Un cierre serio con demasiado premio

El cierre de feria fue serio. Tuvo la importancia de la plaza de Bilbao. Toros de Victorino bien hechos, con trap¨ªo, varios aplaudidos de salida y muy en el tipo de la ganader¨ªa, sin exageraciones, que nadie en Bilbao quiere un toro desproporcionado pero s¨ª que infunda respeto. Un cierre, ahora s¨ª, de Bilbao. Luego, dentro no llevaron lo esperado. Tuvieron poca fuerza y no sacaron la codicia de esta ganader¨ªa. Con todo, hubo momentos interesantes, cargados de emoci¨®n, como en el primero y en el quinto. Rafaelillo, que lleg¨® para sustituir al lesionado Ferrera, se gust¨® en el que abri¨® plaza, un ejemplar con poca fuerza que se quedaba debajo del torero.

Comenz¨® el murciano con tropiezos , pero recet¨® una tanda de naturales muy encajada que hizo presagiar algo m¨¢s de lo que vino a continuaci¨®n. Todo se qued¨® en una labor firme, segura, con mando, pero su insistencia con la izquierda no volvi¨® a tener premio. M¨¢s dudas mostr¨® Rafaelillo en el cuarto, cuando tras un desarme en el inicio le cost¨® cruzarse para eso s¨ª, dejar clara su disposici¨®n y valor. Manuel Escribano, que estuvo discreto con el flojo segundo, tuvo mucho m¨¦rito al dominar al quinto, un Victorino que se puso violento tras cornear al banderillero Juan Jos¨¦ Dom¨ªnguez en banderillas.

El sevillano tir¨® de quietud y mano baja para ligar buenos derechazos y firmar una faena plena de transmisi¨®n y emoci¨®n. Le falt¨® darse importancia en el cierre con un broche que venciera definitivamente al toro y no pareciese que a¨²n quedaba por torear. El premio de la tarde se lo llev¨® Paco Ure?a, una oreja ben¨¦vola con escaso n¨²mero de pa?uelos y que recompensaba la insistencia del lorquino.

Unos buenos de rechazos finales y la brevedad con los aceros fue suficiente. Sin embargo, Ure?a no supo encontrar los secretos que escond¨ªa el sexto, un toro con genio que exig¨ªa mano firme y el murciano se limit¨® a acompa?ar las embestidas del mejor victorino de la tarde, un toro que habr¨ªa servido de triunfo para un diestro con mano baja y toreo cruzado de verdad. Ure?a no encontr¨® el sitio y se perdi¨® en un trasteo vulgar que acab¨® con el animal aburrido. Su nuevo acierto con la espada le volvi¨® a dar una oreja.