Extra?as elecciones
El c¨²mulo de siglas, alianzas y posiciones encubiertas de estas auton¨®micas y el solapamiento de otra precampa?a disimulada no ayudan a que los indecisos se aclaren
Hay que reconocer que las pr¨®ximas elecciones en Catalu?a son muy extra?as. Por una parte, el partido que gobierna (ya no en coalici¨®n con UDC) convoca unas elecciones auton¨®micas en clave plebiscitaria. Ese mismo partido se presenta a estas elecciones en coalici¨®n con otros partidos y asociaciones afines, incluido el que funciona como oposici¨®n institucional en la C¨¢mara catalana. Su candidato, para aumentar la extra?eza, es una especie de mu?eco parlante del candidato (el ventr¨ªlocuo que le indica lo que no debe mencionar) que gobernar¨¢ si gana las elecciones. Su marca es Junts pel S¨ª.
Por otra parte, est¨¢ un partido nuevo que no comulga absolutamente con el independentismo, por lo menos no con una declaraci¨®n unilateral de independencia y s¨ª con un acuerdo gestionado entre el Gobierno central y la Generalitat, adem¨¢s de proponer un parche en la Constituci¨®n con tal de garantizar una ordinalidad fiscal para Catalu?a. Se trata de una refundaci¨®n de UDC, un partido que fue socio de coalici¨®n con CDC durante m¨¢s de tres d¨¦cadas.
Con un fuerte acento social y reivindicativo, se presenta Catalu?a S¨ª que es Pot, encabezado por un bregado dirigente de lucha barrial (aunque no muy conocido por los electores), junto al cual se posiciona Podem (que no se moja inequ¨ªvocamente sobre la cuesti¨®n territorial) e ICV, siglas bajos las cuales hasta hace un poco m¨¢s de cuatro d¨ªas milit¨® con altas responsabilidades europeas quien ahora encabeza la lista independentista de Junts pel S¨ª. Est¨¢ tambi¨¦n el PSC, que orienta su discurso hacia lo social, contra la corrupci¨®n y una Espa?a federal (sin conocerse a ciencia cierta el grado de simetr¨ªa o asimetr¨ªa de su federalismo y sin saberse cu¨¢ntos barones territoriales apoyar¨ªan esa posici¨®n). Y al final de este espectro, a medio camino entre la independencia s¨ª o s¨ª y el derecho a decidir encontramos a la CUP, partido que puede darle la mayor¨ªa absoluta en el Parlament a las siglas soberanistas y que exhibe pronunciamientos anticapitalistas diametralmente opuestos a los neoliberales de CDC, adem¨¢s de una declaraci¨®n de independencia ipso facto. Y quedan PP y C?s, unidos ambos por la unidad de Espa?a y desunidos por ver qui¨¦n de los dos se queda con el mayor trozo de la defensa del pastel patrio.
El Gobierno del PP hace precampa?a para las elecciones generales de diciembre. Pero sin perder ojo de lo que sucede en Catalu?a
Frente a esta situaci¨®n en Catalu?a, tenemos al Gobierno del PP, haciendo precampa?a para las elecciones generales de diciembre. Pero sin perder ojo de lo que sucede en Catalu?a. Para Rajoy, los comicios catalanes son unas elecciones auton¨®micas ordinarias (para Artur Mas tambi¨¦n, si eso avala contar s¨®lo los esca?os). Pero el PP se ha embarcado en una operaci¨®n de desprestigio del independentismo a base de sonsacarles a los l¨ªderes mundiales (desde Merkel hasta Obama) rotundos desaires al invite independentista. El Gobierno central tambi¨¦n considera que las elecciones catalanas son auton¨®micas. Pero sus operaciones exteriores se mueven en el terreno de lo plebiscitario, una manera de desautorizar a Mas y, a la vez, obtener m¨¢s r¨¦ditos para la causa antiindependentista (o proespa?olista) de cara a pr¨®ximas generales.
Ante este c¨²mulo de siglas, propuestas y contrapropuestas, noes y s¨ªes encubiertos, auton¨®micas y plebiscitarias formuladas seg¨²n convenga y la temperatura de otra precampa?a disimulada, se encontrar¨¢ el votante el pr¨®ximo 27 de septiembre. Tambi¨¦n se encontrar¨¢ con la sorpresa de que nuestro presidente, adem¨¢s de castellano, catal¨¢n, ingl¨¦s y franc¨¦s, habla el Cherokee, como lo demostr¨® el domingo pasado en un mitin.
Sumadas a estas extra?ezas, no es menos extra?o que una asociaci¨®n como la ANC sea tan marcialmente mandona, teniendo en cuenta que se proclama civil. Ah¨ª es nada las ¨®rdenes que dio su presidente para que ning¨²n independentista de pro osara asomarse a los espacios compensatorios que TV3 se vio obligada a emitir el domingo por la tarde. Voces de ordeno y mando muy en la l¨ªnea de Carme Forcadell cuando rug¨ªa ante la condescendiente mirada de nuestro presidente, conmin¨¢ndolo hace un a?o a iniciar el proceso sin m¨¢s dilaci¨®n. En fin, demasiada extra?eza para sacar algo en claro. Sobre todo entre los abstencionistas de siempre en las elecciones auton¨®micas.
Por ¨²ltimo quisiera acotar algo sobre el miedo en periodos de crisis. (Eso que el ensayista franc¨¦s Serge Latouche llama ¡°pedagog¨ªa del desastre¡±). Por mi parte distingo entre el miedo que te meten en el cuerpo, el miedo ideol¨®gico (que usa el PP) y el miedo at¨¢vico, el que todo ser humano siente ante lo desconocido. El independentismo no deber¨ªa despreciar este ¨²ltimo.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario
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