El final del camino de Lianne

Sentada sobre la colcha marr¨®n de una cama individual de hotel y con las cortinas de la habitaci¨®n, tambi¨¦n marrones y tupidas, corridas, Lianne Smith narra c¨®mo hace unas horas ha matado a Rebecca y a Daniel, sus dos hijos de 5 a?os y de 11 meses. ¡°Fue un fin de semana perfecto¡±, dice, sin llegar a romper a llorar. Tres d¨ªas id¨ªlicos en Lloret de Mar (Selva), adonde llegaron desde Barcelona. ¡°Vinimos aqu¨ª sin nada, no cogimos nada porque esto era el final del camino¡±, explica con la voz ya quebrada.

En la habitaci¨®n de al lado, Daniel y Rebecca est¨¢n tumbados cada uno en una cama de la habitaci¨®n triple 101 del hotel Miramar. Est¨¢n tapados, como si durmiesen. Su madre, a las nueve de la noche del 17 de mayo de 2010, aprovech¨® que ya descansaban y poniendo sus piernas sobre las de ellos, para que no se moviesen, les coloc¨® una bolsa de pl¨¢stico en la cabeza hasta asfixiarles. Al d¨ªa siguiente, sobre las dos y media de la tarde, baj¨® a la recepci¨®n y pidi¨® que avisaran a la polic¨ªa.

¡°En aquel momento estaba como ida, parec¨ªa que no estuviese en este planeta. Hablaba al ralent¨ª¡±, recuerda cinco a?os despu¨¦s el inspector de los Mossos d¡¯Esquadra Josep Monteys, que asisti¨® a la confesi¨®n voluntaria y grabada en v¨ªdeo de Lianne en aquella habitaci¨®n.

¡°Mi intenci¨®n era irnos, mis hijos y yo juntos¡±, sigue ella, apuntando al infinito con las manos. Una semana y media antes, los Mossos d¡¯Esquadra hab¨ªan detenido a su pareja y padre de los dos ni?os, Martin Smith, que era buscado por las autoridades brit¨¢nicas acusado de abusos sexuales. Hac¨ªa dos a?os y medio que la familia Smith hab¨ªa emprendido una huida para evitar que Martin fuese juzgado por haber violado a otra hija de Lianne, fruto de un matrimonio anterior. Primero recalaron en la Costa del Sol y finalmente se instalaron en Barcelona. Lianne se puso un nuevo apellido, Ross, y se transform¨® en una profesora de ingl¨¦s, casada con un escritor que nunca sal¨ªa de casa.

Vivieron en tres pisos distintos. Rebecca asist¨ªa a un colegio en Horta; Daniel iba a la guarder¨ªa. Se comportaban como cualquier familia normal, como si hubiesen olvidado que en realidad eran fugitivos. Y con esa misma normalidad reaccionaron el d¨ªa que entraron a robarles en casa. Les hab¨ªan desvalijado su piso de Travessera de Gr¨¤cia y Lianne acudi¨® a los Mossos d'Esquadra a denunciarlo. La polic¨ªa catalana no tard¨® en descubrir que hab¨ªa una orden europea de detenci¨®n contra Martin.

¡°A partir de entonces ella se emparanoi¨®. Sal¨ªa de casa mirando alrededor, pensaba que la gente le estaba vigilando. Tem¨ªa que los servicios sociales brit¨¢nicos le quitasen a sus hijos¡±, explica Monteys. Hasta que Lianne no vio otra salida, cogi¨® cuatro prendas de vestir y puso rumbo a Lloret de Mar, donde ya hab¨ªan estado alguna vez.

¡°Sab¨ªa que no se pod¨ªan defender¡±, admite Lianne Smith, sentada sobre la colcha marr¨®n. A preguntas del fiscal, repite las edades de sus hijos, e insiste en que ella tambi¨¦n querr¨ªa haber muerto. ¡°Creemos que se intent¨® asfixiar, pero tampoco hay un indicio claro. Solo lo que dicen las notas que escribi¨®, y los borradores que encontramos en la papelera del lavabo de la habitaci¨®n¡±, explica el investigador. La gran mayor¨ªa de sus escritos ten¨ªan la ¨²nica intenci¨®n de defender la inocencia de Martin, en el que cre¨ªa a ultranza.

Monteys cree que Lianne nunca supuso un peligro para la sociedad en general. ¡°Pero hubo una m¨ªnima planificaci¨®n del crimen, una intenci¨®n¡±, razona. Daniel y Rebecca fueron enterrados en el cementerio de Lloret de Mar porque sus padres no pudieron pagar la repatriaci¨®n. Lianne fue condenada a 30 a?os de c¨¢rcel. Su marido fue condenado a 11 a?os de prisi¨®n en el Reino Unido por abusar en 11 ocasiones de su hijastra. Meses despu¨¦s se suicid¨®.