El secreto de un ¡®nomeolvides¡¯
Ana Mar¨ªa Aguilar mat¨® a golpes a dos ancianas octogenarias a las que conoc¨ªa para robarles joyas y dinero. Una pulsera hallada en su bolso la incrimin¨®
Algo se torci¨® en el gesto de Ana Mar¨ªa Aguilar cuando los polic¨ªas le pidieron que vaciase su bolso. Era una panadera de barrio, que conoc¨ªa y trataba con amabilidad a su clientela habitual; una mujer de 60 a?os, afable y cooperadora, que segu¨ªa negando cualquier relaci¨®n con el asesinato a golpes y cuchilladas de dos ancianas, de 86 y 81 a?os, en Matar¨®. Pero Ana Mar¨ªa era el ¨²nico nexo entre las dos v¨ªctimas. Adem¨¢s, hac¨ªa pocos d¨ªas hab¨ªa vendido la montura de unos pendientes de oro iguales a los que robaron a una de las ancianas tras asesinarla. Y ten¨ªa una voz sospechosamente parecida a la de la misteriosa mujer que llam¨® al 112 avisando del segundo crimen.
Pero todo eran conjeturas... hasta que los agentes registraron su bolso. En uno de los bolsillos, encontraron la placa de una pulsera nomeolvides, donde se pod¨ªa leer grabado: ¡°Concepci¨®n¡±. As¨ª se llamaba la primera muerta. En aquel momento, Ana Mar¨ªa fue detenida.
El primer asesinato fue el 17 de mayo de 2012. La hija de una mujer de 86 a?os, que viv¨ªa sola en el pasaje Enric Fit¨¦, la encontr¨® en la cocina, con un golpe en la cabeza, y degollada. ¡°La puerta de acceso no estaba forzada, hab¨ªa algunas habitaciones que no estaban revueltas y se hab¨ªa usado m¨¢s violencia de la normal...¡±, cuenta el sargento de los Mossos d¡¯Esquadra Xavier Rodr¨ªguez. El caso parec¨ªa un robo de alguien cercano, un asesinato aislado. Pero cogi¨® otra dimensi¨®n cinco d¨ªas despu¨¦s ¡ªel 22 de mayo¡ª, cuando alguien llam¨® al 112 desde una cabina telef¨®nica. ¡°Era una mujer y dec¨ªa que hab¨ªa pasado una cosa muy grave, que una anciana necesitaba ayuda¡±, recuerda el investigador. En el domicilio los polic¨ªas se encontraron de nuevo con una puerta que no estaba forzada, con una casa revuelta de manera selectiva, y con una anciana muerta en la cocina, con un golpe en la cabeza y acuchillada.
La primera persona que les habl¨® a los agentes de Ana Mar¨ªa Aguilar fue la hija de la primera muerta. Les explic¨® que era una antigua vecina, con la que mantuvo una amistad y que a pesar de haber perdido el contacto, la mujer se present¨® en la comisar¨ªa, el mismo d¨ªa que hallaron el cad¨¢ver, para darles el p¨¦same. Le pareci¨® extra?¨ªsimo. Y su inquietud fue creciendo despu¨¦s de que la llamase 14 veces por tel¨¦fono para interesarse por c¨®mo estaban. ¡°Era como si quisiera obtener informaci¨®n o explicar otras v¨ªas de investigaci¨®n¡±, razona Rodr¨ªguez.
Ficha t¨¦cnica de la asesina
Datos personales. Ana Mar¨ªa Aguilar, de unos 60 a?os, propietaria de una cafeter¨ªa-panader¨ªa en Matar¨®.
Tipolog¨ªa. Asesinato a golpes y a cuchilladas de dos mujeres.
V¨ªctimas. Dos ancianas de 81 y 86 a?os, a las que conoc¨ªa y a las que rob¨® dinero y joyas.
Perfil. Aguilar ten¨ªa deudas, y el local que regentaba no le funcionaba bien. Adem¨¢s, le gustaban mucho las joyas.
M¨®vil. Econ¨®mico.
Su ca¨ªda. Los polic¨ªas encontraron en su bolso una pulsera de una de las v¨ªctimas.
?Qu¨¦ fue de ella? Cumple una condena de 44 a?os de c¨¢rcel.
Enseguida descubrieron que Conxita, la segunda v¨ªctima, viv¨ªa al lado de la ¡°Iaia Anita¡±, la cafeter¨ªa-panader¨ªa de Ana Mar¨ªa. A partir de entonces, los polic¨ªas no se despegaron de Ana Mar¨ªa, que segu¨ªa con sus h¨¢bitos de vida normales. Entre ellos, repartir comida a domicilio a ancianos... En cualquier momento, la panadera pod¨ªa entrar en casa de alg¨²n anciano a darle su pedido... O a cualquier otra cosa.
El 25 de mayo a las dos de la tarde, los polic¨ªas que la segu¨ªan con discreci¨®n vieron que Ana Mar¨ªa cog¨ªa un taxi. Sab¨ªan que iba a casa de un anciano. Los agentes no quisieron jug¨¢rsela. Cuando la mujer sal¨ªa del coche, la pararon y le propusieron ir a comisar¨ªa a tomarle declaraci¨®n.
Ana Mar¨ªa nunca derrot¨®, como se conoce en el argot policial cuando una persona se derrumba y confiesa, ni siquiera cuando apareci¨® la pulsera. ¡°Durante el interrogatorio estaba nerviosa, le temblaban las manos, lloraba constantemente, pero no se agobiaba, no se sub¨ªa por las paredes...¡± como cabr¨ªa esperar de alguien a quien se le acusa injustamente de matar a dos personas, recuerda Xavier Rodr¨ªguez.
¡°Siento mucho la muerte. Yo las quer¨ªa y las apreciaba, no las he matado¡±, dijo en el juicio en su ¨²ltimo turno de palabra. Su psic¨®logo en prisi¨®n la crey¨®: ¡°Si lo hubiese hecho, a m¨ª me lo hubiese dicho¡±. La Audiencia de Barcelona la conden¨® a 44 a?os de prisi¨®n.
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