Jugando con las cosas de comer

A estas gentes del circo no deben haberles ense?ado de ni?os que con las cosas de comer no se juega porque lo que traen al Teatro Circo Price es puro juego, danza y descaro alrededor de la comida y sus alrededores. Se trata del espect¨¢culo Cuisine & confessions, y como su propio nombre indica trata sobre la cocina (de hecho transcurre en una colorida cocina llena de prodigios) y de las confesiones: las de los diferentes miembros de la compa?¨ªa canadiense, aunque de elenco internacional, Les 7 doigts de la main.

¡°Todos guardamos algo en nuestra historia relacionado con la comida, algo que nos ha marcado, o alg¨²n recuerdo importante. Yo por ejemplo recuerdo todos los domingos comiendo en casa de mi abuela¡±, explica el malabarista Pablo Pramparo, uno de los miembros argentinos de la compa?¨ªa junto con Mat¨ªas Plaul, que tambi¨¦n sacan a relucir en escena su pasado familiar de compromiso pol¨ªtico en plena dictadura argentina. Y es que la comida, como ya supo Marcel Proust al comer una magdalena, puede ser muy evocadora.

Como suele ocurrir en el llamado circo contempor¨¢neo, este espect¨¢culo mezcla las tradicionales disciplinas circenses, acrobacia, malabares, aros chinos, cama el¨¢stica, tela a¨¦rea, banquina o m¨¢stil chino, con elementos tomados de la danza y el teatro, en este caso con gran ritmo y elegancia, como es marca de la compa?¨ªa que ya hemos visto alguna vez en el Price con otros de sus espect¨¢culos como Traces, Psy, La Vie, Patinoire o Sequence 8.

Adem¨¢s, en este show que pretende llegar a todos los sentidos, los artistas tienen tiempo para liberar sus manos el tiempo suficiente como para cocinar algunos peque?os manjares y compartirlos con el p¨²blico, que participa activamente en el espect¨¢culo. Por ejemplo, una tortilla francesa, o un delicioso bizcocho de pl¨¢tano y chocolate, del que facilitan la receta. En este caso, lo pueden intentar en casa, no hay peligro m¨¢s que el de engordar.

Les 7 doigts del main, Los 7 dedos de la mano en castellano, es una compa?¨ªa radicada en Montreal y fundada, precisamente, por siete artistas circenses. ¡°Este espect¨¢culo sale de dos de ellos, S¨¦bastien Soldevila y Shana Carroll: el primero es muy buen cocinero y la segunda tuvo una abuela que escribi¨® un libro de recetas¡±, cuenta el malabarista. Su meta es integrar las diferentes formas de arte para ¡°proponer una nueva perspectiva de lo cotidiano poniendo en escena el lado extraordinario que se esconde en los pliegues de la realidad¡±, seg¨²n informa la compa?¨ªa.

Canad¨¢, y concretamente Quebec, es un lugar donde se vive un renacimiento del circo, gracias a iniciativas como la Escuela de Circo de Montreal, desde 1981, o la c¨¦lebre compa?¨ªa Cirque du Soleil, desde 1984, que buscaban, ambas, una mayor fuerza teatral sin incluir n¨²meros con animales. Es en este caldo de cultivo donde surgen compa?¨ªas medianas como la que nos ocupa o Cirque Eloize, que tambi¨¦n ha pasado por Madrid.

?Tienen los artistas de circo que controlar su alimentaci¨®n? ¡°Supongo que para estar en forma hay que cuidar la alimentaci¨®n, pero muchas veces, estando en gira, no podemos ser muy rigurosos¡±, dice Pramparo, ¡°pero bueno: hay quien dice que mientras uno sea feliz comiendo lo que come, seguro que es bueno para el cuerpo¡±.