Hablando de proyecto
La econom¨ªa de Barcelona debe ser de altos vuelos para crear un paraguas bajo el cual proliferen alternativas nacidas en los barrios
En la Farinera del Clot, un centro c¨ªvico asomado al desierto de las Gl¨°ries, hay una exposici¨®n voluntariosa y un punto infantil que transmite una imagen de la ciudad. Vista desde el barrio. Es como si fuera el otro lado del espejo de la Barcelona oficial, pero de una oficialidad anterior a la actual. Hay una serie de inputs que reflejan o bien una ciudad agresiva hacia el vecino, o bien una ciudad trenzada desde abajo, colaborativa y generosa, dos dimensiones de realidad confrontadas en puntos simb¨®licos. Por ejemplo, planos de urbanismo en sitios devastados por la piqueta como Vallcarca. Por ejemplo, contenedores en llamas. Y una pregunta: ?vives bien, en tu barrio? No creo que la exposici¨®n ¡ªque tiene trazos de haber sido participativa¡ªsea casual. Creo m¨¢s bien que responde a un relato oficial y a unas ganas de expresarse por parte de mucha gente que no encontraba su sitio en el discurso anterior.
Hablemos, pues, del relato oficial. La palabra ¡°barrio¡± no puede faltar, pero no s¨®lo de barrios vive la ciudad. Lo cierto es que Ada Colau ha puesto en marcha un formidable corpus comunicacional, que en los ¨²ltimos d¨ªas ha remarcado especialmente la radicalidad democr¨¢tica. Urnas en Sant Jaume, Companys en el Born, ma?anita de sol en el Fossar de Santa Eul¨¤lia. Barcelona Rosa de Foc. Gestos de gran precisi¨®n, san¨ªsimos, y que apuntan al coraz¨®n de la gente que no tiene nada que perder si arriesga en su posici¨®n ideol¨®gica. Est¨¢ un poco m¨¢s all¨¢ de la izquierda convencional, que, como sabemos, son gente b¨¢sicamente de orden. Ada Colau apela a un esp¨ªritu anterior a la convenci¨®n, apela a una libertad m¨¢s dura, m¨¢s ¨¢spera.
La econom¨ªa tambi¨¦n ¡°hace¡± ciudad, tanto como el urbanismo.
Pero la realidad existe. Me encuentro con Mateu Hern¨¢ndez porque quiero hablar de Barcelona Global, una non-profit association dedicada a atraer talento y a potenciar el desarrollo de la ciudad en clave internacional y sobre todo en el plano econ¨®mico. A Mateu lo conoc¨ª a trav¨¦s de un libro de Marta Monedero y N¨²ria Quadrado, Barcelona, ?una ciudad para vivir o para ver?, que se centra en el turismo pero que es lo bastante inteligente como para ir m¨¢s all¨¢ y rebuscar en el ¡°proyecto¡±. Ciudad y proyecto. Para empezar Mateu es hijo de Hern¨¢ndez Piju¨¢n, ese pintor sereno, geom¨¦trico, de una poes¨ªa seca y profunda, que tuvo sus m¨¢s y sus menos con la Facultad de Bellas Artes, quiero decir que hay que saber que la ciudad es peque?a como un pa?uelo de buena marca. Y tambi¨¦n cabe apuntar que Barcelona Global es, en parte, una iniciativa de Maria Reig, un personaje que prefiere estar a la sombra pero que es motor de tantas cosas que brilla con luz propia.
Pues bien, me cuenta que Barcelona Global tiene un centenar de socios (empresas de diferente tama?o), dentro y fuera del per¨ªmetro nacional, que aportan la totalidad del presupuesto (cero subvenciones), y que funcionan por proyectos concretos generados por los mismos socios. El lema es make it happen, hagamos que pase. ¡°Pensamiento y acci¨®n¡±, define mi interlocutor. Van por libre pero con esp¨ªritu de colaboraci¨®n. Hace poco reunieron directivos extranjeros presentes en Barcelona en el Palauet Alb¨¦niz, una especie de bienvenida a la ciudad. Un indicio: Pisarello estuvo brillante y pol¨ªglota. Le pregunto qu¨¦ es exactamente hoy Barcelona en el mundo. ¡°Es una postal¡±, replica, ¡°hay que ir mucho m¨¢s all¨¢¡±. Me gusta su dinamismo. Me cuenta iniciativas, planes de futuro, propuestas, fallos en la competitividad local. ¡°Potencial enorme¡±, diagnostica.
Me pregunto ¡ª no se lo digo¡ª- por el encaje de este dinamismo en el discurso oficial, por un lado, y en la carpeta de intereses prioritarios del Ayuntamiento, por el otro. Las dos cosas no tienen necesariamente que coincidir, pero las dos se tienen que notar en el d¨ªa a d¨ªa. Hern¨¢ndez me asegura que Barcelona sabe mucho de tirarse piedras al propio tejado, me pone ejemplos, entiendo que nos cargamos cosas ¨²tiles porque no coinciden ideol¨®gicamente con la imagen que queremos de nosotros mismos. Somos m¨¢s ¡°progres¡± de lo prudente y eficaz. La econom¨ªa tambi¨¦n ¡°hace¡± ciudad, tanto como el urbanismo. Y la econom¨ªa tiene que ser de altos vuelos, para establecer un paraguas bajo el cual puedan proliferar alternativas nacidas en los barrios. Hern¨¢ndez asegura que ¡°la ciudad tira¡± pero que tendemos a ¡°desproteger la marca¡±. ?La marca! En el fondo se trata de proyecto. ?Guau! ?Hay alguien ah¨ª?
Patricia Gabancho es escritora
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