Una alberca en el Bot¨¢nico
El hist¨®rico jard¨ªn acaba de inaugurar un estanque con 30 especies de la flora acu¨¢tica peninsular
¡°Hac¨ªa mucho tiempo que no ve¨ªa el Jard¨ªn tan exuberante¡±, confiesa Santos Cirujano, cient¨ªfico titular del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas en el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico y miembro del Grupo de Investigaci¨®n del Agua. Cirujano lleva desde 1987 cuidando de la flora y vegetaci¨®n acu¨¢tica aut¨®ctona, y haciendo labores de recuperaci¨®n y gesti¨®n en zonas h¨²medas, como las lagunas manchegas o las Tablas de Daimiel.
Sin embargo, nunca hab¨ªa podido contar con un estanque dedicado a estas plantas en su lugar de trabajo, el hist¨®rico jard¨ªn que desde 1781 se encuentra en el paseo del Prado. Por cuestiones de patrimonio y conservaci¨®n siempre se hab¨ªa postergado la realizaci¨®n de una alberca en el Bot¨¢nico de Madrid, hasta hace unos meses que se comenz¨® su construcci¨®n.
Vestido y engalanado, el reducido dep¨®sito se inauguraba hace un par de semanas con poca pompa. Sus 80 metros cuadrados albergan m¨¢s de 30 especies diferentes de la flora acu¨¢tica peninsular. ¡°Aunque el estanque sea peque?o, hemos intentado reproducir la serie vegetal asociada a un humedal de poca profundidad: plantas completamente sumergidas, plantas flotantes, plantas emergentes y un juncal, que es lo que delimita una zona h¨²meda. Originalmente se pens¨® en hacer dos estanques y crear una pasarela, pero la crisis, de momento, lo ha impedido¡±. Entre las plantas que se pueden contemplar hay casta?uelas, espigas de agua, platanarias, salicarias, lirios amarillos o berros.
Otra de las caracter¨ªsticas del estanque, sufragado en parte con fondos del Canal de Isabel?II, es el estudio de depuraci¨®n que pueden realizar estas plantas. ¡°Las eneas, por ejemplo, se encuentran flotando sobre una trama, introduciendo ox¨ªgeno desde la atm¨®sfera al agua a trav¨¦s de sus ra¨ªces¡±, explica Cirujano sobre sus propiedades depurativas. Las plantas acu¨¢ticas, adem¨¢s, son buenos indicadores biol¨®gicos. En cuanto el medio est¨¢ contaminado desaparecen. Las m¨¢s sensibles, en este caso, son las que viven debajo del agua ¡ªcomo las praderas de algas¡ª, que de esta manera mantienen su superficie transparente y l¨ªmpida.
Cirujano destaca la multitud de humedales que hay en Espa?a: Las Tablas de Daimiel en Ciudad Real, el lago de Ba?olas en Girona, las lagunas estacionales de Andaluc¨ªa o los ibones del Pirineo son solo algunos ejemplos. Pero insiste en que el cambio clim¨¢tico y la contaminaci¨®n hacen cada vez m¨¢s dif¨ªcil ver una amplia variedad de estas plantas en sus propios entornos. ¡°El calentamiento global influye en la dispersi¨®n de las plantas, especies que antes eran m¨¢s abundantes en el sur, ahora van avanzando a zonas m¨¢s septentrionales donde antes no estaban¡±, explica el cient¨ªfico. ¡°Aunque lo que m¨¢s est¨¢ afectando es la desecaci¨®n y la contaminaci¨®n del agua. Se est¨¢n homogeneizando los ecosistemas acu¨¢ticos, debido a la baja calidad de los humedales, asociada a vertidos o a la idea de que el agua que sale de una depuradora puede recuperarlo. El agua de las depuradoras tiene una cantidad muy elevada de nutrientes y hace que el ecosistema no se recupere¡±.
Este peque?o estanque, por tanto, cumple una doble funci¨®n: la de mostrar una amplia diversidad de la flora acu¨¢tica aut¨®ctona ¡ªaunque tambi¨¦n cuentan con plantas for¨¢neas e invasoras¡ª y la de proteger y reproducir aquellas que est¨¢n desapareciendo, como los estupendos corazones de agua que est¨¢n en v¨ªas de extinci¨®n y que les suministr¨® hace unos meses la Junta de Andaluc¨ªa.
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