La man¨ªa por guardar de los Riquer
El patrimonio documental de la familia del fil¨®logo ingresa en el Arxiu Nacional de Catalunya
Quien crea que los archivos tienen un transcurrir pl¨¢cido, en semipenumbra y en una calma de silencio cartujo no sabe de archivos. O, al menos, no conoce las vicisitudes del de la familia Riquer, el que permiti¨® al gran fil¨®logo Mart¨ª de Riquer construir en 1979 uno de sus cl¨¢sicos, Quinze generacions d'una familia catalana.
Conde de Casa D¨¢valos, Riquer ten¨ªa en su casa (en buena parte en un habit¨¢culo del garaje) un fondo documental formado por 433 pergaminos, siendo el m¨¢s antiguo de 1156 y el m¨¢s moderno, de 1612, am¨¦n de 77 legajos y 28 manuscritos. Son documentos hist¨®ricos de cinco familias: los Riquer, juristas de Lleida y se?ores de Albat¨¤rrec; de los Remolins, se?ores de Vimfaro; de los Sabater, se?ores de Benavent; de los Agullana, se?ores de Palau Sator, y de los Gallegos, condes de Casa D¨¢valos, aparte de otras familias emparentadas.
El fondo contiene 433 pergaminos, el m¨¢s antiguo de 1156, 77 legajos y 28 manuscritos
El problema es que la mayor¨ªa de esas familias, ¡°especialmente durante el siglo XVIII, era gente que lo guardaba todo: desde entradas del teatro a un n¨²mero de loter¨ªa que no hab¨ªa tocado (esto, los marqueses de Benavent), pasando por la factura de herrar las mulas; de esa ¨¦poca, no hay d¨ªa que no haya una carta de un Riquer¡±, resume el historiador Borja de Riquer, hijo del fil¨®logo y que ayer fue el encargado, en nombre de todo el linaje, de ceder en comodato (mantienen la propiedad) todo el material al Arxiu Nacional de Catalunya para su conservaci¨®n y digitalizaci¨®n.
La variedad y exhaustividad de los fondos (la correspondencia familiar y pol¨ªtica es copiosa y, excepcionalmente en este tipo de documentos, est¨¢ conservada ¨ªntegramente) es la mayor riqueza de ese patrimonio escrito, que va desde los pergaminos a un sinf¨ªn de protocolos, pasando por largos pleitos de a?os con su correspondiente papeleo. Por ello, sorprende relativamente poco que asomen los planos originales del castillo de Agullana de siglo XVI, donde en uno de sus m¨¢s altos balcones Mart¨ª Agullana le¨ªa en 1605 la primera edici¨®n del Quijote que llegaba a Girona. Una documentaci¨®n que precede a otra sobre el periodo de las guerras carlistas o a la del artista modernista Alexandre de Riquer, ya de principios del siglo XX.
La madre del estudioso curs¨® paleograf¨ªa y archiv¨ªstica solo para analizarlos y ordenarlos
¡°Los archivos tienen vidas agitadas, siguiendo los itinerarios familiares, donde en nuestro caso en algunos momentos se guard¨® todo y en otros no se fue tan cuidadoso¡±, planteaba como pre¨¢mbulo a los avatares de ese patrimonio Borja de Riquer, papeles ciertamente viajeros los de su linaje, que empezaron en Lleida y en el XVIII recayeron en Barcelona.
Cuando Alexandre de Riquer march¨® a Mallorca en 1917, toda la documentaci¨®n qued¨® en manos de uno de sus hermanos ¡°el t¨ªo Paco¡±, como lo reconocen a¨²n hoy los Riquer, y luego a los hijos y nietos de aquel, descansando en el olvido de unas desv¨¢n de Sant Vicen? de Castellet, cerca de Manresa.
De ah¨ª las rescat¨® en 1940 Mart¨ª de Riquer y se las llev¨® consigo de nuevo para Barcelona, siempre junto a ¨¦l en los dos pisos en los que lleg¨® a vivir. Y en ese momento, la querencia gen¨¦tica de los Riquer por el amor a los papeles tuvo su momento culminante: Mar¨ªa Morera, madre de Mart¨ª de Riquer, decidi¨® poner orden a todo aquello y entre 1940 y 1960, guantes en ristre y tras estudiar exprofeso paleograf¨ªa y archiv¨ªstica, empez¨® a ordenarlos e interpretarlos, facilitando la labor de su sabio hijo. Hasta de un mueble con escudos gozaron los papeles.
Varios nietos de Mart¨ª de Riquer estaban ayer en el acto de firma con el conseller de Cultura Ferran Mascarell, en una mesa redonda (look medieval acorde con la saga); uno tomaba fotos con su m¨®vil. De los 11 que son, s¨®lo uno cursa Letras y ninguno es historiador. De los 16 biznietos, a¨²n es pronto. Por el momento, los papeles se los cuidan en el Arxiu Nacional. Sobre la futura documentaci¨®n digital que genere el linaje seguro que la gen¨¦tica aflorar¨¢.
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