con m¨²sica de Henry Purcell inspirado en Dido y Eneas: un trabajo sobrio con un baile intenso y expresivo, que no desenton¨® en la gran noche.
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