El escenario como obrador
Muchachito estren¨® nuevo espect¨¢culo y concepto en el Apolo
Nuevo tiempos, nuevos artistas. El mundo del espect¨¢culo no es lo que era hace apenas 10 a?os, de forma que los artistas m¨¢s r¨¢pidos ya adaptan sus medios y recursos a la cambiante situaci¨®n. Muchachito Bombo Infierno es de los que han conseguido mantener el epicentro de su carrera en los escenarios, y all¨ª experimenta y prueba nuevos recursos para que cantar siga siendo su profesi¨®n. Nacido en contexto de bar, r¨¢pido de reflejos mentales y verbales, curtido en las distancias m¨¢s cortas, donde la halitosis de un aliento alcoholizado ba?a las canciones con olor a barrio y ca?as, su nuevo espect¨¢culo es la prolongaci¨®n de lo que siempre ha hecho, echar sus canciones sobre el entarimado como una vidente lanza las cartas sobre la mesa. Cada d¨ªa caen de una manera, cada concierto respira distinto al anterior y la relaci¨®n entre las propias canciones determina su sentido.
Muchachito tiene nuevas canciones, pero las tiene como a ¨¦l le gustan, como una masa de harina a la que da forma en el obrador del escenario. Las canciones pueden all¨ª sonar de una u otra manera, m¨¢s r¨¢pidas o lentas, con una orientaci¨®n u otra, cosa que determinar¨¢ durante la gira de presentaci¨®n de la maqueta que el mi¨¦rcoles comenz¨® en Barcelona y que seguir¨¢ hasta mediados de diciembre. De paso, sabedor de que los formatos son algo que ata?e al romanticismo m¨¢s que a la real necesidad de editar discos, regala a los asistentes a sus conciertos la grabaci¨®n como apunte de esas nuevas canciones, La maqueta, que luego ya sobre escena adoptan otras formas, tal y como con su sorna habitual record¨® casi cada vez que interpretaba una de sus nuevas composiciones. El directo como motor, el escenario como obrador, la canci¨®n como forma viva que evoluciona hasta adoptar la forma con la que ser¨¢ grabada. Nuevos tiempos.
Y en escena ¨¦l solo en cuatro tramos distintos de concierto. Primer tramo para con guitarra ac¨²stica repasar ¨¦xitos y dejar a la parroquia, con notable peso femenino, ya que Muchachito es, pese a lo que pueda parecer, un artista muy de mujeres, satisfecha a las primeras de cambio. Aire, Conversaci¨®n incompatible o Carreta Sideral para que los brazos se soltasen y todo el mundo sonriese satisfecho de reencontrarse con estas canciones. Sonrisas. Nada tan hermoso como p¨²blico disfrutando en un concierto, mecido por la m¨²sica, acunado por la alegr¨ªa.
El segundo tramo fue el de las sorpresas, ya que Muchachito, ya con guitarra el¨¦ctrica haciendo de guitarra con las tres cuerdas superiores y de bajo con las otras tres y disparando ritmos de bater¨ªa, prob¨® los arreglos de alguna de sus nuevas canciones y revisti¨® con esos mismos a algunas antiguas. Y era ?m¨²sica negra!, sonidos funky cl¨¢sicos que probaba en vivo, mirando a la cara la expresi¨®n de su p¨²blico que a su vez se miraba entre s¨ª encajando la prueba de esta suerte de James Brown de Santa Coloma de Gramanet. El escenario como obrador, la pista como espacio para el baile. Bromas, ¡°igual no la grabo as¨ª, ?vale?¡± y entre el personal comentarios sobre los cambios percibidos, entre los cuales se contaba una versi¨®n de Kevin Johansen, En mi cabeza.
En la tercera parte Muchachito recurri¨® a su base de percusi¨®n, un rect¨¢ngulo de metacrilato con espuma interior para alargar los graves y otro que golpea con un zapato de claqu¨¦ y abri¨® con su versi¨®n de La quiero a morir. Luego, entre muchas, Azul y Mira si te vas para ya en la cuarta parte, dos horas llevaba ya en escena, ¨¦l solo, castig¨¢ndose la mu?eca y la garganta, acabar con otra versi¨®n, Ser¨¦ mec¨¢nico por ti y piezas como Mambo 13. A todo esto, el cantautor naturalizado en los bares encajaba en el repertorio aquellas canciones que le ped¨ªa el p¨²blico, como si al amasar el pan variase las proporciones de agua, sal, harina y levadura a petici¨®n del cliente, o hornease ahora una baguette, m¨¢s all¨¢ un bollo, m¨¢s tarde un croissant. No hab¨ªa sobre el escenario ni tan siquiera lista canciones, todo fue pura improvisaci¨®n. Adi¨®s tiempos de disco-promoci¨®n-gira, adi¨®s ¨¦pocas de canciones petrificadas, adi¨®s a?os de certezas y seguridades. Bienvenidos al cambio constante, a la mutaci¨®n en vivo, al experimento y la prueba. Ya nada puede ser como antes. Ya nada debe ser como antes. Los artistas de calle lo saben.
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