¡®La cr¨¨me de la cr¨¨me¡¯ de Pedralbes

En 2005 el monasterio de Pedralbes mostraba por primera vez una selecci¨®n de su rico patrimonio formado por m¨¢s de 6.000 obras reunidas a lo largo de ocho siglos. La sala que hab¨ªa servido de dormitorio para las monjas clarisas y que entre 1993 y 2004 hab¨ªa acogido la parte catalana de la colecci¨®n Thyssen-Bornemisza antes de emigrar al MNAC, acab¨® siendo el lugar ideal para exponer 70 piezas, lo mejor de lo mejor, de este conjunto excepcional de piezas tanto de la vida religiosa como de la vida cotidiana de las monjas que el tiempo ha acabado dando un valor art¨ªstico. Todas han llegado hasta nosotros gracias a una especie de milagro por el que algunos de los conflictos que ha vivido esta ciudad, entre ellos la desamortizaci¨®n del siglo XIX, la Semana Tr¨¢gica de 1919 y la Guerra Civil parecen haberlo respetado.

Pero las modas y las tendencias cambian. Tambi¨¦n en museograf¨ªa. Si hace diez a?os las obras de arte, las piezas de mobiliario, los objetos lit¨²rgicos y de orfebrer¨ªa se mostraban en compartimentos de vivos colores rojos y verdes, los mismos que estaban presentes en la paleta de los artistas medievales y renacentistas, tras subdividir la enorme sala g¨®tica del siglo XIV; ahora se ha vuelto al color neutro y a los espacios di¨¢fanos, m¨¢s sobrios, que no dejan duda de que estamos en uno de los espacios m¨¢s singulares de la ciudad. ¡°La intenci¨®n es que la museograf¨ªa pase desapercibida y potenciar la enorme sala g¨®tica que se construy¨® en el siglo XIV en los primeros a?os del monasterio, como la iglesia y el piso bajo del claustro y que impuls¨® la propia fundadora, la reina Elisenda de Montcada, mujer de Jaume II. Una obra que en siglo XVI se coron¨® con un artesonado de madera¡±, explica Rafael Cornudella, comisario de la muestra Pedralbes. Los tesoros del Monasterio junto con Mari¨¤ Carbonell (los dos profesores de Arte en la Universitat Aut¨°noma y responsables de la primera presentaci¨®n en 2005 junto con la directora del centro, Anna Castellano). Por eso se han eliminado las barreras visuales y se ofrece a la vista con un aspecto parecido al que tuvo en sus or¨ªgenes, cuando las monjas dorm¨ªan todas en la misma sala, sin celdas. Tambi¨¦n se han eliminado un buen n¨²mero de las piezas que se expon¨ªan desde 2005: ¡°un 30%¡±, seg¨²n Cornudella.

Que desde su fundaci¨®n el monasterio de Pedralbes estuvo relacionado con la realeza y las clases poderosas de la ciudad queda patente al contemplar las obras de arte que se exponen. Como las piezas que reciben al visitante: un conjunto formado por una Virgen y un ?ngel anunciador realizados en el siglo XIV en alabastro y, sobre todo, unas figuras de bel¨¦n de la Virgen, Jos¨¦ y el Ni?o Jes¨²s, del mismo material y ¨¦poca pero con la policrom¨ªa original intacta y sin ninguna rotura pese a sus ya 600 a?os de antig¨¹edad. ¡°Esta representaci¨®n tridimensional del Nacimiento es, por su conservaci¨®n y antig¨¹edad un unicum¡±, asegura el experto se?alando la curiosa cantimplora que lleva Jes¨²s a sus espaldas. Estas piezas forman parte del primero de los cuatro ¨¢mbitos, el llamado de Esplendor, cuando el monasterio fue uno de los centros espirituales y culturales m¨¢s destacados de Barcelona. ¡°De esta ¨¦poca son tambi¨¦n las pinturas de la capilla de Sant Miquel y el monumento funerario bifronte de la reina Elisenda¡±, apunta Cornudella, adem¨¢s de algunos muebles como un arca que formaban parte del ajuar de la propia reina.

El siguiente ¨¢mbito Reformas corresponde al siglo XVI y uno de los protagonistas es Fernando el Cat¨®lico que sustituy¨® los ¨®rganos de poder del centro para poder enchufar a personajes de su entorno, como a su hija natural Mar¨ªa de Arag¨®n a la que nombr¨® abadesa y que conllev¨® la implantaci¨®n de la corriente m¨¢s rigurosa de la orden franciscana, la observancia y foment¨® una clausura m¨¢s estricta. Art¨ªsticamente el periodo est¨¢ marcado por la llegada masiva de obras de arte flamenco, el de moda en esta ¨¦poca. Destacan un relieve de la Epifan¨ªa realizado en terracota vidriada en el taller de Della Robbia de alrededor de 1475; el impresionante Cristo sentado en la roca fr¨ªa, una figura de tama?o natural de Jes¨²s desesperado ante la muerte seguray, sobre todo una selecci¨®n de los caracter¨ªsticos retablos facticios, creados ¡°como si fueran rompecabezas¡± combinando piezas de procedencia y estilos diversos. ¡°Se conservan una decena y no tienen parang¨®n¡±, explica Cornudella. En varios pueden verse los escudos de sus promotores, como Teresa de Cardona o la familia de los Rocabert¨ª.

El barroco protagoniza el ¨¢mbito Recogimiento, mientras que Reinaxen?a repasa las obras modernista y neog¨®ticas.