30.000 objetos del legado de Cajal se acumulan en una sala de reuniones
Aunque la voluntad de la familia del Nobel era que se crease un museo con sus objetos, los enseres dejaron de estar expuestos desde que el Instituto Cajal cambi¨® de sede en 1984
El mayor legado ¡ªm¨¢s de 30.000 objetos¡ª de Santiago Ram¨®n y Cajal, considerado el padre de la neurociencia y uno de los cient¨ªficos espa?oles m¨¢s importantes de la historia, descansa desde el a?o 1997 en una sala de reuniones del Instituto Cajal, el mayor centro de investigaci¨®n en neurobiolog¨ªa de Espa?a y dependiente del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Aunque la voluntad de la familia del premio Nobel de Medicina de 1906 era que se crease un museo con sus objetos, el legado dej¨® de estar expuesto desde que el instituto se cambi¨® de sede en 1984.
En el primer edificio del Instituto Cajal, en el cerro de San Blas (Retiro), los enseres de Cajal estaban en el museo: los preparados histol¨®gicos, la medalla y el diploma del Nobel, los dibujos art¨ªsticos y cient¨ªficos, los microscopios, las gafas, la toga, el escritorio, la medalla del premio Helmholtz ¡ªel galard¨®n m¨¢s importante a principios del siglo XX¡ª o multitud de diplomas se exhib¨ªan en este instituto de investigaci¨®n, que se construy¨® por orden del rey Alfonso XIII en 1920.
El museo desapareci¨® cuando el Instituto Cajal se mud¨® a su sede actual en 1984, en la avenida del Doctor Arce, un edificio que fue inaugurado cinco a?os despu¨¦s por Javier Solana, entonces ministro de Educaci¨®n y Ciencia. Aunque en el proyecto inicial del inmueble se dedicaba una parte de la primera planta a la creaci¨®n del museo, las necesidades de los cient¨ªficos y de la administraci¨®n diaria se comieron el espacio.
Los departamentos de gerencia y direcci¨®n y una zona en la que se acumulan microscopios y equipos de investigaci¨®n actuales ocupan, desde la apertura del centro, el espacio que iba a ser destinado a la exposici¨®n. La mayor¨ªa de los 30.000 objetos de Cajal quedaron relegados as¨ª desde 1984 hasta 1997 en un s¨®tano. ¡°Los dibujos estaban en bolsas de pl¨¢stico, que estropeaban la calidad. Sin mala intenci¨®n, se les puso un sello en el anverso y se escribieron notas sobre el reverso, de forma que quedaron marcados para siempre. Los diplomas, antes de 1997, estaban doblados en carpetas en el s¨®tano [ahora est¨¢n en cajas especiales de PH neutro]. Fue un poco ca¨®tico¡±, cuenta Ricardo Mart¨ªnez, vicedirector del Instituto Cajal.
En 1997, con Mart¨ªnez como director del centro, el estado del legado mejor¨®: los objetos pasaron a la sala de reuniones, donde todav¨ªa se conservan con la temperatura, la luz y la humedad adecuadas. Desde 1997 hasta 2003 varias administraciones destinaron partidas econ¨®micas para trabajos de conservaci¨®n y restauraci¨®n. ¡°Tambi¨¦n tenemos una zona expositiva en la biblioteca desde 1998, con una recreaci¨®n de lo que ser¨ªa el estudio de Cajal: est¨¢ su mesa de trabajo, sus reactivos, sus gafas, la toga [que fue restaurada en 1998] y los cajones en los que estaban los preparados histol¨®gicos¡±, relata Mart¨ªnez. A la biblioteca, sin embargo, no se puede acceder sin una solicitud previa, de manera que para ver la peque?a exposici¨®n, que tambi¨¦n cuenta con fotograf¨ªas y c¨¢maras de principios del XX, hay que pedir una visita al centro.
¡°Las dos medallas m¨¢s importantes, la del Nobel y la de Helmholtz, est¨¢n guardadas en una caja fuerte del [Banco] Santander¡±, cuenta Mart¨ªnez. De vez en cuando, el centro de investigaci¨®n realiza exposiciones temporales con otras administraciones y se le da visibilidad a los enseres de Cajal. Algunas de las ¨²ltimas, por ejemplo, se realizaron en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza y se est¨¢ estudiante colaborar con universidades estadounidenses para la exposici¨®n de 80 dibujos. ¡°Tambi¨¦n estoy pensando en hacer una muestra en la Complutense sobre Cajal que se centre en tres aspectos: ciencia, pensamiento art¨ªstico y pensamiento social¡±, adelanta Mart¨ªnez.
Sin dinero para el museo
Como el dise?o inicial del edificio contaba con un museo que al final no se abri¨®, en 2002 se termin¨® un programa museol¨®gico coordinado por el CSIC que nunca sali¨® adelante. La soluci¨®n pasaba por levantar un edificio contiguo que albergar¨ªa el museo en la primera planta y contar¨ªa con acceso directo desde la calle. ¡°Lo que ocurri¨® fue que no hubo presupuesto y, por eso, no se construy¨® el inmueble¡±, explica un responsable del CSIC.
Otra posibilidad que se estudi¨® para exponer el legado fue traspasar el Instituto Cajal al Instituto de Medicina Molecular Pr¨ªncipe de Asturias, en Alcal¨¢ de Henares, un edificio que cost¨® 40 millones de euros y tiene sus 30.000 metros cuadrados vac¨ªos desde que se termin¨® su construcci¨®n en 2011. Sin embargo, el proyecto de cambio nunca se llev¨® a cabo.
El legado del premio Nobel de Medicina de 1906 es el buque de insignia del Instituto Cajal. ¡°Los cient¨ªficos no estamos dispuestos a perderlo. Nuestra investigaci¨®n es importante y reconocida a nivel mundial, pero el legado de Cajal nos da prestigio. Cuando un investigador viene a nuestro centro, lo primero que quiere es verlo¡±, explica Mart¨ªnez.
Para acercarse a los enseres, los investigadores tienen que ir a la sala de reuniones y visitar la biblioteca. Lo llevan haciendo as¨ª desde 1997 y, seg¨²n un responsable del CSIC, lo seguir¨¢n haciendo m¨¢s tiempo: ¡°Mientras no haya un proyecto de museo, no trabajaremos en una soluci¨®n para el legado Cajal, y en este momento no estamos trabajando en nada porque no hay dinero¡±.
Ram¨®n y Cajal atrae a la NASA
El Instituto Cajal tiene en el legado del premio Nobel de Medicina de 1906, que se guarda en la sala de reuniones del edificio desde 1997, su mejor patrocinador. En 1998 la agencia espacial NASA particip¨® con este centro en el proyecto Neurolab, que estudiaba los efectos de la microgravedad en el sistema nervioso.
¡°Se fijaron en nosotros porque somos un buen centro de investigaci¨®n y quer¨ªan darle un homenaje a Ram¨®n y Cajal¡±, opina Ricardo Mart¨ªnez, vicedirector del centro Cajal.
Desde la base de la NASA en Cabo Kennedy participaron en el proyecto dos cient¨ªficos espa?oles del Instituto Cajal, Javier de Felipe y Luis Miguel Garc¨ªa-Segura. ¡°En el viaje espacial la NASA llev¨® 10 preparados histol¨®gicos en honor a Cajal¡±, recuerda Mart¨ªnez.
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