Peatones y bicis chocan en la Casa de Campo
Los ciclistas circulan por cualquier rinc¨®n del parque. Paseantes y corredores piden que se acoten los lugares por donde pueden transitar
Los ciclistas han colonizado la Casa de Campo, desde las carreteras asfaltadas hasta los senderos m¨¢s rec¨®nditos y angostos. En su camino, unas veces sosegado y otras a toda marcha, se cruzan con paseantes y corredores que se quejan de la agresividad de algunos ciclistas y piden medidas para poner coto a los amantes de las dos ruedas, tanto en la cuesti¨®n de la velocidad como en los espacios por los que se les permite transitar.
El Ayuntamiento de Madrid responde que el plan director del parque ya restringe los movimientos ciclistas: s¨®lo se puede transitar en bicicleta por los circuitos establecidos, caminos asfaltados y v¨ªas de m¨¢s de dos metros de ancho, y cortafuegos en todo el entorno. Nada de senderos.
¡°No obstante, esta infracci¨®n no esta tipificada con sanci¨®n¡±, a?ade el gobierno municipal. Y la mayor parte de los usuarios de la Casa de Campo, ya sean peatones o ciclistas, tampoco conocen esas limitaciones. ¡°Ni siquiera existe un solo cartel que informe sobre la limitaci¨®n¡±, comenta la Plataforma Salvemos la Casa de Campo. En cuanto a los kil¨®metros hora a los que habr¨ªa que pedalear, ni se menciona.
Sin auriculares de m¨²sica
¡°Es imposible escuchar m¨²sica con cascos mientras corres por la Casa de Campo, no oyes venir a las bicicletas y seguro que tienes un susto¡±, describe Francisco Gil, que entrena a diario por el parque desde hace 30 a?os con el grupo Garabitas. Ahora, ¨¦l y sus compa?eros buscan lugares para correr donde suponen que no hay ciclistas. ¡°Pero realmente est¨¢n por todos los lados, y cada a?o que pasa es un boom superior, crecen de forma exponencial¡±, asegura. En su opini¨®n, la soluci¨®n pasa por modular y concienciar al ciclista de que se est¨¢ moviendo por un parque donde hay peatones.
Adrenalina sobre las trincheras de la Guerra Civil
En internet se pueden encontrar rutas del tipo de un ¡°circuito de las viejas tuber¨ªas del cerro Garabitas¡±, que incluye un ¡°descenso desbocado sobre las viejas trincheras de la Guerra Civil¡±. Se advierte de la dificultad de la ruta: solo para ciclistas de monta?a expertos y con buenas piernas. ¡°No s¨¦ si alguien da m¨¢s¡±, ironiza Luis de Vicente, experto en la Guerra Civil y miembro de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo. ¡°Cuando hablan de las viejas tuber¨ªas se refiere al antiguo sistema de riego de la Casa de Campo, que est¨¢n ligadas a Alfonso XII¡±, explica. En cuanto a las trincheras, De Vicente aclara que se trata de los restos del frente que todav¨ªa perduran en la Casa de Campo y que son elementos incluidos dentro de la declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural del lugar. ¡°Est¨¢ claro que hay personas que consideran la zona como un lugar de entrenamiento, y eso hay que cambiarlo¡±, concluye.
Al conflicto bici-peat¨®n se suma la agresi¨®n para el medio ambiente que supone el paso continuado de las dos ruedas por vaguadas, caminos y montes.
El problema de erosi¨®n que se est¨¢ produciendo en muchos lugares es bien conocido por los responsables locales del espacio p¨²blico, que en ocasiones roturan los caminos con m¨¢quinas para hacer m¨¢s complicado el paso.
I?aki D¨ªaz de Etura, portavoz de Pedalibre y Conbici, indica que una posible soluci¨®n ser¨ªa la restricci¨®n del uso de la bicicleta por caminos no adecuados.
Aunque recuerda, al mismo tiempo, que cualquier norma tiene que ser consensuada y conocida. ¡°De otra forma, no sirve de nada¡±, asegura. D¨ªaz de Etura opina que, en cualquier caso, el problema de la Casa de Campo se repite en los lugares libres de tr¨¢fico de motor. ¡°Los usuarios no motorizados se concentran y hay conflictos por exceso de gente¡±, explica.
Jos¨¦ Luis Moreno, Alfonso Areces y Carmen Cach¨¢n son tres de los usuarios ¡°de toda la vida¡± de este espacio p¨²blico. Antiguos maratonianos, conocen todos los recovecos de la Casa de Campo y han sido testigos de la llegada masiva de la bicicleta. ¡°Hoy, por ejemplo, es un d¨ªa muy malo (domingo) porque est¨¢ todo lleno¡±, comentan. Quieren dejar claro que no todos los ciclistas son iguales. ¡°Algunos te avisan y te dan las gracias por dejarles pasar, pero tambi¨¦n est¨¢n los que llegan gritando paso, paso, casi ech¨¢ndote del camino, y encima te insultan¡±, aseguran. Ninguno de ellos conoc¨ªa la existencia de la normativa municipal.
?A tumba abierta
D¨ªaz de Etura apela a la precauci¨®n. ¡°No te puedes tirar a tumba abierta por sitios sin visibilidad y en los que adem¨¢s te puedes encontrar a otras personas. Hay que circular en consecuencia¡±, sostiene. A?ade que el problema de fondo es la falta de espacios sin coches y la gente se repartir¨ªa m¨¢s. ¡°No voy a decir como la Casa de Campo, que es un espacio ¨²nico¡±, concluye.
El Ayuntamiento asegura realizar las actuaciones puntuales necesarias para la regulaci¨®n del tr¨¢fico de bicicletas en el parque. Por ejemplo, destacan fuentes municipales, reforzando la se?alizaci¨®n existente en los carriles bici y viales, lo que posibilita su utilizaci¨®n con total seguridad. Al mismo tiempo, se ejerce ¡°una continua vigilancia ante la construcci¨®n de cualquier circuito artificial, que se procede a desmontar con brevedad¡±. Algo complicado en un ¨¢rea de 1.700 hect¨¢reas.
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