La besucona de noventa a?os ya tiene teatro en casa

Con 90 a?os reci¨¦n cumplidos, el com¨²n de los mortales bastante tiene con seguir espabil¨¢ndose cada ma?ana. Mar¨ªa Asunci¨®n Balaguer Golobart, en cambio, prefiri¨® celebrar su novena d¨¦cada protagonizando el viernes un bautizo en Alpedrete, su pueblo de adopci¨®n.

La decana de nuestras tablas y pantallas (acaban de verla ejerciendo de abuelita del benem¨¦rito Pepe Viyuela en Olmos y Robles) cedi¨® su nombre al centro cultural de la localidad, que desde ahora luce como Casa de Cultura Asunci¨®n Balaguer; y all¨ª mismo, entre piropos, ramos de flores y parabienes, le confes¨® a sus vecinos la mayor de sus debilidades: los besos. ¡°Es que la gente de aqu¨ª es muy buena, me dan besos por la calle, en la farmacia o el supermercado y yo se los doy tambi¨¦n. Llego a casa repleta de besos, cari?os y palabras cercanas. ?Total, que le recomiendo a todo el mundo venirse a vivir a Alpedrete!¡±.

Hubo quien suger¨ªa a la salida que Alpedrete cambiara su toponimia por la de ¡°Albesarte¡±, pero ese otro bautismo seguramente llevar¨ªa m¨¢s negociaciones. El del centro cultural, en cambio, se fragu¨® en pocas semanas, una vez que el Ayuntamiento hizo suya la sugerencia que le traslad¨® la Fundaci¨®n AISGE, entidad que aglutina a los actores y bailarines espa?oles.

El alcalde, Carlos Garc¨ªa-Gelabert (Alpedrete Puede), descorri¨® una placa en la que se ensalza a su vecina como ¡°actriz pionera y mujer ejemplar¡±, y los m¨¢s de 150 vecinos y artistas que casi llenaban el sal¨®n de actos no dejaron de aplaudir (y besar) a la homenajeada hasta que una voz entre las butacas pronostic¨®: ¡°Asunci¨®n, de hoy en diez a?os te hacemos aqu¨ª mismo otra fiesta¡±.

Con la Balaguer, ese torbellino de la naturaleza, casi cualquier cosa es posible. ¡°Asunci¨®n cumplir¨¢ los a?os que quiera cumplir porque ella siempre hace lo que le da la gana¡±, resumi¨® la tambi¨¦n actriz Pilar Bardem, ¡°amiga y hermana¡±, que ensalz¨® a esta escorpio ya nonagenaria como ¡°un patrimonio de humanidad y una mujer a la que debemos amar casi como obligaci¨®n ciudadana¡±.

No fueron los ¨²nicos halagos de una radiante ma?ana oto?al. ¡°Hemos compartido camerino como dos ni?as d¨ªscolas, me cantaste las coplillas murcianas de tu Paco Rabal e hiciste que fuera una alegr¨ªa ir a trabajar¡±, la glos¨® Soledad Mallol, integrante en su d¨ªa del d¨²o Las Virtudes.

Int¨¦rpretes como Juan Diego, Manuel Zarzo, Fernando Chinarro, Maite Blasco, Amparo Climent o Jos¨¦ Manuel Cervino arreciaron en sus aplausos. Tambi¨¦n, Massiel, a la que no achant¨® ni una inoportuna fiebre, dio la campanada al marcarse una versi¨®n del bolero Sabor a m¨ª. ¡°Asunci¨®n vive cada noche de funci¨®n como si fuera su debut¡±, desvel¨® la int¨¦rprete del La, la, la.

A Asunci¨®n no pararon de preguntarle por el secreto de su longevidad, que ella atribuye ¡°a las ganas de trabajar, los aires de Alpedrete¡­ y al alcalde, que ha sido el m¨¦dico del pueblo muchos a?os y alguna vez que me puse muy malita vino a curarme a casa¡±.

Desde ahora, su nombre inspirar¨¢ talento y bondad a los estudiantes alpedrete?os de m¨²sica y danza, los usuarios de una biblioteca municipal con 29.000 vol¨²menes y a los alumnos de Saskia, esa profesora cubana de teatro que cada ma?ana conmina a sus jubilados a ¡°olvidarlo todo cuando se sube al templo del escenario¡±.

Olvidar y dar muchos besos: seguramente esa sea la clave.