Alegr¨ªa de vivir

A Saundra Williams y Starr Duncan Lowe no les han faltado las mejores mentoras, sobre todo si tenemos en cuenta que durante los ¨²ltimos cinco a?os han ejercido como The Dapettes al servicio de la inmensa Sharon Jones. Sin embargo, puede que las pupilas hayan superado a la maestra desde su primera obra de emancipaci¨®n, Look Closer, que el jueves desparramaron en El Sol frente a una audiencia escasa (un centenar de irreductibles) pero progresivamente extasiada. Es complicado permanecer impasible ante el vigor de dos mujeres que enarbolan el soul cl¨¢sico sin olvidar sus or¨ªgenes en el gospel ni desde?ar las posibilidades del afro-funk. Su jefa Sharon es quiz¨¢ m¨¢s impetuosa e incendiaria, pero Saun & Starr ofrecen una gama m¨¢s completa y, sobre todo, son dos: adonde no llega una llega la otra, y el registro agudo de Starr alcanza niveles estratosf¨¦ricos sin el m¨ªnimo esfuerzo aparente.

En realidad, estas dos mujeres del Bronx acumulan tres d¨¦cadas de distintos trabajos compartidos, presumen de qu¨ªmica personal y no dejan de sumar energ¨ªas por la causa com¨²n. Si existieran batallas internas, pugnas, duelos o egos confrontados, no se intuyen por ninguna parte. Son las ventajas, suponemos, de una vida como subalternas: a Williams y Lowe los focos solo les hab¨ªan apuntado de refil¨®n, una historia parecida a la de Darlene Love, y ahora disfrutan de su celebridad tard¨ªa con tanto orgullo como serenidad.

La pareja fue capaz de mandar a paseo sus micr¨®fonos y hasta al quinteto acompa?ante para afrontar a pulm¨®n Down By The Riverside, pero los m¨²sicos de la factor¨ªa Daptone Records siguen ejerciendo como salvajes m¨¢quinas de precisi¨®n. El tema central, Look Closer, que son¨® justo antes de los bises, es bailable e instant¨¢neo, un cl¨¢sico precoz. La fusi¨®n vocal es todav¨ªa m¨¢s efervescente con Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah, que podr¨ªa haber firmado Van Morrison, sin aspavientos ni burdos alardes efectistas en toda la noche. Saun conmueve con If Only, pero ni el escozor de las p¨¦rdidas afectivas mitiga la alegr¨ªa de vivir de estas dos maduritas debutantes. Lo suyo, adem¨¢s de portento sonoro, es una inyecci¨®n an¨ªmica.