Goya y bocatas de calamares

1. Peluquer¨ªa Vallejo. Nunca me he cortado el pelo all¨ª, pero merece la pena acercarse para admirar su fachada de azulejos originales del 1900, pintados a mano por artesanos de Talavera. Dentro conserva los sillones de la ¨¦poca. Antes estaba en el 18, ahora se ha desplazado unos pocos n¨²meros, (calle de Santa Isabel, 22).

2. Mercado de Ant¨®n Mart¨ªn. Ha sabido conservar su casticismo de barrio. En los puestos tradicionales hay un magn¨ªfico repertorio de tipograf¨ªas y r¨®tulos supervivientes de la iconograf¨ªa comercial madrile?a de la primera mitad del siglo XX, y el m¨¢s genuino de los soportes: el trozo de cart¨®n sobre el que, con pulcra caligraf¨ªa de plumilla, se escribe el producto y el precio (calle de Santa Isabel, 5).

3. El museo Estudio Sorolla. Un espacio m¨¢gico de recogimiento en el agitado barrio de Chamber¨ª. Un precioso jard¨ªn mediterr¨¢neo, la casa estudio de Sorolla, pinturas poco conocidas, dibujos, bocetos¡­ Una inmersi¨®n est¨¦tica de primera (paseo del General Mart¨ªnez Campos, 37).

4. La Casa de la Panader¨ªa. En la Plaza Mayor, merece la pena admirar las magn¨ªficas pinturas y murales de Carlos Franco en su fachada. Y no dejes de probar los imbatibles bocatas de calamares en cualquiera de las terrazas cercanas (Plaza Mayor, 27).

5. Ermita de San Antonio de la Florida. Para admirar los frescos de Goya, en lo mejor de su genio creativo, despu¨¦s de una ejemplar restauraci¨®n por la Real Academia de Bellas Artes, de la que soy acad¨¦mico (glorieta de San Antonio de la Florida).

6. Casa Mingo. A la salida de la ermita, sidrer¨ªa legendaria abierta en 1888, sus pollos asados son ¨²nicos, los callos excelentes y ponen un soberbio cocido los fines de semana. Ambiente simp¨¢tico y precios asequibles (paseo de la Florida, 34).

7. La F¨¢brica. Es librer¨ªa, galer¨ªa de arte, florister¨ªa, y sirven unos vinos excelentes y una cocina sencilla e inteligente. Una iniciativa serena y cosmopolita del inagotable promotor cultural Alberto Anaut. (calle Alameda, 9).

8. El Parque de El Retiro en oto?o. Llega su mejor ¨¦poca, con los matices de su gama de colores, sus olores vegetales y su luz ¨²nica. Es mi sitio perfecto para leer, dibujar o escribir, voy desde mi infancia. Aqu¨ª me reconciliaba con Madrid, pero ahora no me hace falta, porque desde Tierno Galv¨¢n no hab¨ªamos vuelto a tener una alcaldesa ilustrada como la de ahora.

9.El edificio de La Casa Encendida. Un ejercicio de arquitectura ecl¨¦ctica madrile?a, la que levantaban extraordinarios alba?iles y maestros de obras, con modestos ladrillos trabajados 'a sardinel' como ornamento, rematada por un campanario. Su interior es un hervidero de experiencias creativas (ronda de Valencia, 2).

10. El C¨ªrculo de Bellas Artes. Es el otro extremo del repertorio de la arquitectura madrile?a. Su exterior, a pesar del encajonamiento urban¨ªstico, sigue teniendo una gravedad, una elegancia y un ritmo al nivel de los iconos de la arquitectura internacional de comienzos del siglo XX. Tuve la fortuna de intervenir como dise?ador en la renovaci¨®n de su identidad gr¨¢fica y se?alizaci¨®n. Los nuevos gobiernos municipales y auton¨®micos deber¨ªan dar m¨¢s ayudas para su mantenimiento y programaci¨®n (calle de Alcal¨¢, 42).