Euforia y esplendor
El hiperb¨®lico grupo de Las Vegas abusa una y otra vez de los estribillos vac¨ªos, pero se sobrelleva mejor que The Killers (y mucho mejor que Kakkmaddafakka)
El festival Madrid Live! ech¨® a andar con The National como cabeza de cartel hace ahora un a?o, pero este viernes recurri¨® para tal fin a Imagine Dragons, lo que viene a ser como cambiar a dios por el cu?ao. As¨ª son las cosas y as¨ª conviene que sean, a juzgar por el llenazo en el Barclaycard Center que protagonizaron 14.500 almas entusiastas y jovenc¨ªsimas, 29.000 brazos al aire en los muchos momentos de euforia y esplendor. La juventud es un privilegio fugaz, acaso tan pasajero como los mayest¨¢ticos estribillos de estos muchachos de Las Vegas. Pero Dan Reynolds y los suyos ganan en legitimidad por comparaci¨®n. Sobre todo si sus antecesores en el cartel son los irritantes Kakkmaddafakka, ese tipo de muchachos que se creen graciosos en las fiestas y acaban con la paciencia del m¨¢s bendito.
Los noruegos siguen abonados a la verbenita saltimbanqui, pero en ¨²ltimo extremo asemejan una versi¨®n rijosa de The New Seekers, aquellos rubitos angelicales que hace cuatro d¨¦cadas serv¨ªan de sinton¨ªa a los refrescos de cola. Imagine Dragons son de carnalidad m¨¢s progresiva (su cantante ense?¨® ombligo toda la noche antes de quitarse la camiseta) y mucho m¨¢s llevaderos que sus tambi¨¦n hiperb¨®licos paisanos de The Killers. Aunque solo sea porque Reynolds ejerce de simp¨¢tico y Brandon Flowers, de rancio.
A los dragones hay que anotarles momentos h¨¢biles, incluso afortunados, desde el obstinato r¨ªtmico de It¡¯s Time al estribillo sollozante en Demons o la innegable dimensi¨®n de On Top of the World como catalizadora de energ¨ªas positivas y globos al aire. Pero Polaroid es la nader¨ªa coreada, I Bet My Life calca Days (The Kinks) con sobredosis de alboroto y el guitarreo a lo Led Zeppelin de I¡¯m So Sorry resulta tan veros¨ªmil como una conversi¨®n de Bert¨ªn Osborne al cabaret. D¨¦mosles tiempo: igual la cosa tiene cura.
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