Cohesi¨®n y desconexi¨®n

Lo venimos advirtiendo desde hace cuatro a?os y el unionismo sigue poniendo cara de catador de vinagre pero no hace ni una propuesta. Un poco holgaz¨¢n, la verdad, y mira que era f¨¢cil desactivar el independentismo. Conoci¨¦ndonos, se hubiesen salido con la suya con lo mismo de siempre y un poco de picard¨ªa, pero del profesional divide et impera hemos pasado al chapucero mantenella y no enmendalla.

El Estado se tiene pereza. Pedro S¨¢nchez se fotograf¨ªa con una rojigualda en cinemascope mientras Albert Rivera contradice a Arqu¨ªmedes y niega el empuje hacia arriba de la inmersi¨®n. Gemma Ubasart sigue buscando odio contra Mas con el mismo ah¨ªnco que en alguna comisar¨ªa se debe de estar fabricando su segunda cuenta suiza. Y ya est¨¢. El Estado ha conseguido lo que el independentismo nunca hubiese sabido hacer solo: mantener cierta unidad.

Junts pel S¨ª y la CUP son el pelot¨®n de los torpes del ej¨¦rcito de Pancho Villa, vale, pero incluso Pancho Villa gan¨®. Llegar al 27-S en estas condiciones despu¨¦s de lo que ha llovido tiene algo de victoria moral. Mientras la trayectoria sea ascendente, y gracias al Estado todo indica que va a ser as¨ª, el independentismo sabr¨¢ gestionar los escenarios que se producir¨¢n el 28-S, sean favorables o desfavorables. Con el panorama que hemos descrito, cualquiera deja de ser independentista.

Aun as¨ª, no es suficiente. Hay una parte s¨®lida, cre¨ªble y con suficiente fuerza y proyecci¨®n de futuro, pero tambi¨¦n flancos y debilidades que el Estado se puede permitir y el independentismo no. Esa es la mala noticia. La buena es que el Estado ni tal como est¨¢ ni tal como lo imaginan y desean quienes lo heredar¨¢n va a aportar soluciones a los problemas de Catalu?a. No lo ha hecho hasta ahora y no lo va a hacer en un futuro.

La econom¨ªa de Lleida volver¨¢ a funcionar, pero hay cosas que son tan valiosas que no se compran solo con dinero

Las municipales han dado dos pistas claras en ciudades que ejemplifican muy bien lo que se le escapa todav¨ªa al independentismo. La paradoja es que es el resultado de la ausencia de un proyecto nacional verdaderamente aut¨®nomo. La Via Catalana es la expresi¨®n de lo que se quiere, no de lo que se tiene.

La primera es la victoria de Ada Colau. Victoria m¨ªnima pero simb¨®lica y una muestra de lo que sucede cuando falla la cohesi¨®n social. A quienes ponen los ojos en blanco cuando juran que Catalu?a es una naci¨®n les ir¨ªa bien recordar que las comunidades se basan en afinidades sociales y que este pa¨ªs es tan peque?o que no da para patios de atr¨¢s. Sin un contrato social, ?qu¨¦ naci¨®n quieres construir? Ninguna, un pa¨ªs funciona tan mal como lo hace el peor de sus componentes.

La segunda es el pacto de PSC y Ciudadanos en Lleida. Lleida no es ya la ciudad lejana de M¨¤rius Torres, no. Es la ciudad solitaria, alejada de las otras tres, sola entre Zaragoza y Barcelona y sin competencia. Mientras la econom¨ªa funcion¨®, parec¨ªa que hab¨ªa un proyecto de ciudad. Pero no, la Lleida actual es una muestra del dise?o inacabado de la Catalunya Ciutat, de falta de ambici¨®n y cohesi¨®n cultural. La econom¨ªa de Lleida volver¨¢ a funcionar, pero hay cosas que son tan valiosas que no se compran solo con dinero. Ni ERC ni CDC han esbozado un proyecto de continuidad cultural para Catalu?a. Los dem¨¢s partidos, tampoco.

Son dos problemas que el independentismo deber¨ªa encarar. No digo que los tenga que solucionar antes del 27-S. Digo que s¨®lo continuar¨¢ avanzando si los asume y propone alg¨²n remedio. Si crea relato, teor¨ªa, opciones y alternativas. Si aprende de los movimientos sociales actuales y si recupera una tradici¨®n cultural tan rica y potente que pudo superar el franquismo y el posterior desprecio de derechas e izquierdas espa?olas.

Reconocer y asumir los problemas de cohesi¨®n son los primeros pasos para responsabilizarse de ellos. El Estado no se va acercar ah¨ª si no es para producir m¨¢s desperfectos. El d¨¦ficit fiscal va a continuar siendo el que es, tan malo como el de infraestructuras. El d¨¦ficit cultural, a tenor de lo que vemos y o¨ªmos, es insalvable. Mientras el independentismo ha tenido la iniciativa que el Estado nunca tendr¨¢, las cosas le han ido bien. Hay mucho que hacer todav¨ªa. Mucho de lo que nunca se hizo.

Y a los que se alarman por la palabra desconexi¨®n que recuerden que quien primero se desconect¨® fue el propio Estado. Si algo no est¨¢ cohesionado hoy es Espa?a.

Francesc Ser¨¦s es escritor