El derecho de asilo
Adem¨¢s del compromiso pol¨ªtico sobre las cuotas a asumir por cada Estado miembro, ser¨ªa necesaria una reforma de las normas de acogida de los refugiados
Los europeos saben lo que es ser refugiado: franceses, alemanes... Aqu¨ª, sin ir m¨¢s lejos, para un dem¨®crata son inolvidables las im¨¢genes de Agust¨ª Centelles de los republicanos espa?oles que hu¨ªan de Franco, maltratados en los campos del sur de Francia. Aquello fue una verg¨¹enza para las democracias liberales. En este tr¨¢gico verano de 2015, una nueva verg¨¹enza internacional ha aparecido con toda su crudeza en los medios audiovisuales.
D¨ªa tras d¨ªa, mueren en las aguas del Mediterr¨¢neo un n¨²mero ingente personas que con la esperanza de llegar a las costas europeas de Italia o Grecia huyen de la guerra de Siria, de la violencia del siniestro Estado isl¨¢mico y de otros conflictos que condenan a partir a sirios, afganos, kurdos, iraqu¨ªes, africanos, etc¨¦tera. Todos ellos, sometidos a la extorsi¨®n de las mafias que organizan a precios leoninos, unos viajes que a veces los conducen a ese tr¨¢gico final.
No es solo responsabilidad europea pero por razones geogr¨¢ficas la cuesti¨®n de los refugiados es, ante todo, un problema inmediato de la Uni¨®n Europea. Su respuesta global todav¨ªa est¨¢ por llegar. Pero s¨ª lo ha hecho la particular de algunos Estados: construcci¨®n de un muro ¡ª?otro?¡ª entre Hungr¨ªa y Serbia; en Grecia, gases lacrim¨®genos contra refugiados con sus hijos y ancianos en las colas para pedir asilo; Francia fortalece en Calais la vigilancia del t¨²nel del Canal de la Mancha porque el Reino Unido ¡ªun interesado outsider de la Uni¨®n¡ª se desentiende del problema humano; en Espa?a, las vallas de Melilla y Ceuta y discusi¨®n cicatera con los socios europeos por unas rid¨ªculas cuotas de asilo. La canciller Merkel, despu¨¦s de un tiempo de permanecer callada recuerda ahora, tras los ataques xen¨®fobos de la extrema derecha, que sin la cooperaci¨®n en la acogida de los refugiados peligra la libre circulaci¨®n de los ciudadanos europeos por una buena parte del territorio de la Uni¨®n (Schengen).
La actitud de sus autoridades pone de manifiesto la falta de una pol¨ªtica exterior unitaria para hacer frente al problema humano, jur¨ªdico y pol¨ªtico
La actitud de sus autoridades pone de manifiesto la falta de una pol¨ªtica exterior unitaria que pueda hacer frente con eficacia al problema humano, jur¨ªdico y pol¨ªtico derivado de la crisis. El reciente fracaso para llegar a un acuerdo sobre las cuotas de refugiados que cada Estado deber¨ªa estar en disposici¨®n de dar asilo, y toda la mezquina disputa que lo ha rodeado, muestra su incapacidad pol¨ªtica para dar respuesta al reto de los conflictos b¨¦licos en su ¨¢rea de influencia m¨¢s pr¨®xima. Por ejemplo, que en Siria, un s¨¢trapa como Bashar el Asad pueda todav¨ªa mantenerse en el poder, hace recaer una grave responsabilidad en los actores decisorios de la pol¨ªtica internacional. Sin duda los Estados Unidos, China, Rusia, pero tambi¨¦n la Uni¨®n Europea. Y es aqu¨ª, donde el proyecto de una uni¨®n pol¨ªtica con voz propia en la escena internacional es inexistente.
En el terreno jur¨ªdico la regulaci¨®n europea del derecho de asilo requiere una revisi¨®n. De acuerdo con la Convenci¨®n de Viena de 1951 la condici¨®n de refugiado potencialmente beneficiario del asilo, es atribuida al que tiene fundados temores de ser perseguido en su pa¨ªs por motivos de raza, religi¨®n, nacionalidad, pertenencia a un grupo social o por opiniones pol¨ªticas. Huir de la guerra es una causa leg¨ªtima para pedir el asilo. En La Uni¨®n Europea, el Reglamento 343/2003 del Consejo, de 18 de febrero de 2003, sobre la concesi¨®n del asilo determina que el Estado que haya expedido al solicitante un documento de residencia o visado que sea vigente, ser¨¢ el responsable sobre la solicitud de asilo.
Quien huye de la guerra no puede escoger el Estado donde desear¨ªa obtener el asilo. La realidad del drama actual es que los Estados a los que llegan los refugiados no son precisamente una potencia econ¨®mica de la Uni¨®n, de tal forma que les permita aportarles garant¨ªas de una vida digna. Parece evidente que, adem¨¢s del compromiso pol¨ªtico sobre las cuotas a asumir por cada Estado miembro, ser¨ªa necesaria una reforma de la regulaci¨®n del derecho de asilo que flexibilizase, con reglas objetivas, las normas para determinar el Estado responsable de la solicitud de asilo, de tal forma que al solicitante le quede un cierto margen de elecci¨®n para solicitarlo. La Uni¨®n Europea y la comunidad internacional no pueden mirar para otro lado ante esta nueva verg¨¹enza.
Marc Carrillo es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra.
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