L¡¯Albufera de Valencia eterna aspirante a reserva de la biosfera

En un contexto de cambio pol¨ªtico y de reivindicaci¨®n del patrimonio ambiental por parte de los nuevos gestores, l¡¯Albufera, parque natural y humedal de importancia internacional, sigue sin una propuesta firme para devenir reserva de la biosfera, pese a que los tr¨¢mites se iniciaron en 2010. La Comunidad Valenciana es, junto con Murcia, la ¨²nica autonom¨ªa sin una reserva de la biosfera en Espa?a, que es, a su vez, el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s reservas: 45 frente a las 47 de EE.UU. ?Por qu¨¦ esta ausencia? ?Carece la Albufera de los valores naturales o patrimoniales necesarios?

En absoluto. L¡¯Albufera actual es el producto de la interacci¨®n durante siglos de naturaleza y cultura, justo aquello para lo que se crearon las reservas de la biosfera, que no tratan de se?alar ¡°santuarios¡± ecol¨®gicos para preservarlos intactos, sino recononer ¨¢reas en las cuales el desarrollo sostenible y la armonizaci¨®n de usos sea una posibilidad real. La formaci¨®n del lago se explica por los aportes sedimentarios del J¨²car y el T¨²ria, que formaron una barrera litoral ¨Crestinga- que posibilit¨® la aparici¨®n de una laguna salobre.

Laguna que en tiempos del Imperio Romano llegaba las 21.000 hect¨¢reas, la extensi¨®n del espacio protegido hoy, fue colmat¨¢ndose de forma natural y tambi¨¦n por la acci¨®n humana, tanto de forma deliberada (para ganar terreno de cultivo), como involuntaria (las deforestaciones aguas arriba desprotegieron el suelo, implicando mayor aporte de sedimentos fluviales). El arrozal, a d¨ªa de hoy, cumple no s¨®lo una funci¨®n agr¨ªcola sino ambiental, puesto que ocupa el lugar de la antigua zona de marjal.

Es un lugar de referencia para casi todos los valencianos, pero son muchos los que admiten que en realidad lo conocen m¨¢s bien poco

El parque natural mantiene desde hace a?os un delicado equilibrio, a veces contradictorio. Es un lugar de referencia para casi todos los valencianos, pero son muchos los que admiten que en realidad lo conocen m¨¢s bien poco. Los recortes en personal y equipamiento a nivel municipal y auton¨®mico, as¨ª como la manifiesta falta de se?alizaci¨®n pueden explicar en parte el desconocimiento aut¨®ctono. El nuevo ayuntamiento ha querido suplir en parte esa carencia abriendo un nuevo punto de informaci¨®n y potenciando la l¨ªnea de autob¨²s que conecta el parque con la ciudad, pero sigue sin ser un destino f¨¢cil para los visitantes. Y sin embargo, se percibe un cierto renacimiento del turismo m¨¢s all¨¢ de los habitantes de los pueblos y ciudades circundantes: ?cuajar¨¢ el inter¨¦s for¨¢neo o ser¨¢ un espejismo?

Los retos a los que se enfrenta el parque van m¨¢s all¨¢ de la invisibilidad. Aunque parezca una obviedad, a l¡¯Albufera le hace falta agua, en cantidad y calidad, y de momento no tiene garantizado el caudal que permitir¨¢ la supervivencia del ecosistema, m¨¢s a¨²n dentro de los par¨¢metros que fija la Directiva Marco del Agua. Los filtros verdes (una forma de fomentar la depuraci¨®n natural de las aguas) suponen una experiencia prometedora y que abre un camino a seguir, pero sin un Plan del J¨²car que consigne el agua suficiente (algo que de momento no sucede), el futuro del lago parece poco halag¨¹e?o.

Los retos a los que se enfrenta el parque van m¨¢s all¨¢ de la invisibilidad

En el aspecto legislativo, adem¨¢s, a¨²n no se ha aprobado el preceptivo Plan Rector de Uso y Gesti¨®n, tras tumbar la justicia el anterior en 2012; el nuevo, sin estar a¨²n en vigor, ya ha cosechado cr¨ªticas de colectivos ecologistas. Y en lo relativo a los visitantes, la falta de dotaciones se ha plasmado en la demanda por parte de distintas asociaciones, empresas y colectivos de un plan de uso p¨²blico, que permita llevar a cabo actividades de educaci¨®n y divulgaci¨®n, a la vez que situar el espacio entre los destinos preferidos de los turistas de naturaleza.

Desde que en 2011, en pleno centenario de la titularidad municipal, Juan Cotino, entonces Conseller de Medio Ambient, dijese que l¡¯Albufera ser¨ªa reserva de la biosfera al acabar el a?o, no han hecho m¨¢s que sucederse las acusaciones cruzadas entre las partes implicadas por la ausencia del reconocimiento. El tr¨¢mite es largo y requiere un consenso y un impulso decidido por parte de las instituciones que, de momento, ha brillado por su ausencia.

?Recibir¨¢ l¡¯Albufera el empuj¨®n que necesita para ocupar una merecida posici¨®n de centralidad en el medio ambiente no ya valenciano, sino estatal y europeo? La respuesta depender¨¢, en buena medida, de los nuevos gestores y de su capacidad para deshacer el entuerto legal y visibilizar el patrimonio natural, etnol¨®gico y cultural que atesoran sus 21.000 hect¨¢reas. Lo m¨¢s dif¨ªcil, que el lago llegue hasta nuestros d¨ªas, ya est¨¢ hecho.

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