Far?, tan lejos de Buenos Aires

La emisi¨®n de la miniserie creada por Ingmar Bergman dej¨® noqueada a la sociedad sueca de 1973. Un crack emocional colectivo que dio estad¨ªsticas para la historia: el n¨²mero de divorcios se dobl¨® en un solo a?o y se dispararon las visitas a los consultores matrimoniales. Luego vino la pel¨ªcula y la versi¨®n teatral, la ¨²nica que ¨¦l consider¨® oportuna de su larga producci¨®n cinematogr¨¢fica. Fue en 1981, en M¨²nich. Un tr¨ªptico escandinavo que se titul¨® The Bergman Project para despedirse de Alemania y de su exilio econ¨®mico. En tres salas se sucedieron sus direcciones de escena de Casa de mu?ecas de Ibsen, La se?orita Julia de Strindberg y la adaptaci¨®n de Escenas de la vida conyugal. Cuatro apuntes hist¨®ricos para situar esta cruda cr¨®nica de la erosi¨®n de un matrimonio en el lugar que le corresponde y comprender la hondura de su an¨¢lisis de las relaciones humanas.

Despu¨¦s vendr¨ªa Woody Allen para ofrecer su propia versi¨®n de los hechos, con el tono que mejor se adapta a su personalidad. Variaciones sobre el original ¡ªhumor incluido¡ª sin perderle el respeto al maestro sueco. Entonces llegaron Fernando Masllorens y Federico Gonz¨¢lez del Pino y en comandita con Norma Leandro (en funciones de directora) pensaron que Woody se hab¨ªa quedado corto en el potencial c¨®mico del texto y decidieron aligerar todo lo posible el conflicto para que el p¨²blico pasara un buen rato ech¨¢ndose unas liberadoras risas con disfunciones sexuales, infidelidades, frustraciones, embarazos no deseados, mentiras, rencores, desencuentros y reencuentros. Una juerga contin¨²a. S¨®lo necesitas un hombre, una mujer, una cama matrimonial y un quiebro a tiempo para parar el avance sexual. Risa asegurada.

Al p¨²blico se la refanfinfla si hay delito de traici¨®n o no a Bergman. Han acudido para aplaudir hasta con las orejas a Ricardo Dar¨ªn. Con la Concha de Plata reci¨¦n ganada en San Sebasti¨¢n y el almac¨¦n del prestigio repleto de merecidos ¨¦xitos, hay que reconocerle la profesionalidad con la que responde a la entrega de sus seguidores. Interpretaci¨®n comedida, sin dejarse llevar por innecesarios trucos para gustar, quiz¨¢ algo cansado y ausente ¡ªal menos la noche del estreno¡ª, pero dentro de los par¨¢metros de la dignidad actoral. Una interpretaci¨®n de oficio, levemente distante con la fractura interior que vive su personaje y con su partenaire, ?rica Rivas. ?Y ella? Ella se entrega sin freno a la comedia. Vestida como si se hubiera equivocado de teatro y estuviera trabajando en Nunca estuviste tan adorable de Daulte, parece abducida por el traje est¨¦tico y se dedica a un repertorio de mohines de actriz de la vieja escuela y de la vieja comedia.

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