Crecimiento: el porqu¨¦ y el c¨®mo
El crecimiento es fr¨¢gil y ayuda a aumentar la desigualdad, lo que compromete el dinamismo econ¨®mico. No se puede negar la realidad, pero presumir de ella es muy peligroso
A menudo he reflexionado sobre la proliferaci¨®n de lo que me gusta llamar ¡°falsas verdades¡±, descripciones que se usan con frecuencia, especialmente en la controversia pol¨ªtica. Son formas de mostrar una realidad que es cierta, pero describi¨¦ndola escondiendo algunos aspectos clave, cuyo conocimiento cambia totalmente la valoraci¨®n positiva o negativa de la misma. He escrito varias veces que explicar simplemente que en un pa¨ªs ¡°se est¨¢ reduciendo mucho el paro¡± puede ser una verdad de este tipo, ya que es una noticia muy positiva si ello se debe a que se crea mucha ocupaci¨®n, pero totalmente negativa si es porque muchas personas dejan de buscar trabajo y emigran a otro pa¨ªs, o simplemente pierden toda esperanza de encontrarlo¡ Por ello necesito conocer la realidad pero acompa?ada de detalles sobre el porqu¨¦ y el c¨®mo.
En los pr¨®ximos meses vamos a escuchar de forma machacona y con intensidad creciente que ¡°la econom¨ªa espa?ola est¨¢ creciendo y va a continuar haci¨¦ndolo¡±. La primera afirmaci¨®n es cierta; la segunda es muy arriesgada. La raz¨®n es precisamente la falta de detalles sobre el porqu¨¦ y el c¨®mo del actual crecimiento. Me gustar¨ªa analizarlo un poco m¨¢s.
1. El porqu¨¦. Que la econom¨ªa espa?ola est¨¢ en una fase de crecimiento es innegable. Que sea la consecuencia de las reformas y de las pol¨ªticas del gobierno (o de los gobiernos), y que ello garantice su continuidad es mucho m¨¢s discutible. Hay varias razones externas que pueden explicar por s¨ª solas el crecimiento.
La competitividad global de las empresas espa?olas ha mejorado, pero un elemento determinante de esta mejora ha sido la progresiva devaluaci¨®n del euro respecto al d¨®lar, que favorece su capacidad exportadora. En otras circunstancias, la devaluaci¨®n hubiera tenido tambi¨¦n un efecto negativo al encarecer el precio de los combustibles importados, pero la feliz coincidencia con la ca¨ªda del precio del petr¨®leo en d¨®lares ha evitado este efecto negativo. Por otra parte, la conflictividad en diversos pa¨ªses del Mediterr¨¢neo est¨¢ desviando hacia Espa?a millones de turistas... Y adem¨¢s, las pol¨ªticas de liquidez sobreabundante y de inter¨¦s casi nulo del BCE reducen el coste anual de nuestra enorme deuda p¨²blica y estimulan el consumo privado de bienes duraderos. Ninguno de estos elementos (Euro, petr¨®leo, boom tur¨ªstico, inter¨¦s muy bajo) depende de nosotros, ni es seguro que vaya a durar. Probablemente nuestro crecimiento no resistir¨ªa cambios en uno o varios de ellos¡ Es por tanto un crecimiento fr¨¢gil.
2. El c¨®mo. Algunas de las pol¨ªticas espa?olas actuales a?aden elementos de duda sobre la bondad del actual crecimiento. El aumento num¨¦rico de la ocupaci¨®n esconde una creciente precarizaci¨®n debida a contratos de corta duraci¨®n, y un fuerte incremento del trabajo parcial. (Eliminar 10 trabajadores a tiempo completo y a?adir 20 a media jornada, reduce el paro en 10 personas¡ sin mejorar la ocupaci¨®n real). Los aumentos actuales de competitividad de muchas empresas son m¨¢s el resultado de la reducci¨®n de costes salariales que de incrementos de productividad, fruto de mayores inversiones en formaci¨®n, en investigaci¨®n o en innovaci¨®n. Adem¨¢s, la actual recuperaci¨®n de rentas alcanza mucho m¨¢s a los beneficios empresariales, a las rentas altas del trabajo, y a las rentas del capital financiero, que a las de los peque?os ahorradores con dep¨®sitos bancarios de renta fija, o a las rentas bajas salariales. Este incremento en la polarizaci¨®n de la renta, amplificado por algunas modificaciones fiscales que favorecen las rentas altas, y a?adido a una cierta degradaci¨®n de los servicios b¨¢sicos de la sanidad y la educaci¨®n, est¨¢n conduciendo a una sociedad menos cohesionada y disminuyen la formaci¨®n de capital humano. Esto, aparte de injusto, es muy negativo para la productividad futura.
3. La verdad entera. Estamos creciendo a buen ritmo. Las causas de este crecimiento son, en gran parte, exteriores. Su continuidad no est¨¢ asegurada y m¨¢s bien parece que pueden cambiar. El Gobierno espa?ol tiene un escaso o nulo control sobre ellas. Adem¨¢s de fr¨¢gil, el tipo de crecimiento es fuertemente desequilibrado y ayuda a aumentar la desigualdad social, lo que compromete el dinamismo econ¨®mico futuro. No se puede negar la realidad, pero presumir de ella, y aceptarla como muestra de buen gobierno para el futuro es muy peligroso.
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