Islas con cine y letras
Menorca funciona como argumento en 'Isla Bonita', el territorio, la gente, el alma del paisaje contagian el filme
![El paisaje, las islas, las dimensión no- heroicas de la minuciosidad](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HDNWZTP4SQ36GNV4V3LTREKTGI.jpg?auth=c9711e4db47db54f0f4cf81985fabc2866f8405a6309b4121d2334fb8af7b532&width=414)
A menudo, Baleares ha construido sin fortuna su biograf¨ªa cinematogr¨¢fica. Cedi¨® cuerpo y paisaje para muchos filmes. La lluvia fina de pel¨ªculas ¨Ccon muy pocos documentales- ha calado en un territorio que alberga excelentes localizaciones. Unos films pasaron como un flash de purpurina, otros buscaron integrar historias y protagonistas nativos o residentes.
Consuelan algunas piezas centrales: Bearn o la sala de las mu?ecas (1983), la mirada de Jaime Ch¨¢varri del cl¨¢sico Lloren? Villalonga; el inevitable Lu¨ªs G. Berlanga con El verdugo (1963), el siempre corto Blai Bonet abrazado por Agust¨ªn Vilaronga en El Mar (1999) y la fugaz cinta de Rafa Cort¨¦s, Yo (2007).
Acerca de esta escala de colores hay un relato extenso con referencias en Entorn, publicaci¨®n del Ayuntamiento de Calvi¨¤, que aborda el cine isle?o con un dossier abierto colgado en Internet. Las voces, datos y an¨¢lisis son de J.A. Mendiola, Magda Rub¨ª, Joana M. Roque, Agust¨ª Aguil¨®, Juan Montes de Oca y Ignasi Pomar. Se citan todos los filmes insulares y tambi¨¦n las casas de cine, plat¨®s y hogares de artistas.
De vez en cuando la geograf¨ªa isle?a queda moteada en cintas en las que aparecen grandes actores, Tom Hanks en Cloud Atlas (2011) y Michael Caine y Anthony Quinn en la pret¨¦rita El mago (1968). Rese?ables por obtusas. Sobran proyectos frustrantes, casta?as y pel¨ªculas sopor¨ªferas y pretenciosas.
Mallorca ha sido transmutada en isla griega, en territorio ignoto, ex¨®tico, misterioso, tierra de desterrados y cueva de piratas. Pero Menorca ahora tuvo suerte. Ha quedado inmortalizada en una pel¨ªcula de un director habilidoso y serio, Fernando Colomo, que ha deshecho el hechizo que contagia el archipi¨¦lago.
Menorca funciona en la cinta Isla Bonita, el territorio, la gente, el alma del paisaje contagian todo el film. La isla se parece a los actores, al autor a la historia aun improvisada que soporta.
Niebla: Las letras de la realidad y no el cine fantasioso desde Menorca, la vida dura, se expresan en las cartas y las sentencias de un resistente y perseguido, uno de tantos. Joan F. L¨®pez Casasnovas ha escrito el libro de viejos combates: Un malson. Viatge de Juan Rodr¨ªguez Niebla per les presons de Franco, que editan Luis Camarero y Xavier Castillo. L¨®pez no lo dice pero habla de un antiguo compa?ero de viajes, ellos clandestinos o comunistas, Niebla es todos los presos rojos, la memoria los humildes republicanos perdedores. Ajustado a la dimensi¨®n no-heroica de la minuciosidad, el preso deja de ser un desconocido, crece en sus cartas.
Manuel Cuy¨¤s, columnista en El Punt Avui presenta El arr¨°s de la terra. Dos juliols a l'illa de Menorca (Ed Ll. Muntaner), son art¨ªculos y notas de dietario de dos veranos en Menorca. Cuy¨¤s anota la vida apacible desde su experiencia emocional de exsoldado de 1975. La ve mejor que entonces, en sus amistades y comidas.
Ibiza (y Formentera con Luc¨ªa y el sexo (2001) de Julio Medem) desborda su huella cinematogr¨¢fica, por su cantidad. Al sur de Baleares se ha de mencionar el cat¨¢logo gigantesco de cintas en red, con m¨¢s de 10.000 horas de Ibiza Film comisi¨®n. En las 480 p¨¢ginas de Ibiza: la destrucci¨®n del para¨ªso (Qui¨¦n, c¨®mo y por qu¨¦), Bal¨¤fia postals, Joan Llu¨ªs Ferrer repasa y pasa cuentas, sin contemplaciones. El periodista con criterio y dedos afilados, sit¨²a los hechos para formular un retrato final de excesos entre el lujo, las gr¨²as. El final es incontestable, el gui¨®n que devora al territorio, con un protagonista central y un amplio reparto de secundarios comparsas.
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