Agresiones continuas en cinco piscinas municipales de la capital
El ¨²ltimo ataque grave se produjo la tarde del lunes en el polideportivo de San Blas, donde fueron detenidas dos personas
Los empleados de las piscinas municipales de la capital est¨¢n sufriendo m¨¢s agresiones que otros a?os. En algunos casos les han puesto un cuchillo en el cuello y les han amenazado de muerte. En otras les han agredido y les han partido la nariz o un brazo. Esto ha motivado que m¨¢s de un trabajador se encuentre de baja laboral por motivos psicol¨®gicos y que los afectados hayan pedido m¨¢s vigilancia y presencia policial. El Ayuntamiento est¨¢ manteniendo reuniones entre diversas ¨¢reas para ver qu¨¦ soluciones se adoptan.
El aumento de las temperaturas por la ola de calor ha hecho que el n¨²mero de asistentes a las piscinas municipales se haya incrementado en las ¨²ltimas semanas, seg¨²n reconocen los socorristas. Estos prefieren mantener el anonimato. El ¨²ltimo caso grave se dio la tarde del lunes en la piscina de San Blas. Una mujer se ba?¨® en la pileta ol¨ªmpica con pantalones, lo que est¨¢ prohibido por las normas de uso. Uno de los socorristas le dijo que se ten¨ªa que salir porque no pod¨ªa estar dentro del agua con ese vestuario. Al instante, una veintena de familiares y amigos de la mujer rodearon al trabajador municipal. Uno de ellos le puso un cuchillo en el est¨®mago.
Las instalaciones m¨¢s problem¨¢ticas
Cinco instalaciones son las m¨¢s problem¨¢ticas para los empleados municipales de las piscinas. Se trata de las situadas en Moratalaz, La Elipa, Entrev¨ªas, Villaverde y San Blas. Los trabajadores reclaman m¨¢s medidas de seguridad y que haya m¨¢s controles tanto en el exterior como el interior, donde muchas veces se producen enfrentamientos con los usuarios.
Las mayores situaciones de riesgo se dan al cierre de las instalaciones y a la salida de los empleados. Es decir, entre las nueve y las diez de la noche. Muchas veces, familias enteras esperan los trabajadores a que salgan y les amenazan o les agreden.
Algunos sindicatos, como la Confederaci¨®n General de Trabajadores (CGT), est¨¢n planteando hacer una huelga en todo el sector.
El otro socorrista, que estaba sentado en el puesto de vigilancia, sali¨® en su defensa. Otros dos atacantes sacaron sendos pu?ales. ¡°Pens¨¦ que me mataban. Intentaban clav¨¢rmelos, pero yo me fui hacia atr¨¢s¡±, recuerda el empleado, que llevan ocho a?os en la piscina de San Blas. En la denuncia, constan las amenazas: ¡°Te vamos a matar. Te vamos a ahogar. No sabes con qui¨¦n te est¨¢s metiendo. Somos una familia mala de gitanos y no vas a salir vivo¡±.
Un polic¨ªa nacional, que estaba con su familia, mostr¨® su placa y orden¨® a los atacantes que se marcharan, pero tambi¨¦n le increparon: ¡°Payo de mierda, tu no eres polic¨ªa¡±. ¡°Fueron tres minutos, pero a m¨ª se me hicieron eternos¡±, recuerdo el socorrista.
Al poco, llegaron m¨¢s polic¨ªas y lograron disolver a los atacantes. Se llevaron detenidos a dos hermanos, Rafael y Jonathan M. F., de 24 y 27 a?os, ambos con antecedentes policiales. Las concejales de San Blas, Marta G¨®mez Lahoz, y de Cultura y Deportes, Celia Mayer, se reunieron ayer por la ma?ana con el socorrista de San Blas. Un coche de la Polic¨ªa Municipal se encontraba desde por la ma?ana en la puerta de la instalaci¨®n.
¡°Cada vez sufrimos m¨¢s amenazas y m¨¢s riesgo. Son familias muy numerosas que quieren hacer lo que les da la gana en la piscina y, como no hay vigilancia suficiente, nos amenazan¡±, describe un socorrista, que llevan nueve a?os en Moratalaz.
Uno de los mayores problemas es cuando llega la hora de cerrar a las nueve de la noche. Muchos de los asistentes quieren quedarse y resulta casi imposible desalojar la zona. ¡°Como uno de los vigilantes se va a custodiar el dinero, queda otro que no logra que se marche la gente¡±, reconoce el socorrista. Este fue amenazado la semana pasada por varios usuarios cuando les dijo que se ten¨ªan que marchar: ¡°Te voy a matar como me vuelvas a hablar. De aqu¨ª no me saca ni la Guardia Civil¡±. A la salida, le estaban esperando cuatro o cinco personas y le propinaron un par de tortazos: ¡°?Qui¨¦n manda ahora?¡± le dijeron mientras le pegaban.
Otro problema es que muchos j¨®venes se cuelan saltando las vallas. La multa puede llegar a los 750 euros, pero como son insolventes se queda en nada. ¡°Lo que tendr¨ªan que hacer es prohibirles la entrada¡±, se queja el socorrista de Moratalaz. Eso s¨ª, los empleados tienen la obligaci¨®n de denunciar todo lo que ocurra. ¡°Lo que no se dan cuenta es de que, si estamos pendiente de lo que hacen los usuarios, no podemos estar vigilando lo que ocurre dentro de la piscina. La verdad, tenemos miedo, lo que no nos hab¨ªa pasado antes¡±, concluye este empleado.
Hace unos d¨ªas, a un vigilante de seguridad le quitaron la defensa y le partieron la nariz. A otro trabajador que quiso ayudarle tambi¨¦n le pegaron con la porra.
El Ayuntamiento ha reunido a los responsables de varias direcciones generales y de la Polic¨ªa Municipal para ver qu¨¦ medidas se toman. Se ha planteado la participaci¨®n de alg¨²n grupo de mediaci¨®n y el hablar con los l¨ªderes de ciertas comunidades para llegar a soluciones de consenso y que no sea preciso tomar medidas represivas.
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