?lamo suma una oreja de peso en Bilbao

No me extra?an que no los quieran las figuras. Morenito, Adame y ?lamo llevan las orejas de Madrid en su esport¨®n; los dos primeros con puertas grandes en Las Ventas y el salmantino con seis trofeos seguidos en otras tantas tardes. Y claro, muerden en la plaza. Morenito de Aranda recibi¨® al primero a portagayolas. Joselito Adame, con largas de rodillas al quinto y Juan del ?lamo hizo un toreo de verdad con los muslos por delante. Podr¨¢n estar mejor o peor, pero como se dice en el argot, arrean. Y por eso no los quieren las figuras en sus carteles.

El burgal¨¦s tuvo que pechar con un lote m¨¢s digno de la Cruz Roja que de ser toreado. El primero, que sali¨® renqueante de toriles, se descord¨® en su primera vara y debi¨® ser apuntillado desde un burladero por Pascual Mellinas. El sobrero era otro inv¨¢lido que el presidente se empe?¨® en mantener en el ruedo y ya no hubo nada de inter¨¦s. Con todo, Morenito dej¨® un cambio de mano destacado mientras evitaba que el animal se cayera. El cuarto se lesion¨® en el segundo tercio y ya todo qued¨® en la buena disposici¨®n del torero, siempre haciendo todo con mucha verdad.

Quien volvi¨® a dejar buen sabor de boca una vez m¨¢s fue Juan del ?lamo. Cuaj¨® al buen tercero, un ejemplar al que le falt¨® algo de fuerza para ser m¨¢s importante. El salmantino lig¨® las series con firmeza; sobrio y breve. Algo falt¨® para las dos orejas y el premio se qued¨® en una oreja de peso que no pudo refrendar en el sexto.

Cerr¨® plaza un ejemplar serio, con trap¨ªo y aplaudido de salida, pero pronto perdi¨® las manos y se defendi¨® con la cara arriba. Quiz¨¢s pudo haber algo m¨¢s, pero ?lamo no acab¨® de sentirse a gusto. Fue una l¨¢stima que Adame no se entendiera con el quinto de la tarde, un buen ejemplar del Puerto, que exigi¨® una lidia que no se la dio el mexicano.

Morenito de Aranda

Ni la distancia fue la adecuada ni cuando tuvo que correr la mano lo hizo con limpieza, as¨ª que la faena fue a menos, el animal protest¨® y se perdi¨® un buen toro. No fue por falta de inter¨¦s ni deseo, ya que cuando ?lamo hizo un quite por tafalleras en ese quinto Adame replic¨® por ce?idas lopecinas y encendi¨® la ilusi¨®n en los tendidos. Luego no supo dialogar con el toro para acabar con un triunfo.