Est¨¢n locos estos barceloneses
Sisa, Joan Miquel Oliver y Quimi Portet "tomaron" la catedral y Marinah la plaza de Catalunya
En el centro de la ciudad la Merc¨¨ 2015 despeg¨® al ritmo mestizo de Marinah, la que fuera cantante de Ojos de Brujo, en plena plaza de Catalunya. Un concierto que sirvi¨® tambi¨¦n para iniciar la parcela musical de la celebraci¨®n del vig¨¦simo aniversario de la Mostra de Associacions.
Un feliz comienzo en uno de los t¨ªpicos emplazamientos de la fiesta mayor barcelonesa que este a?o ha cambiado su fisonom¨ªa relegando a uno de los laterales de la plaza el tradicional escenario que se sol¨ªa situarse entre las dos fuentes. El cambio resta espectacularidad a la propuesta y le confiere una cierta intimidad que en el concierto del viernes se agradeci¨® pero que, sin duda, quedar¨ªa totalmente desbordado si se hubieran programado actuaciones con importante tir¨®n popular, como otros a?os. Programa en mano da la impresi¨®n de que se quiere restar protagonismo festivo a la plaza de Catalunya y as¨ª sucedi¨® con la primera propuesta: se llenaron las sillas colocadas a pie de escenario pero no acudieron grandes mareas humanas para disfrutar de la actuaci¨®n de Marinah y Chicuelo y fue una l¨¢stima porque la verdad es que el concierto hubiera merecido una plaza abarrotada, como quien dice a la antigua.
La de Marinah sigue siendo una voz tan fascinante cono mestiza, en el sentido m¨¢s amplio, profundo y agradecido de la palabra. Su propuesta nace de la rumba, o al menos eso parece aunque el ventilador brilla por su ausencia, y se pasea con soltura y desparpajo por todos los terrenos del flamenco y de la m¨²sica latina. Composiciones redondas que se mecen en tierra de nadie e incitan constantemente al mene¨ªllo. Ah¨ª Marinah ha encontrado un magn¨ªfico soporte en la guitarra de Chicuelo, siempre segura y penetrante. A pesar de estar bien acompa?ados por un tr¨ªo r¨ªtmico, los mejores momentos de la noche se alcanzaron cuando Marinah y Chicuelo se quedaron solos interpretado a Garc¨ªa Lorca. Un d¨²o que puede dar mucho de que hablar.
Pr¨¢cticamente cuando Marinah y Chicuelo acababan su actuaci¨®n comenzaban los fastos en la plaza de la Catedral, esta conservando la atractiva estructura del pasado a?o con un escenario transparente en la escalinata ante la fachada catedralicia. A esa hora El Petit de Cal Eril y Free Spirits cocinaban una propuesta ca¨®tica y, por momentos, molesta. Todo lo contrario a lo que suced¨ªa en la plaza de Sant Jaume donde la banda barcelonesa Moussakis, liderada por el violinista Branislav Grbic, ofrec¨ªa un agradable paseo por diferentes sonoridades balc¨¢nicas. Con una primera l¨ªnea de viol¨®n, clarinete y acorde¨®n, el grupo contagi¨® ganas de bailar a una muchedumbre que casi llenaba la plaza inund¨¢ndola todo de un buen rollo id¨®neo para una fiesta mayor.
Bailongo en la plaza
El plato fuerte de la noche en el centro de la ciudad lo protagonizaban Sisa, Joan Miquel Oliver y Quimi Portet ante la catedral. El tr¨ªo volvi¨® a desplegar su humor c¨ªnico y pujoliano (de Pujols que no de Pujol) sobre m¨²sicas sencillas pero tremendamente efectivas. Sisa en atuendo de cardenal gal¨¢ctico fue la piedra sobre la que gir¨® el espect¨¢culo, pero fueron las guitarras de Portet i Oliver las que alcanzaron las cimas m¨¢s altas. Una parte del p¨²blico, la que ocupaba las hileras de sillas, disfrut¨® a rabiar pero otra, los centenares de turistas que por all¨ª pasaban sorprendidos, no parecieron entender nada y atravesaban la plaza con una sonrisa obelixiana y cara de ir pensando aquello de Est¨¢n locos estos barceloneses.
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