La lucha libre mexicana toma el CCCB
Una muestra de la fot¨®grafa Lourdes Grobet inaugura el primer festival de cultura de M¨¦xico en Barcelona
Cuando a principio de la d¨¦cada de 1980, Lourdes Grobet, fot¨®grafa mexicana de familia burguesa, empez¨® a retratarlo, el mundo de la lucha libre mexicana a¨²n no se hab¨ªa convertido en un fen¨®meno de portada mundial. Si bien congregaba multitudes era considerado un submundo marginal, rechazado por la clasista sociedad mexicana como un entretenimiento popular e inculto. ¡°Qui¨¦n hubiera dicho que se convertir¨ªa en un fen¨®meno cultural, reivindicado por intelectuales y artistas¡±, indica Ximena P¨¦rez Grobet, hija de la fot¨®grafa un¨¢nimemente considerada la cronista oficial de la lucha libre de M¨¦xico. Sus obras, reunidas en la exposici¨®n Lucha libre. Retratos de familia,se exhiben hasta el 1 de noviembre en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB), en el marco de MXaBCN, la primera edici¨®n de un festival que se propone dar a conocer las manifestaciones contempor¨¢neas de la cultura mexicana en la capital catalana.
Hay combates cada d¨ªa, pero todos los fotografiados viven de sus oficios
La muestra, que presenta unas 40 im¨¢genes de gran formato, incluye una serie in¨¦dita dedicada a la vida personal y familiar de los luchadores. ¡°No fue f¨¢cil ser aceptada en un entorno tan cerrado, pero precisamente por eso cuando lo consigui¨® tuvo toda su confianza¡±, indica P¨¦rez Grobet, recorriendo las etapas de la trayectoria de su madre que se dedic¨® a este tema ¡ªentre otros¡ª durante treinta a?os. Aunque no pudo viajar a Barcelona, la fot¨®grafa envi¨® un v¨ªdeo, en el que ofrece las claves de su proyecto. ¡°Empec¨¦ fotografiando los protagonistas de los combates, luego me centr¨¦ en el p¨²blico porque es muy particular, muy activo y nada violento y al final los luchadores me abrieron sus casas y se dejaron retratar con sus familias¡±, explica Grobet. Para permitir al espectador sentirse un poco m¨¢s participe de este mundo, la fot¨®grafa ha creado para la muestra un montaje v¨ªdeo con im¨¢genes de su extenso archivo, aderezado con una banda sonora del artista franc¨¦s afincado en Ciudad de M¨¦xico F¨¦lix Blume, que recrea los ruidos, gritos y silencios que acompa?an las luchas. Tampoco pod¨ªa faltar un conjunto de fragmentos de pel¨ªculas de El Santo, el luchador que dio el salto a Hollywood y entre los a?os sesenta y ochenta protagoniz¨® medio centenar de pel¨ªculas, que empezaron siendo consideradas de serie B y ahora se han convertido en obras de culto.
La expo incluye una serie in¨¦dita sobre la vida familiar de estos luchadores
El Santo, Blue Demon y Mil M¨¢scaras son s¨®lo la punta de un iceberg que a partir de los a?os cuarenta tambi¨¦n incluye los ex¨®ticos, que solo desde hace una d¨¦cada se identifican como gay o queer y las mujeres como India Sioux, Diab¨®lica o Briosa, que Grobet fotografi¨® amamantando a su hijo y a?os despu¨¦s d¨¢ndole el biber¨®n a su nieto, con m¨¢scara en ambos casos. ¡°A diferencia de todas las dem¨¢s, la lucha mexicana no viene de la grecorromana. No es violenta, es el encuentro de dos cuerpos a golpes, pero coreografiados como si se tratara de una danza o una funci¨®n teatral¡±, asegura Grobet, aunque esto no impide los accidentes como el que en marzo le cost¨® la vida al Hijo del Perro Aguayo durante un encuentro con el Rey Misterio. ¡°Siempre he detestado la fotograf¨ªa folcl¨®rica, pero me di cuenta de que el indio urbano de M¨¦xico es el luchador¡±, afirma Grobet. A pesar de que hay combates cada d¨ªa, son pocos los luchadores que viven de esto y la mayor¨ªa desempe?a otros oficios, como Vill¨¢n V que es dentista y se pone la m¨¢scara para engatusar a sus peque?os pacientes o el c¨¦lebre Fray Tormenta, un cura que no duda en procesionar y repartir la comuni¨®n con su atuendo de combate.
La muestra se complementa con el mural Las m¨¢scaras de Lourdes, que el artista de Quer¨¦taro Miguel Vali?as est¨¢ realizando en el CCCB a partir de la reinterpretaci¨®n de tres fotograf¨ªas de Grobet.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.