Incomprensi¨®n
?Qu¨¦ hac¨ªan alcaldes y concejales, representantes de la ciudadan¨ªa, dando apoyo a una ideolog¨ªa y a un pol¨ªtico que ha manipulado en su beneficio el movimiento popular independentista?
No comparto la decisi¨®n pol¨ªtica del gobierno del PP ni de su Fiscal¨ªa General de imputar a miembros del Gobierno catal¨¢n por desobedecer las ¨®rdenes de la prohibici¨®n del Tribunal Constitucional de la organizaci¨®n de la consulta del 9-N. Es una decisi¨®n pol¨ªtica, que no judicial, que se enmarca en la lucha, necia, entre dos nacionalismos y, como es preceptivo en esta ideolog¨ªa, la necesidad de llegar al enfrentamiento total sin saber qu¨¦ emerger¨¢ despu¨¦s de tanta locura pol¨ªtica.
Las manifestaciones y concentraciones de la semana pasada, delante del Palacio de Justicia de Barcelona, en apoyo a los miembros del Gobierno catal¨¢n imputados por desacato me producen una gran tristeza. Los gestos, las palabras, las banderas, los bastones de mando, todo huele a adhesiones que cre¨ªamos desaparecidas de nuestra vida pol¨ªtica. La fotograf¨ªa de Gianluca Battista, publicada en la portada de EL PA?S el 16 de octubre parece una muestra de afecci¨®n a un r¨¦gimen y a su l¨ªder: el presidente Artur Mas, arropado por miembros del Govern, de pie sobre las escalinatas del Palacio de Justicia con los cuatro dedos, formando la bandera catalana, sobre el coraz¨®n, mirando al horizonte y, a sus pies, centenares de personas, algunas con la vara de alcalde en una mano y en la otra, el tel¨¦fono m¨®vil inmortalizando la escena. Cierro los ojos y siento una profunda indignaci¨®n ante tanta sinraz¨®n.
?Qu¨¦ hac¨ªan los alcaldes y concejales, representantes de la ciudadan¨ªa, dando apoyo a una ideolog¨ªa y a un pol¨ªtico que ha manipulado en su beneficio el movimiento popular independentista? ?C¨®mo se atreven, en nombre de todos nosotros, a usar el poder popular contra una instituci¨®n como el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a? Es dif¨ªcil de entender que representantes populares se enfrenten y presionen al poder judicial. S¨®lo es comprensible en una sociedad abducida, que ha dejado la raz¨®n de lado y se rige por el est¨®mago, bien alimentado por las descerebradas decisiones pol¨ªticas de los nacionalistas del PP. Se?ores alcaldes: ni Mas, ni Rigau ni Ortega son Catalu?a. As¨ª que, mejor, qu¨¦dense en sus pueblos y ciudades y usen la vara para tomar decisiones que mejoren la calidad de vida de sus conciudadanos. Dejen de izar banderas que no representan al pa¨ªs y gobiernen para todos, tambi¨¦n para los que no sean fieles a Mas y su proceso.
Adem¨¢s, tambi¨¦n me pregunto ?qu¨¦ hac¨ªan los centenares de personas (seguro que entre ellos maestros y profesores, tambi¨¦n padres de alumnos) detr¨¢s de la consellera de ense?anza Irene Rigau, que se ha pasado cuatro a?os destrozando el sistema educativo p¨²blico? Ha eliminado millares de puestos de trabajo, ha recortado y suprimido subvenciones al transporte escolar, a las becas comedor, a las becas para libros, ha cerrado aulas de acogida, ha dejado de subvencionar las guarder¨ªas, ha potenciado la Religi¨®n en la escuela y ha hecho poco contra la elitista ley Wert a excepci¨®n de proteger nuestra lengua, cosa que comparto.
Se?ores alcaldes: ni Mas, ni Rigau ni Ortega son Catalu?a. As¨ª que, mejor, qu¨¦dense en sus pueblos y ciudades y usen la vara para tomar decisiones que mejoren la calidad de vida de sus conciudadanos
No entiendo c¨®mo puede haber tanta gente que sale de su casa para vitorear a esas personas, cuando esa misma semana, la Red Europea contra la Pobreza y la Exclusi¨®n (AROPE) publica un informe demoledor donde afirma que en un a?o ha aumentado dos puntos la pobreza, que en este momento afecta a un 22% de nuestra poblaci¨®n. Casi 1.600.000 catalanes est¨¢n en el umbral de la pobreza y de ¨¦stos, unos 470.000 (6,3%) padecen pobreza severa. Con estos datos, con la corrupci¨®n que invade al Gobierno, con las decisiones privatizadoras que toman, soy incapaz de comprender esas muestras de apoyo.
Y, por ¨²ltimo, ante tantas presencias no puedo entender algunas ausencias: el pasado viernes, el primer ministro de Francia, Manuel Valls, con tres de sus ministros, inaugur¨® en Rivesaltes el Memorial en recuerdo a las 60.000 personas que fueron confinadas en ese helado e insalubre campo. Unas 20.000 eran espa?olas y catalanas, hu¨ªan del fascismo franquista, y algunas de ellas terminaron en el campo de exterminio de Mauthausen, gracias a la colaboraci¨®n de la Francia de P¨¦tain. El Gobierno espa?ol envi¨® al c¨®nsul en Perpiny¨¤ y el Gobierno catal¨¢n envi¨® a la consellera de Governaci¨®. Mas y Rajoy no fueron, insultando una vez m¨¢s a las v¨ªctimas del fascismo. Mientras, los alcaldes daban brillo a sus varas y las devolv¨ªan a sus vitrinas a la espera de otro ¡°d¨ªa hist¨®rico¡±.
]Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
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