Alemania con denominaci¨®n de origen
El debut ante la OBC del joven director Clemens Schuldt y regreso al Auditori de la a¨²n joven violinista Viviane Hagner
El debut ante la OBC del joven director alem¨¢n Clemens Schuldt (Bremen 1982) una "batuta emergente" en el competido mundo de la direcci¨®n y el regreso al Auditori de la a¨²n joven violinista alemana Viviane Hagner (M¨²nich 1977) consolidada ya en la ¨¦lite del instrumento, constituyeron el principal atractivo del concierto de abono de la OBC en el Auditori.
Precedido por un preludio checo, el Scherzo Fant¨¢stico de Josef Suk, que se ofrec¨ªa con car¨¢cter de primera audici¨®n a cargo de la OBC, el programa giraba en sus piezas m¨¢s importantes alrededor de la m¨²sica del romanticismo alem¨¢n en su vertiente m¨¢s feliz: el Concierto para viol¨ªn de Max Bruch y, en la segunda parte, la Sinfon¨ªa "Renana" de Schumann. Romanticismo alem¨¢n servido por int¨¦rpretes alemanes: Alemania con denominaci¨®n de origen.
Viviane Hagner, viol¨ªn Clemens Schuldt, director
Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya. V Obras de Suk, Bruch y Schumann. Temporada de conciertos de la OBC. Auditori, Sala Pau Casals. Barcelona, 30 de octubre.
El Scherzo Fant¨¢stico de Suk, de un romanticismo tard¨ªo meramente decorativo, result¨® una pieza corta, f¨¢cil y brillante que, a¨²n as¨ª, se hizo tediosa por su alt¨ªsimo nivel de redundancia.
El Concierto de Max Bruch figura junto a los de Beethoven, Brahms, Mendelssohn y Chaikovski en la lista de los grandes conciertos rom¨¢nticos para viol¨ªn. El viol¨ªn acredita aqu¨ª su condici¨®n de "instrumento del diablo" y funciona como Gran Seductor con la diferencia, respecto a los otros conciertos citados, que ¨¦ste, agradabil¨ªsimo, se agota en eso, en la fascinaci¨®n superficial, mientras los otros van m¨¢s all¨¢.
Vivane Hagner jug¨® a fondo las cartas de la brillantez, el virtuosismo fulgurante y la vehemencia expresiva y entreg¨® una versi¨®n plausible de la obra. La orquesta empez¨® acompa?ando ruidosamente y de modo desma?ado pero acab¨® bien, muy bien.
Si ni Suk ni Bruch no ten¨ªan mucha substancia, la enjundia lleg¨®, en la segunda parte, con la "Renana", una m¨²sica sabia feliz y expansiva nacida en un instante soleado en el esp¨ªritu tan a menudo nublado y atormentado de Robert Schumann.
Clemens Schuldt, afectado en algun momento por un cierto histrionismo gestual, tenia las ideas claras sobre la obra, la condujo con eficacia, la orquesta le sigui¨® las intenciones y entre todos alcanzaron un muy bien nivel especialmente en la espesa textura del cuarto movimiento.
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