Condenada una pareja que plane¨® matar al due?o de una funeraria
Los acusados eran amantes y buscaron sicarios para acabar con su jefe y un compa?ero
Jes¨²s Moreno Paz-Pi?uelas y Ana Bel¨¦n Elvira G¨®mez trabajaban juntos en una funeraria de Madrid y eran amantes. ?l estaba casado con la hija del jefe, un empresario que siembre le despreci¨® y que le oblig¨® a firmar la separaci¨®n de bienes antes de casarse con su hija. Ana Bel¨¦n tambi¨¦n estaba casada, pero le gustaba vivir a todo tren tirando de la cuenta corriente de la mujer de Jes¨²s. Un d¨ªa de septiembre de 2008, los dos planearon matar al due?o de la funeraria con el objetivo de que la hija heredara m¨¢s dinero del que ellos pudieran disfrutar, pero su plan fracas¨® porque la persona a la que le encargaron buscar los sicarios les denunci¨® ante la polic¨ªa. La Audiencia de Madrid ha condenado ahora a Ana Bel¨¦z a diez a?os de c¨¢rcel por dos delitos de proposici¨®n de asesinato y a Jes¨²s, a seis a?os por el mismo delito.
El tribunal considera probado que Ana Bel¨¦n contact¨® a finales de septiembre de 2008 con la persona que acab¨® denunciando el plan, con el que manten¨ªa ¡°una fluida relaci¨®n con connotaciones sexuales" y del que pensaba que pod¨ªa tener contactos ¡°con personas que pod¨ªan acabar con la vida de otros¡±, explican los jueces. Esta persona, que acab¨® convertido en testigo protegido del caso, fue recopilando pruebas de las intenciones de los acusados.
El plan pasaba, seg¨²n la sentencia dictada por la secci¨®n segunda de la Audiencia, por matar no solo al due?o de la funeraria, Mariano L¨®pez, sino tambi¨¦n a otro empleado que, seg¨²n cont¨® Ana bel¨¦n a su c¨®mplice y amante, le acosaba sexualmente. Los investigadores han acabado probando que manten¨ªa con ¨¦l otra relaci¨®n consentida y paralela a las que ten¨ªa con su marido, con Jes¨²s y con el denunciante del caso, sin que ninguno supiera de la existencia del otro.
El supuesto c¨®mplice que acab¨® siendo testigo puso un precio al encargo: 4.000 euros por cada crimen. 3.000 antes de cometerlo y 1.000, despu¨¦s. La pareja acept¨® y el acusado sac¨® esa cantidad de la cuenta de su mujer y se lo dio a su amante, que qued¨® en un bar de Alcal¨¢ de Henares con la persona que supuestamente contratar¨ªa a los sicarios. All¨ª le entreg¨® el dinero y tambi¨¦n fotos de los dos hombres a los que deb¨ªan matar, las llaves de la casa del due?o de la funeraria y sus horarios. Estas documentaci¨®n, junto a la transferencia de dinero de una cuenta a otra se han convertido en pruebas definitivas de los delito.
La persona a la que la pareja contact¨® para que buscara a los sicarios les denunci¨® en la comisar¨ªa de Alcal¨¢ de Henares en enero de 2009. Durante el juicio, Ana Bel¨¦n responsabiliz¨® del plan al testigo protegido e intent¨® convencer a los jueces de que le amenaz¨®, chantaje¨® y ejecut¨® contra ella ¡°un montaje¡±. El tribunal no le crey¨®. En la sentencia, los jueces destacan la ¡°capacidad intelectual de manipulaci¨®n y fabulaci¨®n¡± de la mujer y advierten que sus relaciones simult¨¢neas son una muestra de su ¡°evidente capacidad para urdir situaciones delicadas y secretas y, cuanto menos, complicadas de mantener de manera prolongada¡±.
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