Colores que suenan

En Berl¨ªn, Londres o Par¨ªs, la ciudad donde reside el compositor y pianista catal¨¢n H¨¨ctor Parra (Barcelona, 1976), dedicar un concierto monogr¨¢fico a un creador actual parece la cosa m¨¢s normal del mundo. Pero en Barcelona no lo es. De hecho, basta hablar de m¨²sica contempor¨¢nea por estos lares para ver como a la mayor¨ªa de los programadores les entra un sudor fr¨ªo. Por eso, la integral de la obra para piano de H¨¨ctor Parra que Jos¨¦ Menor interpret¨® la noche del mi¨¦rcoles en el Petit Palau de Barcelona adquiere visos de acontecimiento en una ciudad que lleva demasiado tiempo viviendo casi de espaldas a la creaci¨®n actual.

El Petit Palau no se llen¨®, pero en los tiempos que corren, reunir a m¨¢s de un centenar de personas con este tipo de propuestas es casi un milagro. Y a nivel art¨ªstico, el ¨¦xito de la primera velada con Parra como compositor invitado de la temporada del Palau y el Auditori ha sido grande. Triunf¨® el compositor... y triunf¨® el int¨¦rprete.

Hay que se?alar que no todos los autores actuales resisten la prueba de una integral. Y Parra la super¨® con nota. Se impuso la audacia y profundidad de su pensamiento musical en un revelador retrato de su cat¨¢logo, desde Tres peces per a piano, de 1999, fruto de sus a?os de aprendizaje con David Padr¨®s, al estreno de su m¨¢s flamamante pieza, Una pregunta (a Jaume Plensa), una maravilla de ciencia y sensibilidad.

Hablamos de una m¨²sica creada por un pianista que domina el oficio, que conoce los recursos de vanguardia y los usa para forjar un lenguaje cada vez m¨¢s personal y expresivo. Y Jos¨¦ Menor supo mostrar esa evoluci¨®n con generosidad, calidez y apabullante dominio t¨¦cnico.

Frente a la tensi¨®n y el talante experimental de la primera ¨¦poca, emerge a partir de la en¨¦rgica Sonata (2010) un Parra mucho m¨¢s sensual, m¨¢gico y expresivo que lleva al piano su fascinaci¨®n por la pintura y las artes pl¨¢sticas. En piezas como Cos de mat¨¨ria y Caricies cap al blanc, inspiradas respectivamente en Antoni T¨¤pies y Gerhard Richter, los colores suenan en el piano de Parra, y en ese mundo de sutiles texturas, Menor fue un int¨¦rprete imaginativo y generoso, poniendo al servicio del compositor, con talento y honestidad, los m¨¢s variados recursos t¨¦cnicos y expresivos.